Citas memorables de la historia de México

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sábado, 12 de diciembre de 2009

No tienen la culpa


Con un extrañamiento al Ejecutivo Federal por no haber atendido los llamados de la Cámara Alta, a enviar con el tiempo necesario el nombramiento de Agustín Carstens como gobernador del Banco de México, el Senado procesó la solicitud para ser ratificado en el cargo. 

Con un perfil mediano, Agustín Carstens es considerado un economista ortodoxo de la escuela de los Chicago Boys, de amplia experiencia en el sector público y con conocimientos en política monetaria y financiera, sólida formación económica, experiencia en hacienda y cabildeo de reformas fiscales por implementar en el 2010.

Pero además, al frente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) que deja Carstens, es enviado Ernesto Cordero Arroyo, quien se desempeñaba como Secretario de Desarrollo Social (SEDESOL), y quien desacreditó los dichos de Joseph Stiglitz, sobre el proceder del gobierno mexicano para afrontar la crisis. 

Por último, Heriberto Félix Guerra es nombrado Secretario de SEDESOL, casado con Lorena Clouthier, hija de Manuel J. Clouthier, ex candidato a la Presidencia de la República por el Partido Acción Nacional (PAN) e ideólogo de ese partido, y quien el presidente de su partido, César Nava, afirmó que no descarta a Heriberto Félix como candidato a la Presidencia de la República en el 2012. 

Las críticas hacia el presidente Felipe Calderón por estos nombramientos, se han vertido en el sentido de amiguismo en puestos clave, y no en personas con capacidad probada, aunque no gocen de la amistad presidencial. No tienen la culpa de ser amigos del presidente. 

Cuando Antonio López de Santa Anna se ganó el repudio del pueblo, decretando impuestos por poseer perros, por las puertas y ventanas de las casas, entre otras disposiciones absurdas, en 1855 se vio obligado a renunciar, producto del Plan de Ayutla, con Juan N. Álvarez al frente. 

Para lograr la revolución de Ayutla, su hijo Diego Álvarez, reclutaba indios para formar tropas en Texca, -hoy Acapulco en Guerrero-. Un indio pidió su alta para combatir a Santa Anna: Benito Juárez. Al llegar al puesto de reclutamiento y preguntársele su nombre, se limitó a decir “… Sabiendo que aquí se pelea por la libertad, he venido a ver en qué puedo ser útil…”. A Juárez se le dotó de un calzón de manta y un cotón, un cobertor de cama y un par de botas. 

En el campamento de rebeldes de Ayutla desconocían que Juárez, para entonces, era abogado y había sido diputado, juez y gobernador de Oaxaca. 

Cierto día, llegó una correspondencia dirigida al licenciado Benito Juárez. Diego Álvarez, al darse cuenta del personaje que se encontraba entre sus filas, le pidió disculpas por haberlo tratado con indiferencia, diciéndole “… Usted es uno de los políticos más brillantes y le hemos dado vestimenta de indio…”, Juárez, con sentido del humor, le respondió: “…será que lo parezco, ¿o no?...”, y en un acto de humildad prosiguió: “…a la Patria lo mismo se le sirve de gobernador que de estafeta…”. Diego Álvarez lo nombró su secretario. 

Con el tiempo, Benito Juárez y Juan Álvarez, se hicieron compadres. Juan Álvarez fue presidente de la República por un periodo fugaz pero brillante, lográndose allegar de una serie de colaboradores excepcionales: Ignacio Comonfort en el Ministerio de Guerra, Melchor Ocampo en Relaciones Exteriores, Guillermo Prieto en Hacienda y Benito Juárez en Justicia. Con un respaldo así, en los escasos 38 días que gobernó tomó dos medidas trascendentales que cambiarían el destino de México: la promulgación de la Ley Juárez y la convocatoria al Congreso que elaboraría la Constitución de 1857. 

Al ser proclamada la Ley Juárez, que abolía el fuero militar y eclesiástico en el mandato de Álvarez, los comentarios en las mansiones de los ricos, -proclives a la causa conservadora-, espantados, comentaban: “…no tiene la culpa el indio, -en referencia al Ministro Juárez-, sino el pinto (Juan Álvarez), su compadre…”. 

Juárez, como Ministro de Justicia, recibía las protestas del Arzobispado en México y de los Obispados de Guadalajara, Michoacán y San Luis Potosí. Argumentaban los purpurados que sólo se acatarían las leyes dictadas por el Santo Padre, o sea, las que la tradición reconocía como el Poder Divino, al que estaba sujeto todo el Poder Civil. 

En alguna cita, Juárez escribía: “…los amigos virtuosos son para los buenos gobernantes, los mejores instrumentos de su poder…”. Por eso, Carstens, Cordero y Félix, no tienen la culpa.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Los candidatos



En comisiones del Senado, se valora las candidaturas de Luis María Aguilar Morales, María Luisa Martínez Delgadillo y Jorge Mario Pardo Rebolledo, para substituir al Ministro Mariano Azuela Güitrón; así como las de Jorge Carlos Adame Goddard, Eduardo Ferrer MacGregor Poisot y Arturo Fernando Zaldívar Lelo de Larrea, para suplir al Ministro Genaro David Góngora Pimentel, ambos Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que próximamente entrarán a retiro. 

Azuela Güitrón fue propuesto por el expresidente Miguel de la Madrid Hurtado en 1983, mientras que Góngora Pimentel por Ernesto Zedillo en 1995. 

Como usted sabe, los ministros son electos para un periodo de 15 años. Para su elección, el Presidente de la República propone al Senado una terna de candidatos para cada puesto y, previa comparecencia, se elige a uno de ellos por mayoría calificada de dos terceras partes, para integrar en su totalidad, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que se compone por once Ministros, uno de los cuales es su presidente. La SCJN funciona en Pleno o en Salas. El Presidente de la SCJN no integra sala, es decir, solo forma parte del pleno en sí, pero no participa en ninguna de las actividades de las salas. 

Los ministros pueden dejar definitivamente el cargo por tres motivos: conclusión de su periodo; renuncia, la cual es sólo procedente en causas graves que deberá calificar el Presidente de la República y aprobar o negar el Senado, y por último, jubilación voluntaria, que procede cuándo el interesado solicite su retiro, siempre que reúna las condiciones de edad y antigüedad. 

El primer tribunal de justicia en México se remonta a 1814, cuando el Congreso de Chilpancingo, convocado en 1813 por el jefe insurgente José María Morelos, expidió el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, que nunca entró en vigor, pero que en su artículo 44 se estableció que la soberanía del pueblo correspondía al Supremo Congreso Mexicano, y que además se crearían dos corporaciones, una con el título de Supremo Gobierno, y otra, con el del Supremo Tribunal de Justicia. 

En 1855, durante el gobierno de Ignacio Comonfort, Benito Juárez fue nombrado Presidente de la Suprema Corte de Justicia. En diciembre de ése mismo año, durante el golpe de estado ocasionado por conflictos entre conservadores que apoyaban a la iglesia y liberales que habían apoyado la separación Iglesia-Estado, Juárez fue apresado por las fuerzas del propio Comonfort. La razón fue la duda de los golpistas ante su posición, ya que Juárez nunca se declaró abiertamente en contra ni a favor del conflicto, irónicamente causado por la ley que él mismo había ayudado a sentar las bases. 

Una anécdota. Al término de la Segunda Intervención Francesa, Juárez retoma del poder en julio de 1867, mientras que el cadáver de Maximiliano era embalsamado en Querétaro, pero resultó mal practicada, por lo cual fue necesario un nuevo embalsamamiento, el cual se realizó en la capital de México, en la iglesia del hospital de San Andrés, que era una iglesia mediana que cerraba el callejón de Betlemitas; después fue derribada, y el lugar donde estaba es ahora la calle de Xicoténcatl, hoy cerca de las proximidades de la sede del Senado. 

Las Hermanas de San Andrés recibieron la orden de desocupar la iglesia e hicieron que se sacasen los sacros utensilios para ofrecer misa y la iglesia quedó convertida en un salón profano de operaciones quirúrgicas. El cadáver de Maximiliano fue colocado en una gran mesa en medio de la iglesia, se situó en ésta a una tropa para que custodiase el cadáver. 

En un día de la segunda mitad de octubre se dio aviso al Presidente Juárez, de que estaba terminado el embalsamamiento. Quería verlo. En secreto, a las doce de la noche en punto se paró un carruaje a la puerta del templo de San Andrés, y el jefe de la tropa abrió inmediatamente la puerta. Entraron únicamente el Presidente Juárez y su ministro Sebastián Lerdo de Tejada.

Juárez se puso las manos por detrás, y por algunos instantes estuvo mirando el cadáver sin proferir palabra. De repente, dijo “…Era alto este hombre; pero no tenía buen cuerpo: tenía las piernas muy largas y desproporcionadas.  No tenía talento, porque aunque la frente parece espaciosa, es por la calvicie. …”. Lerdo guardó silencio. Afuera, Camilo, -un indio zapoteca-, esperaba al Presidente de la República para conducirlo a Palacio Nacional

 ¿Qué habrá pensado el Presidente Juárez en ese momento, de aquel hombre que quiso imperar en México?

domingo, 22 de noviembre de 2009

Están equivocados



El jueves pasado, los secretarios de Hacienda y de Economía, Agustín Carstens y Ernesto Cordero, respectivamente, descalificaron los dichos del premio Nobel de Economía 2007, Joseph Stiglitz, quien dijo que el desempeño mostrado por el gobierno Mexicano para enfrentar la crisis, fue uno de los peores en el mundo.

Mientras Carstens afirmó que “… Está mal porque piensa que el único instrumento útil  es la política fiscal…”, mientras que Cordero dijo que: “… No conoce a detalle las políticas contracíclicas … mejor que se ponga a leer un poquito más de México …”.

Stiglitz, ganador del Nobel en el 2007 por su contribución a la teoría de la asimetría de la información, ha impartido clases en las Universidades de Yale, Duke, Stanford, Oxford, Princeton y Columbia; autor de 20 libros y numerosos artículos, quien se une a varios premios Nobel que se han manifestado por descalificar las medidas gubernamentales anticrisis: James Heckman, galardonado en el 2000, cuestionó la tolerancia de los monopolios en México; Edmund Phelps, ganador en el 2006, rechazó el alza de impuestos en tiempos de crisis; Eric Maskin, también en el 2007, rechazó los nuevos impuestos, porque –dijo-, que reducirán el consumo, y por último, Robert Engle, premiado en el 2003, pidió flexibilidad en los negocios.

Además de lo anterior, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), dijo que  México es líder en pobreza; por lo que, lo dicho por James Heckman respecto de los monopolios, coincide con un estudio de PriceWaterHouse Coopers (PWC), en el sentido de que nuestro país ocupa el 5º. lugar de 54 naciones, en fraudes económicos y delitos financieros.

Quizás seamos los ciudadanos y las voces citadas, los que estamos equivocados ante las afirmaciones de un exgerente del Fondo Monetario Internacional y un doctorado en economía por la Universidad de Pennsylvania, y seguramente tengan la razón, ante 110 millones de mexicanos. Al tiempo.

Quienes históricamente sí se equivocaron, fueron los tlaxcaltecas en apoyar a la invencible armada española en conquistar a los aztecas en 1521, ya que sobre la conquista, es sabido que el sitio de Tenochtitlan, según las historias y relaciones, duró ochenta días y murieron más de 30,000 indígenas tlaxcaltecas apoyando a los españoles; de los mexicanos murieron más de 240,000, y entre ellos casi toda la nobleza mexicana.

El último presagio de la derrota del sitio de Tenochtitlan, sucedió cuando los indios señalaron que “[…] se vino a aparecer una como grande llama […]”. Luego de los combates, los indígenas huyeron y los españoles se apoderaron de todo, como “puercos”.

Después comenzó la etapa de la Colonia y de la evangelización. Cortés ejerce el gobierno en México, hasta que el 15 de octubre de 1535 llega el primer Virrey, Antonio de Mendoza. El 13 de diciembre de 1527 es instituida por cédula Real, la Primera Audiencia, que no funcionó por los abusos de su presidente Nuño de Guzmán -denunciados por fray Juan de Zumárraga, -primer Arzobispo de México-.

Aunque las tropas españolas conquistadoras eran acompañadas por eclesiásticos con facultades inquisitoriales, los primeros frailes misioneros llegarían en 1524 con fray Martín de Valencia al frente. Se sabe que Valencia llegó con facultades extraordinarias, que concedía la Bula Exponi Nobis del papa Adrián VI, a los eclesiásticos en el Nuevo Mundo. Por ejemplo, ellos mismos podían elegir a sus superiores, los cuales tendrían facultades cuasi episcopales donde no hubiese obispo.

Mientras tanto, en ceremonias multitudinarias, los indios fueron convertidos al catolicismo y vieron con sorpresa cómo sus dioses fueron vencidos por los santos de la iglesia.

Los españoles redujeron a los indios y la mayoría de los criollos, a un estado de esclavitud, que cada español se consideraba con derecho a servirse de ellos, sin que tuvieran valor para oponerse, menos aún, la capacidad para explicar el derecho.

En 1569 se instituye  el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición. La primera y curiosa causa de este nuevo tribunal episcopal, fue precisamente contra dos músicos que se negaron a tocar en la ceremonia de instalación del tribunal, por no habérseles pagado sus servicios por adelantado y fueron condenados a una multa de seis libras de cera blanca en beneficio de la catedral.

El abominable caso de la familia Carbajal. Don Luis de Carbajal, nativo del reino de Portugal, hombre de 45 años, llegó a Tampico, nombrado por el rey de España gobernador del nuevo reino de Leon en el año de 1583, quien trajo a su cuñado Francisco Rodriguez de Matos y a su hermana Doña Francisca Núñez de Carbajal, y a los hijos de estos, Doña Isabel, viuda de Gabriel Herrera y la mayor de todos los hermanos, de 26 años de edad, Doña Catalina, Doña Mariana, Doña Leonor, Don Baltasar, Don Luis, Miguel y Anica, que eran muy niños; además, Don Francisco Rodriguez de Matos y su mujer tenían un hijo llamado Don Gaspar, religioso, en el convento de Santo Domingo de México, que habia llegado allí poco tiempo antes.

Pero en el año de 1587, la mano de hierro de la Inquisición cayó sobre Doña Isabel, la mayor de los hermanos: Una denuncia en contra de ella, se habia hecho como observante de la ley de Moisés.

En la cámara de tormentos de la Inquisición mexicana, Doña Isabel fue obligada a desnudarse frente al Alcaide de la Inquisición; le fueron ligados los brazos para hacerla confesar, -primero, una vuelta-; a la segunda vuelta, Doña Isabel comenzó una larga declaracion, denunciando a su familia y a un gran número de personas, -hombres y mujeres-, observantes de la Ley de Moisés.

En la quinta vuelta de sus brazos ligados, que presentaban signos de falta de irrigación sanguínea, Doña Isabel dijo: "... Dios, que sabe la verdad que yo defiendo, me ayude; quítenme la vida, ay de mí. Ay de mí, quítenme la vida, ya he dicho la verdad, ya he dicho la verdad ...".

Luego, los inquisidores la colocaron en el potro, en el que el condenado era atado de pies y manos a una superficie conectada a un torno y al girar tiraba de las extremidades en sentidos diferentes, usualmente dislocándolas pero también pudiendo llegar a desmembrar.

Doña Isabel confeso entre gritos: "...no tengo que decir sino testimonios, y esos no quiera Dios que los diga, ni los he de decir, ni los sé; sea él bendito que aqui me tratan con tanta crueldad nunca oida jamás a mujer, y es posible que esto se hace aqui con la mujeres..."; -y prosiguió: "... no sé qué decir, sino que triste nací del vientre de mi madre, y desdichada fue mi suerte, y mi triste vejez...".

Para entonces el tormento la había hecho denunciar a sus hijos. Después, le dieron de garrotes en las coyunturas de su cuerpo, -7 en total-, y continuó entre balbuceos semi inconsientes: "...que la he dicho; ya se acabó la vida, hijos mios, quedáos con Dios: ya he dicho la verdad, señor, ya mi vida se me arranca, no permitan que yo muera aqui...".

Luego, le abrieron la boca para colocarle un embudo por el cual, le vaciaron 12 jarras de agua, en un macabro ritual de más de 12 horas de duración. La hicieron abjurar y después, la misma suerte tocó a la madre y hermanas de Luis de Carbajal.

Además, la hicieron guardar secreto sobre las torturas de la cruel inquisición mexicana: "... so pena de excomunion mayor, y que será gravemente castigada, que tenga y guarde secreto de todo lo que en su negocio, causa y proceso ha pasado, y de todo lo demás que oviere visto y entendido en las cárceles de este Santo Oficio durante su prision, y que no lo revele ni descubra en manera alguna directa ni indirectamente, y así prometió de lo cumplir, sin exceder ... ".

Por último, el Santo Oficio sentenció a cárcel perpetua a Luis de Carbajal, -hijo-, al Hospital de dementes de San Hipólito, y a Doña Francisca, Doña Isabel, Doña Leonor, Doña Catalina y Doña Mariana, a una casa aislada que estaba frente al Colegio de Santiago Tlaltelolco.

Después, Doña Mariana fue sentenciada a que "...sea llevada por las calles públicas de esta ciudad, caballera, en una bestia de albarda, y con voz de pregonero que manifieste su delito, sea llevada al Tiangues de San Hipólito, y en la parte y lugar que para esto está señalado, se le dé garrote hasta que muera naturalmente, y luego sea quemada en vivas llamas de fuego, hasta que se convierta en ceniza y de ella no haya ni quede memoria...." dice la sentencia.

Don Luis Carbajal, -el gobernador-, fue desterrado de las Indias. Segun las reglas de procedimiento, dadas para el Santo Oficio por el célebre Fray Tomás de Torquemada, -de la orden de los Dominicos-, el mas terrible de los Inquisidores de España, jamás el acusado debia conocer los testigos ni saber su nombre, observándose tanto cuidado en esto, que si alguna circunstancia habia en la declaracion, por donde el reo pudiera adivinar o venir en conocimiento de quién era el testigo, debía suprimirse esta parte de la declaracion al notificársela al reo; y como última precaucion se observaba por regla general que las declaraciones de los testigos, al comunicarse al reo, se pusieran en tercera persona, aun cuando el testigo hubiera hablado en primera; así, si este decia que el reo le había dicho tal cosa, al leerle a aquel la declaracion, se decia que un testigo declaraba que el reo habia dicho á cierta persona aquello mismo, para que ni aun por esto pudiese venir en conocimiento de quién era el testigo.

Los procesos más comunes fueron los de blasfemia, bigamia, herejía, judaizantes, magia y hechicería, proposiciones heréticas, idólatras, superstición, pronunciamiento de palabras contra la fe o las buenas costumbres y el enjuiciamiento de indios, aunque esta última práctica después fue prohibida.

Los conventos de los Dominicos y Carmelitas, poseían riquezas de mucha consideración: al menos tres cuartas partes de bienes rústicos y urbanos en todo el país eran de su propiedad. El resto de los bienes eran de los españoles.

Durante los 300 años que duró la Colonia, los vencidos no tenían ninguna noción de un estado de mejor vida. Sus deseos eran proporcionados a sus ideas y solamente conocían lo físico de la vida. Su existencia era triste y miserable.

El periodo de la Colonia fueron los "mejores años de México", según el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez, en una declaración en septiembre pasado. ¿Usted lo cree así o piensa que está equivocado?

sábado, 7 de noviembre de 2009

El régimen y las deudas



A propósito del Régimen de Consolidación de las empresas, por el que según los senadores, hay 422 grandes empresas que pagan hasta 1.7 % de impuestos, este régimen consiste en que varias empresas agrupadas bajo una razón social o holding, pueden pagar impuestos como si fueran un solo contribuyente, lo que permite la amortización de pérdidas contra sus utilidades.

Sin embargo, el empresariado mexicano en voz del presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Armando Paredes, alzó la voz y afirmó que las empresas sí pagan impuestos, en respuesta a las afirmaciones del presidente de la República, quien arremetió contra las grandes empresas.

El presidente Calderón además, dio su beneplácito porque las grandes empresas tengan actividades filantrópicas, patrocinen eventos deportivos y regalen equipos médicos, pero, -insistió-, también deben pagar impuestos.

Quizás por esa razón a los grandes corporativos les sea más redituable comprar una empresa con pérdidas y mantenerla así, -bajo su firma empresarial-, para demostrar a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) sus pérdidas y deducirlas de sus utilidades.

De alguna u otra manera, el régimen político a través de la SHCP ha favorecido, tolerado o permitido, las practicas de algunas grandes empresas, con el objeto de eludir el pago real de impuestos.

Para estos tiempos de crisis, dicen los que saben que existen 2 mecanismos para mantener liquidez: reducir el gasto corriente y deuda.

Mientras que en 1821 la primera devaluación del peso la hizo Agustín de Iturbide, de .95 a .97, la paridad del peso contra el dólar, la primera deuda en México la contrajo el Presidente Guadalupe Victoria en 1824, por un monto de 16 mdp con Inglaterra. Iturbide era fusilado y se promulga la primera constitución.

El presidente Anastasio Bustamante en 1831contrae un crédito de casi 8 mdp; en contraste, Vicente Guerrero era fusilado.

En 1837 el presidente José Justo Corro endeuda al país por casi 12 mdp. En 1858 el presidente Benito Juárez recibe el país con una deuda de casi 60 mdp. Ya se anunciaba la guerra de Reforma o de Tres Años, en cuyo periodo, no se presentó presupuesto de egresos ni cuenta pública.

En 1865 Maximiliano de Habsburgo contrae deuda 105 mdp y para 1868, el régimen del presidente Benito Juárez expropió una superficie de alrededor de 7.5 millones de hectáreas en los estados de Coahuila, Nuevo León, Chihuahua, parte de Zacatecas y San Luis Potosí a don Carlos Sánchez Navarro y Berain, uno de los hombres más rico de México durante el imperio de Maximiliano de Habsburgo.

Luego del triunfo de las armas mexicanas en la Intervención Francesa, en 1871 Juárez endeuda al país por 80.5 mdp y desconoce la deuda contraída por Maximiliano. El país estaba sin recursos.

El presidente Porfirio Díaz asciende al poder con una deuda de casi 143 mdp y deja la Presidencia con casi 300 mdp de deuda. En su periodo, se instituye la educación laica y gratuita; el Congreso aprueba la reelección indefinida; se crea el Ministerio de Comunicaciones y Obras Públicas; se elabora el 1er. censo nacional en el país: 12’632,427 habitantes en 1895; la campana de Dolores es trasladada a Palacio Nacional; se funda el Círculo Liberal; Francisco I. Madero publica el libro "La Sucesión Presidencial".

Los primeros 1,000 mdp de deuda fueron en el periodo de Álvaro Obregón, cuando en 1922 asciende a 1,485 mdp. Plutarco Elías Calles en 1925 reduce la deuda a 857 mdp. Años posteriores, volvía aumentarse la deuda pública hasta en 1,340 mdp. Con Calles, nace Ferrocarriles Nacionales de México; se funda el Banco de México, entre otros eventos.

El presidente Manuel Ávila Camacho reduce la deuda a 240 mdp, tendencia que duró desde 1944 a 1950. Mientras, México ingresaba a la Segunda Guerra Mundial; se funda el IMSS y posteriormente, toma protesta el primer presidente civil contemporáneo: Miguel Alemán Valdés.

sábado, 24 de octubre de 2009

Inútiles Impuestos





Mientras el 25 de abril de 2006, el candidato Felipe Calderón debatía con sus pares Roberto Madrazo, Roberto Campa y Patricia Mercado, fue muy claro: "Primero, voy a reducir los impuestos para quienes trabajan, producen o generan empleos, y voy a simplificar su pago". 

E insistió "Voy a bajar la tasa del impuesto sobre la renta", y prometió una reforma para simplificar el pago de impuestos. "Pagar impuestos será más sencillo que nunca", dijo. En su gobierno, agregó, los contribuyentes podrían preparar ellos mismos sus declaraciones. 

Pero ahora, entre los cambios aprobados por la Cámara de Diputados que propuso el presidente Felipe Calderón en la Ley de Ingresos para el ejercicio fiscal 2010, se encuentra el aumento del 15 al 16% en el IVA, ISR de 28 a 30%, un impuesto a las telecomunicaciones, -entre ellas el uso de internet-, del 3%. No suena lógico, cuando Irlanda redujo hace años su impuesto sobre la renta de 40 a 12.5 %, eliminando exenciones, deducciones y tratos preferenciales, lo cual generó un aumento en vez de una reducción en la recaudación y produjo un periodo de fuerte crecimiento económico y prosperidad. Como tampoco, cuando Islandia eleva a rango constitucional el derecho al acceso a internet. 

Para la mayoría de las personas, esta serie de impuestos suenan inútiles, en contraste con el dispendio, los fideicomisos no transparentados, los subejercicios del Ejecutivo Federal y las excepciones fiscales para algunos, sin contar los decomisos en efectivo producto de actividades ilícitas y aquellos ingresos que son producto de juegos y sorteos, como la Lotería, los Pronósticos o el Melate. 

Como inútil reportó al gobierno de Antonio López de Santa Anna, la imposición por tener puertas y ventanas y hasta perros. Cada una de las 11 veces que Santa Anna ocupó la Presidencia de la República, se caracterizó por suprimir la libertad de imprenta, la expulsión de opositores y la ejecución sumaria de delincuentes, así como su gusto por la reglamentación de ceremoniales, vestimentas, órdenes como la de Guadalupe , y desde luego, impuestos excesivos.

Su actuación política revela que sus convicciones variaban según sus intereses: soldado a las órdenes de los virreyes, insurgente, imperialista, republicano, monárquico, centralista, y desde luego, haciéndose llamar “Alteza Serenísima”. Durante la guerra contra Estados Unidos de Norteamérica de 1846 a 1848, en el que perdimos la mitad del territorio, la memoria colectiva conserva dos versiones, respecto de las razones de Antonio López de Santa Anna para impulsar la guerra. Una de ellas provino de la acusación pública como traidor que le hizo, en 1847, el diputado Ramón Gamboa y que creció por clamor popular; y la segunda versión, lo exime de tal calificativo, aunque no lo señala propiamente como tal. 

Guillermo Prieto, quien salvó al presidente Juárez de ser fusilado en Palacio de Gobierno en Guadalajara en 1858, se refería de Santa Anna, como un hombre “enteramente fascinado”, que era despreciativo con la “voz de la ciencia”, que exigía humillación de quienes lo rodeaban y que era inaccesible a la razón y a la “ingenuidad” y recordó que cierto grupo político llamaba a Santa Ana como “el inmortal ¾”, mientras el pueblo lo llamaba “el quince uñas”, “el tullido” o “la Cucaracha”, por faltarle la pierna izquierda a la que, en el colmo, le hicieron hasta funerales de Estado. 

Prosiguiendo. Las contribuciones a las puertas y ventanas citadas, eran para aquellas que se encontraban establecidas en edificios urbanos y rústicos de todo el país; la tasa variaba desde medio real hasta 4 reales; se pagaba de manera mensual por parte de los inquilinos, fueran rentadas o habitadas por sus propietarios y quedaban exceptuadas las fincas nacionales, las iglesias, palacios episcopales, casas municipales, conventos de religiosos de ambos sexos, hospitales, hospicios, escuelas gratuitas y colegios que dependan del gobierno ó de las sagradas mitras. 

Estaban también exceptuadas del impuesto, las casas de vecindad, aquellas que no tuvieran más de 4 recámaras habitables, en las que habitaban familias menesterosas que estén socorridas por alguna las conferencias de San Vicente de Paul, acreditándolo con certificado de las mismas; como también exentas, las puertas y ventanas de los salones de las fábricas en que se hubiere establecido algún ramo industrial, y las de las trojes y oficinas de todas clases en las haciendas de campo, debiendo entenderse por fábricas las que estén movidas por algún arte mecánico. 

Si usted es privilegiado en estos tiempos de crisis en tener algunos ahorros y se pregunta: ¿en qué ahorro? Quizás por el momento la única respuesta sería que compre dólares, ya que el ahorro en un banco mexicano es condenarlo a perder dinero, entre otras cosas como las comisiones, porque la Secretaría de Hacienda cobra, -un inútil e injusto impuesto-, al ahorro en México, lo cual aumenta la pérdida.

sábado, 17 de octubre de 2009

La Batalla

En la que pareciera una batalla entre el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y el Gobierno Federal, las autoridades capitalinas calcularon unas 150 mil personas, entre estudiantes, maestros, trabajadores universitarios, ferrocarrileros, telefonistas y tranviarios, que acompañaron a los extrabajadores de Luz y Fuerza del Centro (LyF), en protesta por la extinción de su centro de trabajo. 

El decreto presidencial publicado en una edición especial del Diario Oficial de la Federación del domingo pasado, argumenta en su exposición de motivos, que desde el 2001 al 2008 las transferencias financieras se incrementaron en más de 200%; que de 2003 a 2008 registró ingresos por ventas de 235,738 millones de pesos (mdp), mientras que sus costos fueron de 433,290 mdp; que registra un pasivo laboral de 240 mil mdp, de los cuales solamente 80 mil mdp corresponden a trabajadores en activo y 160 mdp al personal jubilado. 

Además, expone que la Auditoría Superior de la Federación (ASF), recomendó con motivo de la revisión de la Cuenta Pública 2006, que “…la Secretaría de Energía se coordine con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para que evalúen la conveniencia de elaborar estudios […], cuando algún organismo descentralizado deje de cumplir con sus fines u objeto o su funcionamiento no resulte ya conveniente desde el punto de vista de la economía nacional o del interés público, […]proponga al Ejecutivo Federal la disolución, liquidación, o extinción de aquél…”. 

La misma ASF fue la que presentó el informe “Áreas de Opacidad y Riesgo en el Estado Federal Mexicano, Oportunidades de Mejora, 2009”, en la que detectó por ejemplo, que en el 2006, 50 grandes contribuyentes, -entre empresas de la industria automotriz, productos fotográficos, panificadoras, acereras, tiendas departamentales y de autoservicio, e instituciones financieras-, pagaron 74 pesos de Impuesto sobre la Renta (ISR) y 67 pesos por Impuesto al Valor Agregado (IVA) entre el 2000 y el 2005, en promedio, entre otras barbaridades. Pero mientras este conflicto sigue su curso, le comento de una batalla que cambió el rumbo de la República. 

Para la batalla del 5 de mayo de 1862, el general republicano Miguel Negrete se dirigió a los 1,500 indios de la sierra norte de Puebla que comandaba, diciéndoles: “… Muchachos, nos vamos a batir con los que se dicen los primeros soldados del mundo, pero ustedes deben de demostrar que nosotros somos los primeros por el derecho que tenemos de nuestro suelo…”, mientras que el general Ignacio Zaragoza, Jefe del Ejército Republicano de Oriente, llamaba a sus soldados con “… Hoy vais a pelear por un objeto sagrado, vais a pelear por la patria y yo os prometo que en la siguiente jornada conquistaréis un día de gloria. Vuestros enemigos son los primeros soldados del mundo, pero vosotros sois los primeros hijos de México y os quieren arrebatar vuestra patria. ¡Soldados!, leo en vuestras frentes la victoria y la fe. ¡Viva la patria!...”.

Las banderas ondeaban con el viento, la tropa entusiasmada bajo la mirada de los generales Porfirio Díaz, Francisco Lamadrid y Felipe Berriozábal. 4.700 soldados mexicanos, la mayor parte de ellos veteranos de la Guerra de Reforma, entre 100 y 300 milicianos y civiles armados, en contraste con los 6.048 soldados franceses, entre Infantería Naval, 99° Regimiento, segundo regimiento de Zuavos y soldados de Argelia y Reino Unido. Decía Zaragoza, que “…pelean bien los franceses […] pero los nuestros matan bien…”.

Al final, Se dice que el Conde de Lorencez, -general en jefe del ejército francés-, no pudo evitar el llanto de la derrota, con lo que decidió retirarse hacia Amozoc en Puebla. Por su parte, el presidente Benito Juárez llamaba al pueblo a la lealtad “… Que el enemigo nos venza y nos robe, si tal es nuestro destino; pero nosotros no debemos legalizar ese atentado, entregándole voluntariamente lo que nos exige con la fuerza. (…) Dejemos siquiera vivo el derecho para que las generaciones que nos sucedan lo recobren. …”.

Recordemos que luego de la guerra con Estados Unidos en 1847, en la que perdimos más de la mitad del territorio, el pueblo mexicano adquirió experiencia y junto con el oprobio, aunado al odio con que lo recordaba, construyó un sentimiento de nacionalismo. Leales a la República, ganamos. 

En las primeras transmisiones por telégrafo en el país, el General Zaragoza informaba al Presidente Juárez: “…Las armas mexicanas se han cubierto de gloria…”. La noticia se propagaba en los periódicos liberales de la época: “El Monitor Republicano”, “El Siglo Diez y Nueve”, entre otros. 

Más adelante, en el desarrollo de la Segunda Intervención Francesa, hubo un periódico publicado por Vicente Riva Palacio, nieto del insurgente Vicente Guerrero, en el que se defendía a la República y se ridiculizaba -con sátira política- a los personajes del imperio. Su nombre: “El Pito Real”, nombre de una canción de los chinacos liberales, y del cual, el pueblo generalizó la palabra pitorrearse.

sábado, 10 de octubre de 2009

El procedimiento



Cuando el 3 de agosto de 2001, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) autorizó la venta del Grupo Financiero Banamex a Citigroup, por un monto de 12,447 millones de dólares (mdd), esta operación quedó exenta de impuestos y bajo el siguiente procedimiento: primero, el 50% mediante el intercambio de acciones de Citigroup por las de Banamex, y segundo, el restante se liquidó en efectivo bajo tres modalidades a elección del tenedor de las acciones. 

Entre los activos vendidos, se encuentra la casa donde vivió Agustín de Iturbide, en el centro histórico de la ciudad de México: una barbaridad. Ahora, el Senado acordó interponer una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia (SCJN) contra el Ejecutivo Federal, por la participación económica del gobierno Norteamericano en Citigroup, ilegal en nuestro país. 

Mientras tanto, en la Cámara Baja se instalaba la Comisión de Presupuesto, que preside el diputado Luis Videgaray, ex secretario de Finanzas del gobierno del Estado de México, quien advierte que es poco el tiempo que hay para elaborar el dictamen del presupuesto para el año 2010, y propone un procedimiento de trabajo: legalidad, apertura y orden. En el bosque de Chapultepec existe un personaje sin igual.

Se trata de un árbol ahuehuete, que dice la leyenda que fue plantado por Netzahualcóyotl en el año 1460, a petición de Moctezuma. Este árbol estuvo bajo el cuidado de sus guardianes, -indígenas, con la misión de conservar la sacralidad del lugar. Se dice que el árbol, -como máxima autoridad del bosque-, era una puerta dimensional, en donde los sacerdotes toltecas lograban transportarse a otros mundos: un lugar místico.

Cuando Moctezuma se enteró de la llegada de los españoles, se dirige al árbol, tratando de transportarse, -como los sacerdotes toltecas-: pide permiso al árbol, se lo niega y le dice que vaya a enfrentar su destino de emperador, sea cual fuere. A mediados del siglo XIX, este árbol fue bautizado por los cadetes del Colegio Militar como “El Sargento”.

Los niños héroes, encabezados por el teniente Juan de la Barrera y entusiasmados por los guardianes de “El Sargento”, -una pareja de cocineros del Colegio Militar-, se dirigen a pedirle permiso y solicitarle las claves para combatir al enemigo invasor de 1847 de Chapultepec. Los guardianes consideraban a los menores como aspirantes a guerreros sagrados, pero a Juan de la Barrera, quien encabezó el contingente, lo consideraban como el más espiritual. Habían adquirido un nivel de conciencia. 

Los menores frente al árbol, le argumentaron que esa guerra debía ser ejercida, no como una simple lucha militar, sino como una lucha sagrada, -como la que sostuvo Cuauhtémoc o Juana de Arco-, de la cual dependía el futuro de la patria. 

Se dice que el árbol, inicialmente, se negó a darles información, y los menores, al ver la resistencia del ahuehuete y en un acto de inocencia, lo amenazaron con fusilarlo y colocarle un anuncio: “este árbol es un traidor”. Conmovido con el noble y glorioso gesto de los menores, “El Sargento” les otorgó el procedimiento: las claves de la lucha ritual así como la letra de lo que posteriormente sería el himno del Colegio Militar. Los generales Nicolás Bravo y Mariano Monterde, el último director del Colegio Militar, se convencen de que Santa Anna no les enviará refuerzos. El 13 de septiembre, los 800 soldados y 40 cadetes que defendían el Castillo de Chapultepec, sucumben ante la fuerza de más de 10,000 soldados invasores. 

El primero en morir fue Juan de la Barrera en los límites del bosque; el segundo fue el cadete jalisciense Francisco Márquez cuando bajó del castillo a enfrentar a los invasores, cerca del “El Sargento” con la sorpresa de ver a un niño con uniforme haciéndoles alto, le disparan cayendo muerto, y en un acto de reconocimiento y respeto, los soldados norteamericanos guardan silencio, interrumpen sus cantos y rodean el cadáver. El resto se hallaban en el Castillo en espera del enemigo. 

La historia reconoce a Juan Escutia como el que se arrojó con la bandera antes de que el enemigo la tomara como trofeo de guerra, lo mismo hicieron Santiago Xicoténcatl y Margarito Zuazuo. 

Esta batalla se perdió por la complicidad de Antonio López de Santa Anna con el invasor: Suministraba, -de manera oculta-, provisiones de boca y de guerra, bloqueaba operaciones militares mexicanas y facilitaba las invasoras, entre otras. Hubo una rebelión de militares, que en guerrillas combatía al enemigo. 

No eran reconocidos: la primera vez que surgen los nombres de algunos de los cadetes es en el Parte de las operaciones ejecutadas por la 3ª. Brigada de infantería del Ejército Mexicano, en los días 12 y 13 de septiembre de 1847, que rindió Joaquín Rangel, destacando a los que murieron en la batalla. 

Hasta 1870, el primer libro de texto de historia que hace referencia pública a los alumnos del Colegio Militar, -limitándose a indicar que realizaron actos valerosos,- fue el Compendio de la historia de México de Manuel Payno. Este mismo año, el licenciado Ignacio Burgoa y el presidente Municipal de la ciudad de México, Antonio Sola, solicitaron al presidente Benito Juárez que declarara día de luto nacional el 13 de septiembre, y lo invitaron también a asistir al acto que prepararon para el 8 de septiembre de ese año. 

Desde la presidencia de Sebastián Lerdo de Tejada y durante la de Porfirio Díaz, enfrente de ‘‘El Sargento’’ retumbaban las salvas de fusiles que los cadetes debían disparar a un tiempo, causando gran emoción entre el público por su precisión. 

Un factor fundamental del proceso de reconocimiento, fue el decreto del 3 marzo de 1884, que establecía que en el Colegio Militar se pasara lista de presentes a los cadetes muertos en 1847, en que se debía responder con un convincente ‘‘!Murió por la patria!’’.

En el centenario de la batalla de Chapultepec de 1847, el Congreso de la Unión por conducto del presidente de la Cámara de Diputados y del Senado, Alejandro Gómez Maganda y Fidel Velázquez, respectivamente, develan en el muro de honor la leyenda "A los niños héroes de Chapultepec" en letras de oro. En 1950, la celebración de los hechos de 1847 tuvo también como telón de fondo la ‘‘buena vecindad’’.

El embajador estadounidense Walther Thurston, por encargo —según dijo— del pueblo norteamericano y del presidente Harry S. Truman, entregó 12 banderas que en 1847 fueron hechas trofeo de guerra y llevadas a Estados Unidos. La entrega simbólica fue hecha por cadetes de West Point a sus iguales del Heróico Colegio Militar.

sábado, 3 de octubre de 2009

El último

La madrugada del martes 30 de septiembre, los Grupos Parlamentarios representados en la Cámara de Diputados, llegaron a acuerdos para la integración de las 44 comisiones ordinarias.

Por ser mayoría, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) presidirá 20 comisiones; Acción Nacional (PAN) 12; el de la Revolución Democrática (PRD) 6; Verde Ecologista (PVEM) 3 y Nueva Alianza (NA), del Trabajo (PT) y Convergencia (CONV), 1 Comisión, respectivamente.

El PRI presidirá las comisiones de Comunicaciones, Defensa Nacional, Derechos Humanos, Educación, Economía, Justicia, Presupuesto y Cuenta Pública, Trabajo y Previsión Social, entre otras; el PAN las de Energía, Gobernación, Hacienda y Crédito Público, Salud y Seguridad Pública, por citar algunas. El PVEM presidirá la Comisión de la Función Pública, Medio Ambiente y la de Radio, T.V. y Cinematografía, mientras que NA la de Ciencia y Tecnología, el PT la de Relaciones Exteriores y Convergencia la de Marina.

Además de estas Comisiones, falta integrar las Comisiones Especiales y de Investigación. Mientras tanto, falta un diputado para completar la LXI Legislatura: en días pasados, el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal, con sede en Puebla, desechó la queja de Julio César Godoy Toscano, medio hermano del gobernador de Michoacán, Leonel Godoy Rangel, quien está acusado por la Procuraduría General de la República (PGR) de proteger al grupo criminal denominado “La Familia Michoacana”, debido a que en este caso no opera la suspensión provisional, en virtud de que los cargos imputados contra Godoy Toscano son de los considerados graves.

En 1874, un hombre escribiría sus memorias: Pedro José Sotelo, quien desde 1803, -a los 13 años de edad-, fue encargado por su madre al amparo de Miguel Hidalgo y Costilla, quien lo recibe de manera afectuosa, le dio casa, comida y sustento, le doctrinaba, dándole buenos consejos y lo puso a dedicarse al arte de la alfarería. Como compensación, recibía 1 peso o 4 reales, a manera de gratificación “para su madre”, de palabras de Hidalgo.

Casi todos los alfareros que trabajaban para Hidalgo eran, -a su vez-, músicos dirigidos por Santos Villa, para la complacencia del futuro Padre de la Patria, en las tertulias que organizaba en su “Francia Chiquita”, su hogar.

Hidalgo, hombre culto, convencido de las ideas de la época, de quien existe la hipótesis, -todavía no comprobada-, de que fue francmasón e iniciado en los misterios del antiguo templo del Rey Salomón, por un oficial español alojado en casa de Hidalgo, que llegó junto con Francisco Güemes Horcasitas, -el Conde de Revillagigedo-, Virrey de la Nueva España de 1746 a 1755.

Alguna vez, -dice Sotelo-, que Hidalgo le comentó: “…guarda el secreto y oye: no conviene que, siendo mexicanos, dueños de un país tan hermoso y rico, continuemos por más tiempo bajo el gobierno de los gachupines, éstos nos extorsionan, nos tienen bajo un yugo que no es posible soportar su peso por más tiempo; nos tratan como si fuéramos sus esclavos, no somos dueños aún de hablar con libertad; no disfrutamos de los frutos de nuestro suelo, porque ellos son los dueños de todo; pagamos tributo por vivir en lo que es de nosotros, por último, estamos bajo la más tiránica opresión, ¿no te parece que esto es una injusticia?...”. Sotelo asintió con la cabeza e Hidalgo hizo lo mismo con el resto de sus artesanos.

Francisco Barreto, Juan de Anaya, Ignacio Sotelo, Isidro Cerna, José María Perales, Atilano Guerra, Manuel Morales, José María Pichin, Jesús Galván, Antonio Hurtado de Mendoza, Pantaleón de Anaya, Brígido González, Vicente Castañón, Juan Quintana, Francisco Moctezuma, Nicolás Aviléz, Julián Gámez, Tiburcio Gámez y Antonio Gámez, alfareros, sederos y conocidos de Hidalgo, fueron los primeros soldados de la independencia junto con Sotelo.

Para entonces, Sotelo casó con una joven huérfana protegida en la casa de Mariano Abasolo. Los gastos de la boda corrieron por cuenta de Hidalgo. La madrugada del 15 de septiembre de 1810, Sotelo acompañó a Hidalgo a la iglesia en Dolores. El Zurdo, -también llamado el Cojo-, Galván, atiende instrucciones de Hidalgo y llama a misa con repiques de campana.

Sotelo se hace cargo de la prisión de los españoles. Casi a finales de septiembre, se incorpora al ejército de Hidalgo en Guanajuato y se hace cargo de la tesorería del ejército y de los equipajes de los generales. Estuvo en la Batalla de Monte de las Cruces y Aculco. 

Sotelo enferma en Acámbaro y pierde los fondos de la insurgencia y los equipajes. Regresa a Dolores donde se oculta con las hermanas de Hidalgo en el rancho de Las Piedras.

Mientras tanto, la independencia seguía su rumbo: Hidalgo marchaba a Guadalajara con el descontento de Allende. Desde Guanajuato, Allende había escrito algunas cartas a Hidalgo, en el que le mostraba su disgusto por marchar a Guadalajara: “…[…] Usted se ha desentendido de todo nuestro comprometimiento, y lo que es más que trata usted de declararme cándido, incluyendo en ello el más negro desprecio hacia mi amistad … Espero que a la mayor brevedad me ponga en marcha las tropas y cañones, o a la declaración verdadera de su corazón, en inteligencia de que si es como sospecho, es que usted trata sólo de su seguridad y burlarse hasta de mí, juro a usted por quien soy que me separaré de todo, más no de la justa venganza personal […]…” le expresaba Allende a “el cabrón del cura”, como lo llamaba.

Sotelo se esconde en varias ocasiones de los realistas hasta la consumación de la independencia en 1821 y después, es nombrado conserje de la casa de Hidalgo.

En el invierno de su vida, escribe sus “Memorias del último de los primeros soldados de la independencia”, dedicadas al presidente Sebastián Lerdo de Tejada.

sábado, 26 de septiembre de 2009

No los reconocen

Mientras en el Senado era ratificado Arturo Chávez Chávez como procurador General de la República, en Cámara de Diputados comparecía Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública Federal. 

En el primer caso, algunas de las madres de las muertas de Juárez, se inconformaban con la designación del Ejecutivo Federal y su ratificación en Cámara Alta; en el segundo, se trató de una comparecencia en el marco de la glosa del Informe Presidencial, en la que resalta su propuesta de eliminar las más de 2,000 policías municipales en el país para integrarlas a las policías estatales, en un esfuerzo por combatir la inseguridad. 

Sin embargo, el común denominador en ambos casos es que la oposición en Cámara Alta y Baja, respectivamente, no reconoce la capacidad de ambos funcionarios.

En el caso de Chávez Chávez es señalado por organismos de derechos humanos y de la sociedad civil, -nacionales e internacionales-, como no de fiar en materia de garantías individuales, mientras en una comparecencia desangelada de García Luna, los diputados lo señalaron de incompetencia y corrupción para el funcionario y su dependencia. 

Sin embargo, existe un lugar en la República donde son reconocidos una serie de personajes y que, -sin temor a equivocarme-, es único en el país, en el que conviven desde independentistas y realistas, imperialistas y republicanos, liberales y conservadores, y hasta masones y clérigos. Todos ellos defendieron su noble y gloriosa causa y ahora, hasta parece que vuelven a reunirse para contarse sus mejores anécdotas de tiempos de gloria, volviendo a despertar pasiones y reproches entre ellos mismos. 

Me refiero al Museo Panteón de San Fernando, primer cementerio de hombres ilustres de México, en cuyo exterior, un lábaro patrio señala el santo sanctorum de todos aquellos que entre 1832 y 1871 ofrendaron su vida en aras de la ahora República, y que puede catalogarse entre los cementerios más famosos a nivel internacional, de manera similar a los de Arlington, en Washington; la Abadía de Westminster, en Londres, o Montparnasse -donde se hallan los restos de Porfirio Díaz- y Pére Lachaise ambos en París. 

Como era un cementerio pequeño, limpio y ordenado, fue escogido por las familias de clase alta como el sitio adecuado para su sepultura.

Debido a esto, los precios de los servicios fúnebres en San Fernando fueron subiendo, y en pocos años, sólo la gente más rica y poderosa de la sociedad podía pagar su inhumación en este lugar. Es por esto que en San Fernando observamos aún las tumbas de políticos, militares, gobernantes y personalidades de la sociedad del siglo XIX. 

Durante muchos años, era común que los muertos fueran sepultados dentro de las iglesias, detrás de los muros o debajo del suelo, apenas cubiertos con tablas de madera y casi al nivel de la superficie, lo que producía muy malos olores y espectáculos muy desagradables para los visitantes de templo.

A eso se debe que gran cantidad de templos en el país sus entradas se hallen con piso de madera. Sin embargo, una costumbre tan arraigada como esa era muy difícil de suprimir entre la sociedad. 

Ahí, en el Mausoleo donde se encuentra el presidente Benito Juárez y su amada Margarita, puede contemplarse a la madre patria cómo llora la pérdida de ese hijo pródigo, e imaginarse los reproches que le hace el general Miguel Miramón, por haber ordenado su fusilamiento en el cerro de las Campanas; o con un poco de suerte, figurar las discusiones entre Francisco Zarco, vestido con una corbata roja como todo buen liberal, junto con Tomás Mejía, a la usanza de cualquier conservador con corbata verde. 

Con suerte, Carlos María de Bustamante -como historiador- podría hacernos imaginar junto con Francisco González Bocanegra, el espíritu escondido de la letra del Himno Nacional, y explicarnos cómo es que se determinó, en 1943, eliminar la estrofa que hablaba de Iturbide, cuyos restos desde 1838, fueron trasladados con gran pompa al lugar donde fue coronado en la catedral de México, donde reposan en una urna cubierta por la bandera que él creó: la de las Tres Garantías. 

Cada 5 de diciembre, el pueblo celebraba con sarcasmo “la fiesta de la pata”, al referirse a la pierna izquierda amputada en combate a Antonio López de Santa Anna, extremidad que mereció ser sepultada con funerales de Estado, pero que se encuentra en otro lugar. 

Los restos de muchos de ellos han sido trasladados a otros lugares, como los del Gral. Vicente Guerrero, quien fue presidente y organizador del partido yorkino, que agrupaba a los masones que no eran escoceses, y que ahora reposan en la Columna de la Independencia; así como los del Gral. Ignacio Zaragoza, trasladados a Puebla, pero sus sepulcros, quedan en este lugar verdaderamente sorprendente, y que se yergue como el panteón de la República. 

Además, usted puede encontrar los sepulcros de presidentes de la República, ministros de Estado, gobernadores, militares y artistas de la época, como Constantino Escalante (el mejor caricaturista político del Siglo XIX), Henriette Sontag (Soprano alemana, primera mujer en cantar nuestro Himno Nacional en 1854), Antonio Castro Montes de Oca (el actor cómico más afamado del Siglo XIX en México), entre otros. 

Como fantástico, pero a la vez inverosímil, fue que Maximilano de Austria haya sido el que en 1865, develara la primera estatua en el país del Siervo de la Nación, José María Morelos y Pavón, condenado por la santa inquisición por haber violado el celibato al tener 3 hijos ilegítimos, uno de ellos: Juan Nepomuceno Almonte, militar de carrera y quien, paradójicamente, formó parte de la Junta de Notables que ofreció la corona mexicana a Maximiliano en Europa y encargado de recibirlo en Veracruz.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Por la patria

En un mensaje a los diputados para exhortarles a que aprueben el paquete económico para 2010, el presidente Felipe Calderón apeló a la solidaridad, valentía e incluso patriotismo de todos, con el objetivo de erradicar la pobreza extrema, a fin de que “no haya mexicanos que no tengan ni para comer”.

Por su parte, el secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont, en su comparecencia ante la Cámara de Diputados, defendió la batería de los legisladores federales, calculando sus argumentos para sin titubeos, defender la política interna en el escenario enrevesado que vive el país.

Soportó los dichos del diputado Gerardo Fernández Noroña (PT), quien le pidió responder si había entregado al titular del Ejecutivo federal un mensaje que le envió el pasado 1 de septiembre en donde le solicita su renuncia. Gómez Mont contesto: "Y no, no pasé su recado, no estoy para hacer lo que usted diga".

En su oportunidad ante la máxima Tribuna del país, el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, jugueteaba con su pluma, hacía apuntes, pedía algunos datos a sus asesores. Pero, cuando el diputado Jesús Alberto Cano Vélez (PRI), censuró la propuesta de la llamada contribución para el combate a la pobreza, pues, dijo, funciona como IVA, grava con IVA y lastima como IVA, es un albazo impositivo, Carstens se puso serio y no evitó expresar algo así como un puchero.

Por su parte, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), presentó el informe “Áreas de Opacidad y Riesgo en el Estado Federal Mexicano, Oportunidades de Mejora, 2009”, en la que detectó 13 áreas sensibles de opacidad pública, como los Adeudos de Ejercicios Fiscales Anteriores, -ADEFAS-, mejor conocidos como subejercicios presupuestales; deficiencia recaudatoria: por ejemplo, en el 2006, 50 grandes contribuyentes, que corresponden, -en general-, a empresas de la industria automotriz, productos fotográficos, panificadoras, acereras, tiendas departamentales y de autoservicio, e instituciones financieras pagaron 74 pesos de Impuesto sobre la Renta (ISR) y 67 pesos por Impuesto al Valor Agregado (IVA) entre el 2000 y el 2005, en promedio.

De acuerdo a una revisión efectuada por la ASF, el número de Fideicomisos se incrementó de 1,387 en 2004 a 1,409 en 2005, y el monto de sus activos pasó de 675 mil millones de pesos a 742 mil millones de pesos en ese periodo.

En su oportunidad, los diputados Josefina Vázquez Mota y César Nava (PAN), descalificaron el informe de la ASF. Así y por considerarlos antipatriotas fueron, -presuntamente-, fusilados Agustín de Iturbide y Maximiliano de Habsburgo.

Según la hipótesis, Agustín de Iturbide nunca lo fusilaron. Después de su exilio en Liorna, Italia, llegó junto con su familia y corte a bordo del barco inglés Spring, el 14 de julio de 1824 al puerto de Soto la Marina, en el Nuevo Santander, hoy Tamaulipas. En este lugar ya lo esperaba desde los primeros días de julio, un informante aliado de toda su vida, el criollo de nombre Xavier de Castilla, quien trepó con sus fuerzas a la embarcación para advertirle al monarca sobre el castigo que le tenían programado sus enemigos.

Entre sus sirvientes, había uno que podía pasar como su gemelo: se trataba de Guillermo Falcón Alatriste. Iturbide lo mandó llamar y lo ajuareó con su capa y ropajes principescos, haciéndole prometer lealtad incluso a la hora de la muerte. Antes de morir, encomendado a las manos de Dios, redactó una carta que memorizó de labios de Iturbide para su familia, aventó a la cara de los soldados sus últimas monedas y gritó: “¡Mexicanos, muero con honor por haber venido a ayudaros y gustoso porque muero entre vosotros!”. Después rezó el Credo y sonó la descarga. Su cuerpo quedó en el suelo, bañado en sangre.

Mientras tanto, se dice que el verdadero Iturbide se encontraba a tres días de camino rumbo a la ciudad de Puebla, queriendo recuperar el tiempo perdido y, desde allí, planear su reconquista. Iturbide, mal disfrazado y ya en Puebla, como el que se encuentra a un pordiosero, se mezcló entre la muchedumbre y escuchó del padre que oficiaba la misa las loas a San Agustín. Entendió que era 28 de agosto, día de su santo.

Tocó casa por casa hasta que dio con la propiedad de doña Eduviges Acosta y Gama, una mujer que le había ayudado económicamente en la consolidación de su monarquía y a quien le contó todas las desventuras que tuvo que pasar para conservar la vida. Dicen que halló casa en una cueva en el norte de Puebla y que la hacía de santo en las comunidades de los naturales.

Los que convivieron con él aseguran que vivió hasta muy viejo y que pasó los últimos 30 años ayudando a los nativos y esparciendo la palabra de Dios. Los oriundos que lo encontraron muerto le dieron entierro en la misma cueva donde habitaba para que los animales no se lo comieran. Sobre Maximiliano.

Cuando las tropas mexicanas replegaron y vencieron en Querétaro a las fuerzas imperialistas de Maximiliano y sus conservadores, la historia oficial dice que el depuesto emperador fue ejecutado en el cerro de las campanas en Querétaro, junto con los generales conservadores Miguel Miramón y Tomás Mejía, quienes proclamaban su patriotismo al pelear por la causa de los conservadores.

A su fusilamiento, Juárez publicó un edicto que decía “…El archiduque Fernando Maximiliano José de Austria, fue hecho justo por las armas el 19 de junio de 1867…”.

Seguido a la ejecución, el cuerpo embalsamado fue enviado a Austria. Cuenta la historia que Maximiliano tenía ojos celestes, pero al ser embalsamado el cadáver, sus ojos fueron retirados y en su lugar se colocaron de cristal. Cuando el ataúd fue abierto, su madre según se dice exclamó: "¡Este no es mi hijo!".

Según las hipótesis, Maximiliano habría sido perdonado, en secreto, al ser parte de la hermandad masónica como lo era Juárez, con la condición de vivir fuera de México.

En 1871 apareció en la República de El Salvador, un caballero de nombre Justo Armas, conocido en San Salvador, su capital, por ser una persona de maneras elegantes europeas, hablaba un alemán educado y fluido, entre otros idiomas, y aparentaba poseer un extenso conocimiento de la sociedad de la clase alta Europea y asuntos de la corte, especialmente la de Austria.

Para mantenerse, estableció un servicio de banquetes para reuniones sociales de alto nivel.

Este hombre se caracterizó por su buen vestir aunque siempre andaba descalzo, para cumplir una promesa a la Virgen del Carmen, por haberlo ayudado a salir de un momento de peligro de muerte, y juró, no revelar su identidad jamás.

Esta teoría implica una improbable, pero no imposible, longevidad para don Justo, quien hubiese tenido 104 años a su muerte en 1936, siempre y cuando el señor Armas haya sido en realidad, el que fue hecho justo por las armas: Maximiliano, nacido en 1832. El secreto sigue vigente.

No tiene nada de patriótico pedir apoyo para aumentar impuestos. No hay 300 mil millones de pesos de hoyo fiscal: hay presuntos malos manejos y opacidades en la administración de gobierno.

sábado, 12 de septiembre de 2009

El comienzo

Múltiples voces se han manifestado en contra del paquete económico 2010, por el que el presidente Felipe Calderón, propuso elevar la tasa máxima de ISR de 28% a 30%, cervezas del 25% al 28%, el impuesto a los depósitos en efectivo (IDE) aumenta su tasa del 2 al 3% a partir de depósitos de 15 mil pesos, un impuesto nuevo de 4% al uso de telefonía celular, televisión de paga o conexión a internet así como un impuesto nuevo para el combate a la pobreza de 2% en las ventas en general (equivalente al IVA), incluyendo medicinas y alimentos, con la única excepción de las exportaciones.

El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, explicó que los ingresos alcanzarían 175,700 millones de pesos (mdp) de los cuales 155,300 se obtendrían por nuevo impuestos y 20,400 mdp. por mayor eficiencia recaudatoria. 

Además, el Ejecutivo Federal propuso la desaparición de la Secretaría de Turismo, la de la Reforma Agraria y de la Función Pública, en la que se transformará en una Contraloría General, dependiente del Ejecutivo.

Este último esquema no es nada nuevo, ya que anteriormente se denominada Secretaría de la Contraloría General de la Federación. Anunció también cambios en su gabinete: Juan José Suárez Coppel entra a PEMEX, Arturo Chávez Chávez a la PGR y Francisco Mayorga Castañeda a SAGARPA substituyendo el bajo perfil de la administración de Alberto Cárdenas Jiménez.

Sobre el primero, senadores lo señalaron con antecedentes gravísimos de daño patrimonial a la empresa petrolera entre 2004-2006 y además se dijo que es sobrino de Francisco Gil, exsecretario de Hacienda; sobre el segundo, el Grupo de los Verdes en el Parlamento Europeo y organizaciones de derechos humanos, han pedido al Senado mexicano no ratificar su nombramiento, por sus violaciones a los derechos humanos al frente de la Procuraduría de Justicia en Chihuahua. 

Si verdaderamente el Ejecutivo Federal desea hacer una administración austera, para hacer más con menos, pues olvidó desparecer también las más de 2,000 direcciones de área, adjuntas y 100 subsecretarías de Estado, -creadas en su administración y en la del expresidente Fox-, así como imponer un gravamen a la transmisión de dominio en las acciones bursátiles, a la fuga de capitales, suspender los regímenes especiales fiscales, evitar subejercicios en las Secretarías de Estado, -como el del 2007 por 120 mil mdp-, entre otros. 

Además, el entonces candidato Felipe Calderón, en el debate sostenido el 25 de abril de 2006, dijo que: "... En síntesis, mi política fiscal será bajar impuestos para quienes producen, para que haya más inversión, más empleo y para que vivamos mejor. ..." Ahora, las propuestas están en la cancha del Congreso. 

En las tertulias, conocidas como conspiraciones de chocolate y café, las reuniones que se organizaban en la casa del Corregidor de Querétaro, Miguel Domínguez, su esposa, Doña Josefa Ortiz, una dama regordeta, de quien se dice que no sabía escribir pero sí leer, era matrona de ojos vivaces, muy conservadora en algunas cosas, madre de 14 hijos que no permitía que sus hijas fueran a bailes o al teatro y cuidaba de que Ignacio Allende, recién viudo, o sus subalternos, coquetearan con ellas. 

Se disfrutaba de las lecturas favoritas de Miguel Hidalgo: Las obras de teatro de Moliere y Racine; los escritos de Voltaire, Diderot y Rousseau. Algunas ocasiones recitaba los versos de El Corán, y ocasionalmente les compartía sus serias reflexiones sobre la existencia de los Reyes Magos, rodeado de los anfitriones, en compañía del abogado Parra, el farmacéutico Estrada, el presbítero Mariano Sánchez, Ignacio Allende, -oficial de los dragones de la Reina-, y el tendero Epigmenio González, entre otros. 

Quien conoció personalmente a Hidalgo, dice que era cargado de espaldas, de color moreno, ojos verdes vivos y la cabeza algo caída sobre el pecho.

La noche del 15 de septiembre de 1810 en la casa de Miguel Hidalgo, se reunió Hidalgo con Pedro José Sotelo, Francisco Barreto, Juan de Anaya, Ignacio Sotelo, Isidro Cerna, José María Perales, Atilano Guerra, Manuel Morales, José María Pichín, Jesús Galván, Antonio Hurtado de Mendoza, Pantaleón de Anaya, Brígido González, Vicente Castañón, Juan Quintana, Francisco Moctezuma, Nicolás Avilez, Miguel Avilez, Julián Gamez, Tiburcio Gamez y Antonio Gámez, quienes fueron los primeros soldados de la independencia. 

Para la madrugada del 16 de septiembre de 1810, se dirigieron a la cárcel de Dolores, para dar libertad a unos 80 presos, a quienes Miguel Hidalgó, -el cabrón del cura-, los armó con lanzas.

Luego, el pequeño contingente se dirigió al atrio del templo. Hidalgo le ordenó a su sacristán, conocido como “El Cojo" o "El Zurdo" Galván, que repicara las campanas.

Al congregarse la gente, Hidalgo les dijo "... ¡¡¡Nos levantamos en armas, para quitarles el mando a los gachupines, que se han entregado a los franceses, y quieren que nosotros los americanos, corramos la misma suerte, lo cual no consentiremos jamas !!!..." y prosiguió diciéndoles: "... Debemos salvar nuestra santa religión de los impíos, acabar también con los privilegios de los gachupines, que tanto daño nos han hecho. Mírense las caras hambrientas, los harapos, la triste condición en la que viven, porque nosotros, somos los verdaderos dueños de estas tierras. ¡¡¡Viva la independencia!!!, ¡¡¡Viva la América!!!, ¡¡¡Muera el mal gobierno!!!, ¡¡¡Mueran los gachupines!!! ... ". 

Después, se unieron a la causa independentista José Antonio Torres (El Amo), Pedro Rosas (El Arrierote), Andrés Pérez (El Atolero), Rafael Mendoza (Brazo Fuerte), María Andrea Martínez (La Campanera), Vicente Gómez (El Castrador), Manuela Medina (La Capitana), Miguel Ramos Arizpe (El Comanche), Albino García (El Manco), Antonio y Quirino Balderas (Los Monigotes), José María Medrano (EL Muerto), las hermanas Felipa, Antonia, Feliciana, María Martina y María Gertrudis Castillo (Las Once Mil Vírgenes), los hermanos Matías, Encarnación y Francisco Ortíz (Los Pachones), José María Ramírez (El Pelón Chilaquiles), Isabel Moreno (La Pimpinela), Juan José Martínez (El Pípila), Juana Bautista Márquez (La Gabina), María Guadalupe (La Rompedora), Ignacia Rodríguez (La Güera), una mujer apodada La Barragana así como varios hombres y mujeres apodados El Bendito, Caballo Flaco, Tío Curro, Diente Mocho, La Fina, Las Coheteras, el Indio Dolores, el Ratón, entre muchos más. 

El pueblo gritó de alegría. Se burlaba de los españoles y su forma de hablar. Por la mañana del 16, eran más de 800 hombres.

Así, con la revolución armada, y de la cual, casi de manera paralela inició también la revolución ideológica, comenzó la independencia.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Vamos viendo….

Luego de que en agosto de 2008, el Constituyente Permanente, integrado por las Cámaras del Congreso de la Unión y las Legislaturas de las Entidades Federativas aprobara las reformas al artículo 69 constitucional, por tercera ocasión el presidente Felipe Calderón presentó, -por conducto del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont-, su informe de gobierno ante el Congreso, presidido por Francisco Ramírez Acuña.

Ante autoridades reunidas en Palacio Nacional, Calderón dijo que cambiar de fondo, no sólo es la mejor, sino la única alternativa; y propuso 10 acciones: 1.- concentrar la fuerza y los recursos del Estado mexicano en un esfuerzo de todos por frenar el crecimiento de la pobreza; 2.- establecer la cobertura universal de salud; 3.- lograr una educación de calidad; 4.- reforma profunda de las finanzas públicas; 5.- una reforma económica de fondo y generación de reformas en las empresas públicas del sector energético; 6.- una reforma al Sector de las Telecomunicaciones; 7.- una reforma que incremente la productividad laboral; 8.- una reforma regulatoria de fondo; 9.- profundizar y ampliar la lucha frontal contra el crimen y por la seguridad de los ciudadanos; y, 10.- una reforma política de fondo.

Una vez proclamada la independencia, el autodenominado emperador Agustín de Iturbide, fue el primero en ofrecer al Congreso el resultado de su gobierno mediante dos informes: uno en noviembre de 1822 y el otro en marzo de 1823, y además, los entonces ministerios de Relaciones Exteriores e Interiores, Justicia y Negocios Eclesiásticos, Hacienda Pública y, por último el de Guerra, hacían lo propio ante el Congreso mediante la presentación de memorias de trabajo; quienes aprovechaban para gestionar sus intereses por conducto de los oradores del gobierno.

En ese entonces, por acuerdo de la mayoría legislativa, que era ideológicamente afín al controversial Iturbide, el Congreso aprobó en 1835 que el nombre de su “Alteza”, fuera inscrito con letras de oro en el salón de sesiones, hasta 1921, ya que la Cámara de Diputados acordó eliminarlo de tan honrosa distinción, por considerarlo indigno en sus acciones y sin los merecimientos necesarios.

Hubo un intento de la diputación federal del Partido Acción Nacional, por incluir, nuevamente, el nombre del seudoemperador en letras de oro. Durante el desarrollo de la sesión solemne del Congreso del 23 de septiembre de 1971, en la que se develó en letras de oro, la máxima de Vicente Guerrero: “La Patria es Primero”, el intento de los legisladores fracasó, al ser rechazada consecuencia del emocionante debate histórico de los diputados Francisco Ortiz Mendoza, Jesús Arroyo Alanís y el jalisciense Abel Salgado Velasco, quienes demostraron que Iturbide, por sus actos, fue un traidor y oportunista a los ojos del pueblo.

Iturbide escribiría en sus memorias, que “…El Congreso de México trató de erigir estatuas a los jefes de la insurrección […]. A estos mismos jefes había yo perseguido, y volvería a perseguir [...]....”.

Prosiguiendo, el artículo 68 de la Constitución de 1824, preveía que el presidente de la federación –así denominado- asistiera el primero de enero de cada año, a la apertura del periodo ordinario de sesiones y pronunciara un discurso relativo a este acto, pero no para informar. Formalmente, la obligación para que el presidente de la República asistiera a informar al Congreso, data de la constitución de 1857 en su artículo 63.

Un exceso a corregir. En la Segunda Intervención Francesa, Maximiliano le ordenó a su secretario particular, José Luis Blasio, que redactara el decreto por el que se autorizaba devengar un sueldo de 1 millón 200 mil pesos anuales y para la emperatriz Carlota 200 mil pesos anuales; y por su parte, el presidente Juárez instruía a su secretario particular, Pedro Santacilia, a redactar el decreto por el que se reducía el sueldo de 36 mil a 30 pesos anuales.

Durante el mandato del presidente Porfirio Díaz, los informes presidenciales se presentaban en 2 ocasiones ante el Congreso: durante la apertura de sus sesiones ordinarias, cada 16 de septiembre; posteriormente el constituyente de 1917 le asignó al artículo 69 de la Carta Magna dicha obligación, mismo que fue reformado en 1923 y en 1986, con cambios de forma que conservaron el espíritu del Constituyente, hasta la vigente.