Citas memorables de la historia de México

¿Siguiente cita? Haz click en F5 o en Página Principal para actualizarla.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Las Sociedades

El Congreso de la Unión tocó el tema de las Administradoras de Fondos de Retiros (AFORES) en esta semana.
Se presentó en el Senado una iniciativa para que la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, CONSAR, cuente con facultades para regular los excesos de las AFORES en el cobro de comisiones, y en Diputados, la Comisión de Trabajo y Previsión Social acordó reunirse con funcionarios de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR) a efecto de que expliquen el comportamiento y cobro de comisiones de las AFORES.
Las AFORES, que nacieron el 1 de julio de 1997, surgieron con el propósito de ofrecer una alternativa viable de ahorro para el retiro de los trabajadores afiliados al IMSS, administradas por las Sociedades de Inversión Especializada en Fondos para el Retiro (SIEFORES), es decir, mientras Las AFORES son las empresas financieras constituidas para concentrar y administrar las pensiones de los trabajadores, las SIEFORES se dedican únicamente a invertir esos fondos para obtener los más altos rendimientos posibles. Actualmente, las 18 AFORES existentes en el país, administran más de 850 mil millones de pesos, en alrededor de 39 millones de cuentas y para logar rendimientos, las SIEFORES invierten su dinero en sectores productivos del país, como la construcción de vivienda, infraestructura y desarrollo regional, que a su vez generan empleo y promueven el desarrollo nacional.
Además, estas sociedades, las SIEFORES, invierten los ahorros más agresivamente y con mayor riesgo, al inicio de la vida laboral; y el riesgo disminuye conforme avanza la edad del trabajador.Con motivo de la crisis económica que se padece en los Estados Unidos de Norteamérica, se han perdido 64 mil millones de pesos en total, a causa de la volatilidad en los mercados financieros que afectó las posiciones de algunas de las AFORES en renta variable.
En otras palabras, bajó el valor de las inversiones en que las administradoras colocaron el dinero de los trabajadores. Es parte del riesgo de toda inversión de la que se pretende una ganancia, por eso, pongamos atención a la hora de decidir en qué AFORE y los beneficios de la sociedad denominada SIEFORE en que se invertirá nuestro dinero. Es nuestro futuro.
En el México independiente, se desarrollaron 2 tipos de sociedades, que con un carácter secreto, pasaron a ser discretas y que, posteriormente llegaron a ser los primeros partidos políticos: Por una parte, los masones escoceses que eran conservadores y favorecían el centralismo así como los lazos con España; y por la otra, los masones del rito York o yorkinos, que miraban hacia los Estados Unidos y el federalismo.
Ambos sostienen creencias similares acerca de la libertad, el progreso y la perfectibilidad del hombre. En 1825 una gran logia mexicana del rito de York -encabezada por Vicente Guerrero- fue establecida para organizar esas logias.
Un principal promotor del rito de York en nuestro país, fue Joel R. Poinsett, enviado especial norteamericano en México desde 1822 a 1823 y fue el primero en ser nombrado ministro estadounidense en México en 1825, quien se vio implicado en los tumultos políticos hasta su regreso en 1830.
Por su parte, los masones del rito escocés eran principalmente españoles o criollos con fuertes lazos españoles. El Rito Nacional Mexicano -escocés-, fundado por José María Mateos en 1825, comenzó poco después de la fundación del yorkino. En ese entonces, diputados y senadores recibían su nombramiento de las logias.
El pueblo en el concepto de la constitución eran los masones, los liberales y las sociedades auxiliares de la masonería. La práctica parlamentaria mexicana adoptó usos y costumbres de las logias masónicas, hasta nuestros días.
Es así que la autoridad del pueblo mexicano para formular la constitución, fue solamente la autoridad del supremo gobierno de la masonería. En un momento dado, la orden cuestionó si el sufragio del pueblo era efectivo cuando el ochenta y cinco por ciento eran iletrados.
En el siglo XIX, las logias masónicas eran en realidad enclaves de movimientos progresistas y liberales, de donde surgieron gobernantes, como Benito Juárez, de quien unos dicen que fue iniciado en una logia en Oaxaca y otros que en la misma sede del Senado, habilitado como tal.
En la guerra contra Estados Unidos de 1847, se tiene conocimiento que muchas vidas de soldados se salvaron, gracias al llamado de socorro que se hicieron entre hermanos de uno y otro bando.
A la muerte de Juárez, sus hermanos masones se aproximaron a su cuerpo, levantaron la túnica y dieron tres gritos de dolor. Agitaron su cuerpo y gritaron en su oído ciertas palabras. Las repitieron, pero Juárez no oyó. Pusieron los utensilios de trabajo en su mano, pero no pudo sostenerlos. Lo levantaron, y se cayó. Palpitaron su corazón, pero no latió. Sabían que la esperanza de México se había ido al cielo.
Además de Juárez y la mayoría de los personajes liberales mexicanos del siglo XIX, encontramos a George Washington y los firmantes del acta de independencia noretamericana; El fundador de los Boy Scout, Lord Baden Powell; El fundador de la Cruz Roja, Henri Dunant; El fundador del movimiento Olímpico Internacional, el Barón Pierre de Coubertain; los caricaturistas William Hanna y Joseph Barbera así como Walt Disney; el músico Louis Armstrong; Juan Sebastián Bach; Simón Bolivar; Napoleón Bonaparte y muchos más.
Actualmente, la orden se dedica a realizar obras de caridad, entre otras, por conducto del Hospital Shriners para niños quemados, en México y el mundo.
Es cuanto.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Habemus presupuesto

“… Aprobado en lo general y en lo particular el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2009. Pasa al Ejecutivo para sus efectos constitucionales. …” fueron las palabras del diputado César Duarte, presidente de la Cámara de Diputados, al aprobar -por 436 votos- el presupuesto para el 2009 de la federación.

Las dependencias con mayores incrementos reales en sus asignaciones respecto al presupuesto aprobado en 2008 son, la Secretaría de Seguridad Pública con 69.2 por ciento; la Procuraduría General de la República con 29.2 por ciento; la Secretaría de Desarrollo Social, con 25.9 por ciento; y Gobernación, 25.1 por ciento.

Para deuda pública se asignaron 214,040 millones pesos, en tanto que para participaciones a Entidades Federativas y Municipios, se destinaron 430,182 millones de pesos; para Adeudos de Ejercicios Fiscales Anteriores serán 5,000 millones, mientras que para erogaciones para los Programas de Apoyo a Ahorradores y Deudores de la Banca se avalaron recursos por 30,992 millones de pesos.

La discusión en el Pleno del dictamen de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, dio inicio el martes, y sus negociaciones duraron poco más de 24 horas, siendo aprobado cerca de las 4:00 horas del miércoles, entre acusaciones partidarias mutuas.

Sin duda alguna, una de las discusiones más álgidas que ha vivido el Congreso de la Unión, lo fue las sesiones del 15, 18, 19, 22 y 23 de agosto de 1988, así como la del 9 de septiembre de ese mismo año, en que la LIV Legislatura de la Cámara de Diputados deliberaba a manera de Colegio Electoral, sobre la elección presidencial realizada en julio de ese año.

Entre los diputados se hallaban, Leonel Godoy Rangel, José Murat, Pablo Gómez Álvarez, Ricardo Monreal Ávila, Carlos Castillo Peraza, Rogelio Montemayor Seguy, Jesús Ortega Martínez, Vicente Fox Quezada -célebre por ponerse orejas de burro con las boletas electorales-, Carlos Navarrete Ruíz, así como los jaliscienses José Luis Lamadrid Sauza, Abel Vicencio Tovar, Gerardo Ávalos Lemus y Juan Enrique Ibarra Pedroza.

Por el ambiente que prevalecía en las galerías, Ricardo Monreal pidió que en el curso del análisis y debate sobre la calificación de la elección presidencial, las galerías permanecieran cerradas. No fue aceptado.

Los grupos parlamentarios, excepto el del Revolucionario Institucional, impugnaban que para la elaboración del dictamen en comisiones, no fueron tomados en cuenta en su elaboración, y por tanto, señalaban que en el seno de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, así como en las oficinas de la Secretaría de Gobernación, a cargo de Manuel Bartlett Díaz, se había elaborado dicho documento. La oposición reclamaba la apertura de más de 25,000 casillas. Tampoco fue aceptado.

En la bóveda de seguridad ubicada de los sótanos del Palacio Legislativo de San Lázaro, se hallaban las boletas de la elección presidencial, resguardadas por efectivos del ejército mexicano. Vicente Fox recuerda que varios diputados bajaron para obtener algunas cajas con boletas, pero los soldados les cortaron cartucho para impedírselo.

El diputado Gildardo Gómez Verónica señalaba “…Anoche (septiembre 8 de 1988) ocurrieron cosas extraordinariamente interesantes para el futuro de México. ¡Pero no me refiero al parto de la fraudocracia y al haber parido un hijo adulterino!. ¡me refiero, compañeros, a que anoche nació la democracia en la conciencia de los mexicanos!, porque por primera vez un pueblo puesto de rodillas tuvo conciencia generalizada, incluyendo a los compañeros del partido oficial de que hay un hasta ayer y un momento de aquí al futuro, ha nacido la democracia en México […] …

Por último, entre gritos ensordecedores, abucheos y un largo debate de 65 oradores, la madrugada del 10 de septiembre de 1988 el diputado jalisciense Ismael Orozco Loreto -como secretario de la Mesa Directiva-, y rodeado de la diputación priísta declaró “…Es Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos para el período que comprende del 1o. de diciembre de 1988 al día 30 de noviembre de 1994, el ciudadano Carlos Salinas de Gortari […] …”.

Y como en ese entonces, ahora los diputados del partido de la revolución democrática (PRD), acusaban a los diputados priístas y panistas de haber concertado el presupuesto 2009.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Los Honores

En un trágico accidente aéreo al poniente de la ciudad de México, fallecieron el martes pasado, el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, así como el ex subprocurador general de República, José Luis Santiago Vasconcelos, en circunstancias poco claras que, en el marco de la crisis de seguridad, abren la imaginación para realizar especulaciones de todo tipo, con el antecedente que meses anteriores, fue detenido en el D.F. un comando que pretendía ejecutar a Santiago Vasconcelos. Los servidores públicos fallecidos sirvieron a su país, de acuerdo a sus posibilidades, y contando no siempre, con el apoyo de los actores políticos del país, como lo fue, el caso del ex secretario de Gobernación, desacreditado por Andrés Manuel López Obrador, por hacer negocios presuntamente al amparo de su cargo, como subsecretario de Energía con el ahora presidente Felipe Calderón. En el caso de Santiago Vasconcelos, parte de este mundo con el reconocimiento de propios y extraños, por haber logrado desarticular varias organizaciones del narcotráfico y extraditar a los Estados Unidos de Norteamérica a sus líderes. Descansen en paz. Hubo un personaje de la historia de nuestro país, que el pueblo consideró que no merecía las dignidades de un jefe de Estado: Antonio López de Santa Anna, a quien algunos lo consideran fervoroso imperialista, un fanático republicano, un convencido federalista, un irreducible centralista, un apasionado juarista, un feroz antijuarista, un arrogante monárquico, un iluminado clerical, un disimulado jacobino, un fecundo liberal, un conservador extremista, un millonario y miserable, poderoso y perseguido, héroe y villano, dictador, golpista, quien clausuro el Congreso en tres ocasiones (1833, 1842 y 1844), y fue presidente once veces, político influyente, miembro masón del rito escocés antiguo, utilizó tanto el conservadurismo como el liberalismo para preservarse en el gobierno con propósitos dictatoriales y caudillistas; en lo general se le considera un gran traidor con cara, a veces de patriota. El 5 de diciembre de 1838 a consecuencia de la defensa militar que hizo de Veracruz, perdió la pierna izquierda que le fue amputada, para posteriormente, ser sepultada el 27 de septiembre de 1842, al conmemorarse el vigésimo primer aniversario de la consumación de la independencia, con funerales de Estado. Entre las coplas que el pueblo inventó, se hallaba una que era “la protesta de los cadáveres del cementerio por haberse recibido entre ellos una pierna”, dirigida al soberano Congreso, del también llamado “quince uñas”. Con el tiempo y por los actos de un gobierno ciego y audaz que había hecho desaparecer las leyes, creyendo que la sociedad vivía pendiente de su arbitrio como lo fue Santa Anna, el 6 diciembre de 1844 y concedidas todas las garantías constitucionales por parte del nuevo presidente José Joaquín Herrera, 32 diputados marcharon por las calles de la ciudad para retomar simbólicamente el Congreso. Masas delirantes y hartas del Benemérito, se sumaban a la manifestación improvisada por los legisladores. A muchos de ellos los cargaron en hombros mientras gritaban: "…Muera el tullido!…Viva el Congreso!…Con este Congreso, si hay progreso…!!! Alguien dijo: !!!...Vayamos al cementerio de Santa Paula y desenterremos la pata del tullido…!!!, y la avalancha humana se dirigió entonces a gritos, verdaderamente enardecida, al panteón. Entre la chusma eran de distinguirse varios ex ministros de Santa Anna, ex amigos, generales y políticos, quienes le habían jurado lealtad frente al altar de la patria. Generó un clamor popular, sólo comparable con la celebración de la independencia. La muchedumbre llegó al cenotafio y acabó a marrazos con la capilla, mientras se escuchaban sonoros vivas, vítores y ovaciones, la pierna fue exhumada y arrastrada por algunas calles, hasta que fue recogida por el general García Conde. Después, el pueblo se desplazo hasta el Teatro Santa Anna, para destruir el nombre del foro, que con el paso de los años, en 1854, fue testigo de la primera interpretación del Himno Nacional, con la presencia nuevamente de Santa Anna, como presidente de la República.

sábado, 1 de noviembre de 2008

A favor y en contra...

Una vez que el Senado aprobó el paquete de reformas en materia petrolera -llamada reforma energética-, los diputados, como Cámara revisora, se dispusieron a dictaminarla, y a dos días de haberla recibido en Cámara baja, fue aprobada en el transcurso del sábado en sus comisiones. El martes siguiente, fue aprobada por el pleno, no sin antes que la Mesa Directiva escuchara el posicionamiento de Andrés Manuel López Obrador, y posteriormente, los legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP), tomaran el área de presidencia en la tribuna de San Lázaro, lo que obligó a improvisar a ras de las curules, un lugar para que su presidente dirigiera los debates. Con posiciones coincidentes, los diputados aprobaron una nueva reforma petrolera, 70 años después que el presidente Lázaro Cárdenas hiciera lo propio en 1938. Estas mismas posturas, con coincidencias ideológicas y pragmáticas, fueron las que en 1823, los diputados aprobaran que los nombres de Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Mariano Jiménez, Hermenegildo Galeana, Juan Aldama, José María Morelos, Mariano Matamoros, Leonardo y Miguel Bravo, Javier Mina, Pedro Moreno y Víctor Jiménez fueran inscritos con letras de oro en el salón de sesiones del Congreso. En sesión del 7 de junio de 1822, el Congreso propuso que se nombrara una comisión -de premios-, que estuvo integrada por los diputados Melchor Múzquiz, por México; por Juan de la Serna y Echarte y Vicente Carvajal, por Oaxaca; por Juan Manuel Sánchez del Villar y Manuel Espinosa de los Monteros, por Sonora; por lo que a partir de esa sesión, la selección de los días de festividad nacional, a cargo de la Comisión de Fiestas del Congreso, quedó relacionada a la elección de los que debían ser declarados y honrados como héroes de la patria, a cargo de la naciente comisión, y que comenzaron a ser motivo de diferencias entre el naciente Congreso mexicano y Agustín de Iturbide. Los desacuerdos se hicieron irreconciliables, cuando existían claramente dos propuestas distintas de nación: la monarquía constitucional con Iturbide como emperador o la República. En este contexto, el criterio usado por la comisión de premios para dictaminar fue, sobre los hechos de los individuos que se distinguieron en la independencia por sus hazañas militares y por la propuesta de nación que en su momento abanderaron. En sesión del 7 de junio de 1822, los diputados republicanos que habían participado en la insurgencia, intentaron aprobar el dictamen y premiar el mérito de los insurgentes y decretar días de festividad nacional, mientras tanto, Iturbide no estaba dispuesto a conceder que el nuevo Estado, tuviera como referencia constante y argumento histórico fundador, la destrucción, el desorden y el odio -que a su juicio- caracterizaron a aquella revolución. Paralelamente, el 21 de julio de ese año, Iturbide es coronado con el nombre de Agustín I. A los pocos días, el gobierno descubrió una conspiración republicana dirigida por Servando Teresa de Mier y Juan Pablo Anaya, y el 31 de octubre, ordenó la disolución del Poder Legislativo. En su lugar nombró a la Junta Nacional Instituyente que prestó juramento el día 2 de noviembre, circunstancia de triste presagio, por ser el día en que la Iglesia celebra con lúgubre aparato, la conmemoración de los fieles difuntos. Iturbide escribiría en sus memorias, que “…El Congreso de México trató de erigir estatuas a los jefes de la insurrección […]. A estos mismos jefes había yo perseguido, y volvería a perseguir [...]. Es necesario no olvidar que la voz de insurrección no significa independencia, libertad justa, ni era objeto reclamar los derechos de la nación sino exterminar todo europeo, destruir las posesiones, prostituirse, despreciar las leyes de la guerra, las de la humanidad, y hasta las de la religión. [...] los americanos [...] fueron culpables no sólo por los males que causaron, sino porque dieron margen a los [europeos] para que practicaran las mismas atrocidades que veían en sus enemigos. Si tales hombres merecen estatuas ¿qué se reserva para los que no se separaron de la senda de la virtud?...” Finalmente, el 19 de julio de 1823 se publicó el decreto por el que los actos de la insurgencia fueron reconocidos para la posteridad, lo mismo ahora, para el sector energético mexicano.