En
una sorpresiva acción encabezada por la Procuraduría General de la República
(PGR) y apoyada con elementos de la Armada de México, fue detenida Elba Esther
Gordillo Morales, presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores
de la Educación (SNTE), cuando llegaba a Toluca el avión particular que la
transportaba, procedente de San Diego en california.
Fue
una acción jurídicamente precisa, en la que se le acusa de violación a la ley
federal contra la delincuencia organizada y lavado de dinero, delitos que por
su naturaleza son considerados como graves, y por los cuales, no alcanza el
beneficio de la fianza.
En
la rueda de prensa que ofreció la PGR, se explicó que el dinero procede de los fondos del SNTE y fue usado presuntamente para
pagar tarjetas de Gordillo, cubrir sus gastos en tiendas de lujo, abonar sus
facturas de cirugía estética y comprar propiedades inmobiliarias, entre otras
operaciones, cuyo monto asciende a 2,600 millones de pesos (mdp).
La anterior cifra, por ejemplo,
representa sólo el 8% del presupuesto de la UNAM para este ejercicio, además
que nunca dio cuentas de los recursos bajo su mando.
Recordemos que la maestra
Gordillo ascendió al poder del SNTE en abril de 1989, luego de que en una
acción similar, Carlos Jonguitud exlider del SNTE fue detenido al inicio del
sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari.
Gordillo ha dirigido al SNTE
durante 24 años, en el que ha puesto al servicio del viejo PRI, la estructura
magisterial al servicio de las causas electorales.
Durante todo esos años, supo
tejer redes de corrupción y cooptación, en el mismo SNTE, -el sindicato más
grande de América Latina con al menos 1.5 millones de afiliados-, y en la clase política nacional, generando acuerdo con
gobernadores y legisladores federales por igual, para llevar a su causa
política.
La
corrupción le pasó la factura. A principios de 2007, la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que dirige el mexicano José Ángel
Gurría, calificó al SNTE de la maestra Gordillo, como “lastre” para la economía mexicana.
Luego,
la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO), señala en un informe que el sindicato de Gordillo, es el
paradigma de la corrupción educativa a nivel mundial, si leyó usted bien, a
nivel mundial.
Poco a poco se convirtió en
problema de seguridad nacional. A lo largo del tiempo supo imponer su voluntad
en las políticas públicas educativas, en la clase educativa nacional y en la
clase política nacional; por sus decisiones pasaban candidaturas de partidos y
premiada con la titularidad de instituciones para sus allegados, como la
Lotería Nacional, el ISSSTE y el Sistema Nacional de Seguridad Pública en el
sexenio del expresidente Vicente Fox.
En
julio de 2010 se desató un escándalo que involucraba al SNTE, cuando salió a la
luz pública que para el examen de oposición que convocaron la Secretaría de
Educación Pública (SEP) y el SNTE, ya había ganadores sin necesidad de
concursar: se trataba de la venta de plazas, -entre los 40 mil y los 600 mil
pesos-, dependiendo del grado, materia y entidad federativa en que se desee
trabajar de profesor.
Un año despúes, un
excolaborador de Gordillo, Miguel Ángel Yunes, acusó a Gordillo de haberle
pedido 20 millones de pesos mensuales para los gastos del Partido Nueva Alianza
(PANAL), luego entonces ¿qué no pudo haberle pedido a la Lotería Nacional,
cuando es sabido que se utiliza como caja chica de las administraciones en
curso?.
No obstante lo anterior y con
los recursos allegados producto de las cuotas sindicales de los agremiados al
SNTE, logró imponerse y crear su propio partido político, en el que actualmente
tiene un grupo parlamentario en Cámara Baja, dirigido por su nieto René
Fujiwara Montelongo, así como su hija que es senadora de la República por su
partido.
En concreto, su capacidad de influencia en las
políticas públicas educativas, en la clase educativa nacional así como en la
clase política, mediante la coerción o la corrupción y el manejo de recursos
públicos de las cuotas sindicales como propios, hizo que se volviera tema de
seguridad nacional, dado a que por el poder acumulado
llegó el momento de representar un riesgo para el estado mexicano.