Citas memorables de la historia de México

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viernes, 26 de junio de 2009

Excelente propuesta


Senadores de las distintas fracciones políticas, instalaron la Mesa de Seguimiento y Evaluación de la Instrumentación de la Reforma Electoral 2007-2008, y precisaron que estarán en discusión temas que la reforma anterior no consideró, como son las candidaturas independientes y ciudadanas, la propaganda electoral en infomerciales, la contabilidad de votos distintos a las opciones políticas contenidas en las boletas electorales, entre otros aspectos.

Participaron como invitados Dong Nguyen, coordinador general de los Proyectos de Asistencia Electoral y Cultura Democrática de las Naciones Unidas en México y Carina Perelló, vicepresidenta de Desarrollo y Cooperación de la Fundación Internacional para Sistemas Electorales, quien dijo que la reforma electoral en vigor, esta sobreconstitucionalizada, al asignar al Instituto Federal Electoral (IFE), la tarea de asignar spots en los medios de comunicación, que lo convierte en una "super agencia de publicidad", además de sus funciones interminables de organización y control de las elecciones. 

Además y en el marco del proceso electoral, la nueva reforma electoral se ciñe a la serie de propuestas ciudadanas y partidistas, como la reelección legislativa, entre otras. 

En la gama de posibilidades electorales, hay una que sobresale: Se trata de la propuesta encabezada por Trino Padilla; sociólogo, profesor universitario, exrector de la Universidad de Guadalajara, (UdG), con Doctorado Honoris Causa por la Universidad Kyung Hee de Corea. Lo acompaña en la candidatura, Ernesto Villanueva; abogado, consultor con especialidad en temas del Congreso y cabildero en una firma de consultores. 

Ellos son la propuesta del Partido Revolucionario Institucional, (PRI), en el distrito 8 Federal de Jalisco, y que, con su voto, seguramente ocupará la curul para renovar la Cámara de Diputados, para dar paso, como cada 3 años -desde 1857-, a la diputación federal que constituirá la LXI Legislatura del Congreso. 

Durante los primeros 35 años de la vida del México independiente, entre 1821 y 1856, el Poder Legislativo Mexicano se depositó en una serie de organismos legislativos varios, desde la Junta Provisional Gubernativa hasta un Congreso, con una duración entre uno y dos años, motivado por la visión de 44 presidentes y un emperador, con opiniones de corte centralistas y federalistas, sobre el país que México debería ser. 

En 1830, Guadalupe Victoria promovió que el periodo presidencial fuera ampliado de cuatro a seis años. En 1836 las Siete Leyes Constitucionales, cambiaron el periodo presidencial a ocho años. 

Como consecuencia de la estabilidad constitucional, dada por la promulgación de la Constitución de 1857, los Congresos se sujetaron a un orden numeral continuo, y se estableció los dos periodos de sesiones, no obstante de las reformas a la Carta Magna de 1874 y 1917.

La I Legislatura abrió sus sesiones el 7 de septiembre de 1857, pero funcionó por poco tiempo, pues el 20 de diciembre, debido al pronunciamiento del Plan de Tacubaya por Ignacio Comonfort, fue clausurado y se aprehendió a su presidente, Isidoro Olvera, dando inicio a la guerra de Reforma.

Por única ocasión, esta Primera Legislatura tuvo una duración de cuatro años, -en lugar de dos-, aunque su trabajo no fue constante por la guerra. Esta legislatura aprobó que los periodos presidenciales volvieran a cuatro años y con posibilidad de reelección indefinida. 

Durante la segunda intervención francesa -entre 1862 y 1867-, es decir, de la II a la IV Legislatura, el Congreso en muchas ocasiones no sesionaba por falta de quorum, y sus decretos fueron sustituidos por la legislación imperial de Maximilano de Habsburgo, quien expidió el primer Código Civil del país, además de aportar a la cultura política mexicana la colocación de la imagen del mandatario en las oficinas públicas. 

Posteriormente, la VIII Legislatura -de 1875 a 1878- fue la primera bicamaral, en la que por primera vez, el Senado atrajo la atención pública. 

De la IX a la XXIV Legislatura, -entre 1878 a 1910-, cuando el país vivió bajo la pax porfiriana, Díaz presentó al Congreso la iniciativa para ampliar el periodo a ocho años, –con el argumento de que los virreyes duraban en promedio ese lapso. 

Luego de los trabajos del Constituyente de 1917, el Congreso aprobó la propuesta de Venustiano Carranza, para volver al periodo presidencial de cuatro años. 

El 24 de enero de 1928 fue publicada la reforma que determinó definitivamente el periodo de seis años para el presidente. Lázaro Cárdenas fue el primero que duró 6 años. 

Fue hasta la XXXVI Legislatura, -de 1934 a 1937-, también en el periodo presidencial de Lázaro Cárdenas del Río, que los periodos legislativos comenzaron a durar 3 años, como hasta ahora. 

Platique con ellos. Conozca la opinión de Trino sobre la educación superior o salud y seguridad pública, y sus propuestas para mejorarla, que de seguro son muchas.

Pregúntele a Ernesto cómo fue que logró que el Congreso Mexicano recibiera al Dalai Lama en el 2004 o que en la LIX Legislatura se aprobaran mayores recursos para la construcción de carreteras en Jalisco.

Antes de que tome su decisión, revise las propuestas de Trino y Ernesto, analícelas o formúleles las preguntas que quiera.

Estoy seguro que se convencerá.

viernes, 19 de junio de 2009

La condición

Con la intervención de varios oradores que se acusaron mutuamente de desviar recursos en favor de los candidatos de sus respectivos partidos políticos, la Comisión Permanente, aprobó un punto de acuerdo a las autoridades de los tres niveles de gobierno, para evitar prácticas que obstaculizan el proceso electoral.

Legisladores del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN), arremetieron principalmente contra los gobernadores de Veracruz y Yucatán, Fidel Herrera Beltrán e Ivonne Ortega Pacheco, respectivamente.

Mientras tanto, legisladores del Partido Revolucionario Institucional, (PRI), señalaron que el ex presidente Vicente Fox, rompió con todos los paradigmas de la trampa electoral, al admitir públicamente que si Felipe Calderón llegó a Los Pinos, fue gracias a su intervención en los comicios de 2006.

Acusaciones fueron y vinieron. Como si esos señalamientos fueran sinónimo de algún partido político. Así es la condición humana en la lucha por el poder.

En la misma condición se encontraban los hermanos Aguirre Benavides en Parras, Coahuila, en 1912, cuando Eugenio, Luis y Adrián decidieron unirse a la causa de Francisco I. Madero, en pos de la revolución, mientras Gustavo, -el menor de los hermanos-, atestiguaba el hundimiento del R.M.S. Titanic.

Eugenio se unió a la lucha armada, ascendiendo hasta ser General, fue uno de los lugartenientes de Francisco Villa, en la División del Norte.

Luis, fue secretario particular de Gustavo Madero, -hermano del presidente-, y posteriormente, secretario particular de Francisco Villa.

Adrián fue diputado a la XXVI legislatura, -de 1912 a 1913-, disuelta posteriormente por Victoriano Huerta.

El 10 de abril de 1912 ocurrirían sucesos que cambiarían la vida de muchas personas.

En México, un nutrido grupo de personas se reunía en la estación Buenavista del ferrocarril, para despedir al general Victoriano Huerta, quien marchaba al norte del país a poner fin a la rebelión de Pascual Orozco. “…General: en vuestras manos encomiendo la suerte de la república. Id y regresad victorioso…” le decía Francisco I. Madero a Huerta.

Al mismo tiempo, en Southampton, Inglaterra, zarpaba el R.M.S. Titanic, con más de 1,500 personas a bordo, entre quienes se encontraba Manuel Uruchurtu Ramírez, diputado mexicano a la XXV legislatura, quien regresaba de visitar en Francia, al ex vicepresidente porfirista Ramón Corral.

Los diarios mexicanos de la época le dedicaban gran cobertura a la partida de Huerta y sólo unas cuantas líneas al crucero más moderno del momento.

El mismo día, Gustavo Aguirre Benavides se embarcaba en el buque alemán S.S. Frankfurt, de Galveston en los Estados Unidos, para buscar su futuro en Alemania.

En el trayecto se hizo amigo del Tercer Oficial de apellido Herbert. Pero los últimos minutos del domingo 14 de abril y los primeros del lunes 15 todo cambió, cuando el barco alemán escuchó la primera llamada de auxilio del Titanic.

Gustavo se encontraba en el cuarto de comunicaciones invitado por el Oficial Herbert y percibió que algo grave había sucedido. No cesaba de repiquetear el telégrafo inalámbrico: “Hemos chocado con un iceberg”, “Vengan de prisa”, “Nos hundimos de prisa” “Estamos sacando a los pasajeros en botes pequeños”, fueron los mensajes descifrados por los radiotelegrafistas del buque a los llamados del Titanic, escuchados también por el S.S. Ypiranga, el mismo barco que Porfirio Díaz abordaba el 31 de mayo de 1911 en Veracruz, para exiliarse en Europa.

Mientras tanto a bordo del Titanic, el diputado Uruchurtu gozaba de un espacio en uno de los botes salvavidas, -el número 11-, por su condición de legislador en visita oficial, pero apareció una mujer que viajaba en Segunda Clase, -muy probablemente se trate de Elizabeth Ramell Nye-, a la que le cedió su lugar. Uruchurtu le pidió visitar a su esposa en Veracruz, para hacerle saber sobre sus últimos minutos en vida.

Pasadas las 4:00 a.m. llegaba el R.M.S. Carpathia para rescatar los 705 sobrevivientes de 16 lanchas.

El Capitán del barco en que viajaba Gustavo, -de apellido Hattorf-, informó a los pasajeros el motivo del desvío en la ruta. A las 10:50 a.m. llegaron al lugar exacto. Nada había. Se contabilizaron hasta 50 icebergs.

De repente, Gustavo divisó una masa de hielo en la distancia. Conforme se fue acercando el barco, descubrieron que eran decenas de cuerpos flotando, -con un macabro color azul-, con sus chalecos salvavidas de color blanco y moviéndose conforme el mar. Un silencio sepulcral en la cubierta del barco, al chocar los cuerpos con la nave, entre los escombros, -sillas y puertas-, del lujoso trasatlántico. Ahí se encontraba Uruchurtu también. 

El 20 de abril, la Secretaría de Relaciones Exteriores, (SRE), informaba a la Cámara de Diputados en un oficio, que “…está perfectamente confirmado que el señor diputado licenciado don Manuel Uruchurtu, era uno de los infortunados pasajeros del Trasatlántico Titanic. Y aunque su nombre no aparece en las listas de los supervivientes de la catástrofe publicadas hasta hoy, lo más probable es que el señor Uruchurtu haya muerto, a no ser que por una feliz casualidad se hubiera salvado en algún bote, junto con otros pasajeros de los que se tienen las mismas esperanzas, aunque desgraciadamente muy remotas…”.

Mientras la prensa de ese día detallaba la campaña de Victoriano Huerta en el norte e informaba la muerte y honras fúnebres de Benito Juárez Maza, gobernador de Oaxaca e hijo del Benemérito, en la siguiente sesión del Congreso, -en las calles de Allende y Donceles-, los diputados guardaron un minuto de silencio por el mexicano que descansaba en las profundidades del Atlántico Norte.

Al concluir su viaje, el Capitán Hattorf obsequió a Gustavo Aguirre Benavides, la carta de navegación del buque alemán S.S. Frankfurt, con las anotaciones del hundimiento del Titanic.

Se dice que en 1924 Elizabeth Ramell Nye viajó a Veracruz para encontrarse con la viuda de Uruchurtu y contar la historia de su esposo.

Gustavo se recibió de Ingeniero Electricista en junio de 1917 en Washington, D.C. En 1930 partió con su familia a la ciudad de México y en poco tiempo era catedrático de la UNAM.

Llegó a ser Director del Instituto de Biología, y cuando el célebre árbol de la noche triste fue quemado por unos vándalos, Gustavo certificó el daño causado. Recuperó un retoño y lo llevó a plantarlo en Parras, Coahuila, donde se encuentra actualmente.

Gustavo murió el 14 de abril de 1982. A su muerte tenía 85 años y el destino quiso cerrarle el círculo, exactamente a 70 años de la tragedia del Titanic. 

A las semanas de su muerte, su hijo Eugenio Aguirre descubrió entre los papeles de su padre, un viejo documento doblado en cuatro partes y de color amarillo: Se trataba de la carta de navegación que le obsequió el capitán de aquella nave, que trató de llegar a salvar vidas el 15 de abril de 1912.

Esa fue la condición de Gustavo: Ser testigo de la más grande tragedia en la historia de la navegación marítima.

Por cierto, el 31 de mayo pasado, murió también la última sobreviviente del Titanic, -Millvina Dean-, a los 97 años.

viernes, 12 de junio de 2009

La campaña invisible


La revisión de la Cuenta Pública 2007 presentada por el Auditor Superior de la Federación, (ASF), Arturo González de Aragón, arrojó subejercicios (presupuesto sin gastar) en ese ejercicio fiscal, por 120 mil millones de pesos, (mdp), y que fueron transferidos a fideicomisos, fondos, mandatos y contratos análogos, con el objeto de ejercerlos con discrecionalidad.

A propósito de lo anterior y con el objeto de que expliquen las razones sobre el uso de recursos públicos, -producto del subejercicio-, a favor de diferentes candidatos a puestos de elección popular del partido Acción Nacional, (PAN), principalmente, fue aprobado en la sesión de la Comisión Permanente, un dictamen para citar a comparecer al secretario de Desarrollo Social, (SEDESOL), al Director del Programa Oportunidades y al Fiscal Especial para la Atención de Delitos Electorales, (FEPADE).

Además se presentó una proposición que solicita la comparecencia del secretario de Seguridad Pública, (SSP), Genaro García Luna, para que explique las razones por las que se dejaron de ejercer casi 2,900 de millones de pesos, equivalentes al 43% del presupuesto del Fondo de Seguridad Pública (FOSEG) en el ejercicio fiscal del 2007, arriba citado.

En estos momentos de tiempos electorales, esos 120 mil mdp, servirían para cubrir las deficiencias en seguridad pública, que reclama la campaña proselitista del PAN, y que como parte de sus estrategias, realiza ante su inminente derrota en las elecciones intermedias y en una desesperación por obtener el sufragio.

La primera estrategia se basa en manchar la imagen del contrincante, mediante el esparcimiento de rumores. La segunda, procura impedir el voto a favor del adversario, más que a ganar adeptos por las propuestas propias, -es decir-, bajo el principio de que “si el voto no me favorece, hay que anularlo”.

Se presume que estas tácticas, de propaganda negra y campañas negativas, que a punto estuvieron de llevarnos a la confrontación después de las elecciones del 2006, son de la autoría del estratega panista Antonio Solá Reche, el publicista de la extrema derecha española, de quien se dice que obtuvo la ciudadanía mexicana con fecha 5 de diciembre de 2006, es decir, a unos días de haber tomado posesión la administración de Felipe Calderón, en un proceso muy parecido al caso Zhenli Ye Gon.

Lo anterior se ajusta a las cuestionables campañas ciudadanas "Vota en Blanco", que se presume es promovida por Luis Alberto Bolaños Vera, director de internet de la Presidencia de la República en el sexenio del expresidente Fox, así como por el movimiento "Tache a Todos", impulsado por Gabriel Hinojosa Rivero, primo hermano del presidente Felipe Calderón, principalmente, con el inocente argumento de que “todos los partidos y candidatos son lo mismo” o bien, "no hay a quién irle".

Con estas acciones que promueven la discordia, el Ejecutivo Federal se quedará sin interlocutor válido después del proceso electoral, para los acuerdos en el Congreso.

Dicen los estudiosos de la derecha en México, que existen 3 clases de esta ideología: La derecha católica conservadora, interesada en la preservación de ciertos valores morales de la tradición católica, que suelen ser reivindicados por los partidos demócrata-cristianos; La derecha liberal, defensora del liberalismo económico y generalmente opuesta a la acción del Estado como regulador de la actividad de los particulares; Y por último, la ultraderecha, término peyorativo usado por militantes de izquierda para describir grupos que sostienen versiones extremas de los dos anteriores puntos y frecuentemente acusada de influir en los gobiernos panistas actuales en términos similares a las teorías de conspiración. 

La participación de la derecha en México fue relevante desde antes de la independencia, en que intervino apoyando económicamente y militarmente a la Corona Española contra los esfuerzos insurgentes de Hidalgo, Morelos y Guerrero, pero en la medida que la propia España sufrió cambios democráticos, como la Constitución de Cádiz y los sectores de la derecha mexicana apoyaron la realización de la independencia para crear una monarquía a través de Agustín de Iturbide.

Posteriormente lograron colocarse e influir en los gobiernos de Antonio López de Santa Anna, Porfirio Díaz y Victoriano Huerta, periodos non gratos de la vida de México.

En estricto sentido histórico, la evolución de la derecha desde la Colonia hasta nuestros días, no es comprensible sin la participación política de la Iglesia.

Así como su poder económico y político formó ejércitos para defender en el siglo XIX su causa política basada en la religión, causaron la guerra de Reforma y de la Segunda Intervención Francesa.

En el siglo XX con su poder, se reveló ante la autoridad civil legítimamente constituida y declarando las hostilidades con el enfrentamiento entre las tropas religiosas y las del gobierno federal, entre 1926 y 1929, en la guerra cristera.

Creó grupos como el Partido Católico Nacional, los Tecos en la Universidad Autónoma de Guadalajara, las Damas Católicas, Acción Católica Mexicana, la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa, Falanges Tradicionalistas Mexicanas, entre otros.

Durante el siglo XX, la derecha acaudillada por la iglesia impulsó acciones políticas. Crearon la Unión Nacional Sinarquista en los estados de Jalisco, Michoacán y Guanajuato, activa y vigente en ésta última: el gobierno del Estado de Guanajuato promovió el sinarquismo, “como un ejemplo a seguir”, además de la deliberada intención del ahora gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, de omitir de los libros de historia, -siendo presidente Municipal de Guadalajara-, el paso del presidente Benito Juárez por Guadalajara, entre otros sucesos.

Después nace el PAN en 1939 por la necesidad de que la derecha mexicana cuente con una organización política que le ayude a conquistar el poder y como respuesta al gobierno socialista de Lázaro Cárdenas.

Entre la década de 1940 y 1950, surge el Partido Demócrata Mexicano y nacen las organizaciones empresariales como CANACINTRA, CONCAMIN, CONCANACO y la COPARMEX, con las que algunos de sus miembros se les relaciona con organizaciones político-religiosas, tales como los Caballeros de Colón, el Opus Dei y los Legionarios de Cristo, tristemente célebre por el escándalo de su creador Marcial Maciel.

El periodista Álvaro Delgado, afirma en su libro "El Yunque: La ultraderecha en el poder", que esta organización es una sociedad secreta mexicana de carácter regional pero con impacto nacional, y cuyo supuesto propósito, es defender la religión católica y luchar contra las fuerzas de Satanás, así sea mediante la violencia, para instaurar el reino de Dios en la tierra, mediante el sometimiento del Gobierno mexicano a los mandatos de la Iglesia católica, por conducto de la infiltración de todos sus miembros en las más altas esferas del poder político.

De ser cierto, es fanatismo. La canonización por conducto del papa Juan Pablo II, de una serie de mártires mexicanos durante la guerra cristera, ha renovado también el fervor de Grupos Ultraderechistas en México.

De ahí se entiende la conducta del Gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, (PAN), de otorgar un donativo, socialmente rechazado, para la construcción del Santuario de los Mártires Mexicanos en Guadalajara.

Todo lo anterior no lo afirma esta pluma, lo dice la historia y sus hechos. 

No es malo tener una simpatía política, cualquiera que sea, ni declararla como tal, siempre y cuando, aquel que se jacte de ser defensor de algún partido político, conozca, asuma y defienda con orgullo, la responsabilidad de los antecedentes históricos de su ideología en cualquier debate.

No le dé el gusto a nadie de jugar con su voto y con esto, decidir su futuro.

No importa por quién, pero vaya a votar el 5 de julio. “…Podré no estar de acuerdo contigo, pero daría la vida por defender tu derecho a decirlo…”: Voltaire.

sábado, 6 de junio de 2009

La ley y la justicia

El grupo parlamentario del partido Acción Nacional (PAN) en la Comisión Permanente, responsabilizó al gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza Terrazas (PRI), de la detención y proceso judicial que se le sigue, a Juan Blanco Zaldívar, candidato a diputado federal de aquel partido por el distrito 6 en esa Entidad. Además, el diputado Antonio Soto Sánchez (PRD), presentó un punto de acuerdo en el que exhorta a la Fiscalía de Delitos Electorales (FEPADE), a que resuelva con prontitud la denuncia 3423/2009 interpuesta en contra del gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez y de Francisco Ramírez Acuña, candidato a diputado federal en el distrito 10 de Jalisco por el PAN. Ambas propuestas tuvieron como antecedente la disputa por los votos, en el marco del próximo proceso electoral en curso. Sobre el primer tema, los diputados César Duarte Jáquez (PRI) y Juan Guerra Ochoa (PRD), debatieron con las diputadas Adriana Dávila Fernández, Rocío Morgan Franco, así como el senador Ramón Galindo Noriega (PAN), todo bajo el argumento de la justica. Sobre el segundo tema, el diputado Antonio Soto, acusó al candidato Ramírez Acuña, presuntamente de disponer de la seguridad del Estado Mayor Presidencial, entre otros señalamientos.

Aún cuando la justicia es ciega, en ocasiones es absurda. Como el caso de la indígena otomí Jacinta Francisco Marcial, acusada y procesada en Querétaro, de haber secuestrado a 6 agentes de la recién extinta Agencia Federal de Investigaciones (AFI) en marzo de 2006 y sentenciada en diciembre pasado a una pena de 21 años de cárcel.

De ser como lo presume el agente del Ministerio Público, -que consignó-, y el Juez, -que sentenció-, tanto la Procuraduría General de la República (PGR) como la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) Federal, deberían considerar ampliar el reclutamiento de su personal operativo.

En otras palabras: Si una mujer indígena sometió, desarmó, capturó, amarró y mantuvo en privación ilegal de la libertad a 6 agentes federales, armados y capacitados en técnicas policiales avanzadas, imagínese usted que con un batallón de unas 250 indígenas, -como Jacinta, por supuesto o la comandanta Ramona, indígena tzotzil chiapaneca del EZLN-, se acabarían los problemas de inseguridad en el país.

Así se interpreta el razonamiento de la averiguación previa, irracional, y mientras tanto, no hay justicia para Jacinta.

A principios del siglo XIX en la Nueva España, la Real Audiencia llevaba 200 años, en una causa civil, sobre la posesión del Popocatepetl y del Izztacihuatl. Increible.

En el debate citado, se invocaron principios de justicia y legalidad, cada quien para defender su causa.

Nadie argumentó el principio de que “A los amigos justicia y gracia y a los enemigos la ley a secas”, que se presume aportación intelectual de Benito Juárez, en el que académicos como Miguel Carbonell Sánchez y Carlos Elizondo Mayer Serra, afirman que es autoría de Porfirio Díaz Mori.

Ambos, Díaz y Juárez, fueron diputados; gobernaron su natal Oaxaca y además, su país. Ambos originarios de una Oaxaca del siglo XIX, entonces santuario indígena de México.

Una entidad blanca y española, notablemente culta gracias a la evangelización dominica, rodeada por un contrastante mosaico indígena, en el que cohabitan unas veinte lenguas diversas.

Orgullosos los oaxaqueños de su himno: “Dios nunca muere”. Orgullosos de su gastronomía y de su Guelaguetza. Díaz, hijo de un criollo español y de madre mixteca; Juárez, de una raza, -la zapoteca-, con temple suave, orgullosa, reconcentrada, fueron los políticos y comerciantes del mundo prehispánico, y cuyas culturas conviven entre la música de banda de metales y las danzas, aún vigente.

Académicamente, ambos fueron al Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca y se titularon como abogados.

Juárez optó por la carrera judicial y al ejercicio de su profesión, mientras que Díaz abrazó la carrera de las armas en el ejército y combatió en las guerras de reforma y segunda de intervención.

Pero coincidieron en política. Mientras Juárez consolidó la República, Díaz la impulsó económicamente. Juárez gobernó 11 años interrumpidos por 2 guerras, Díaz gobernó 30 años. El Benemérito además, fue presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Ministro de Estado.

En relación a la legalidad, sinónimo del dicho de la justicia que se le adjudica, señaló a sus hijos que “…Nada con la fuerza: todo con el derecho y la razón: se conseguirá la práctica de este principio con solo respetar el derecho ajeno…”.

Con Juárez difícilmente hubo República, -entendida como separación de poderes-, dada la movilidad que tenía por el país.

Además, por la emergencia de las guerras, tampoco hubo Federación (autonomía, económica y política, de los estados frente al poder central), y las leyes reformistas no fueron anticlericales, tal y como lo confiesan sus promotores, sino una más, entre otras, de las medidas que se adoptaron para quitar al enemigo una de sus fuentes de financiamiento.

Se destaca el legalismo de Juárez, pero se dice que no siempre se apegó estrictamente a la ley, cuando esto no le favorecía políticamente.

En plena Guerra de Reforma, cuando en febrero de 1861 se convocó a elecciones de presidente de la República, las actas no llegaron a tiempo al Congreso, -que se erigió en Colegio Electoral-, por lo que se abstuvo de dar los resultados en la sesión del 23 de mayo de 1861.

De acuerdo con la Constitución de 1857, en virtud de que ninguno de los contendientes obtuvo el 50% más uno de los votos de los electores, el Congreso debía decidir sobre la elección de los candidatos, pero, dominado por los juaristas, el Congreso decidió otorgarle el triunfo a Juárez por 61 votos contra 55.

Se calcula que entonces el padrón electoral ascendía a 15,000 los electores, lo que implicaba que el ganador debió de haber obtenido más de 7,500 votos. Pero de 9,636 votos emitidos, Juárez solamente obtuvo 5,289, Lerdo 1,989 y González Ortega 1,846.

En 1867, luego del triunfo en la Segunda Intervención Francesa, el Congreso convoca a elecciones y al no resultar electo ninguno de los candidatos por la mayoría del 50% más uno de los electores, el Congreso elige a Juárez para un nuevo período.

Lo mismo ocurrió en el año de 1871, en que Juárez obtuvo 5,837 votos, Porfirio Díaz 3,555 y Lerdo 2,874, en que los juaristas colocaron a 105 diputados que le dieron el triunfo a Juárez, quién fue declarado el 12 de octubre Presidente legalmente electo.

Las caricaturas de la época lo dibujaban como hechicero, haciendo pócimas electorales. Un crítico suyo, -el general jalisciense Ireneo Paz, abuelo de Octavio Paz-, le dedicó las siguientes palabras: "...¿Por qué si acaso fuiste tan patriota, estás comprando votos de a peseta? ¿Para qué admites esa inmunda treta de dar dinero al que en tu nombre vota?...". 

Después, Porfirio Díaz se rebeló en contra las reelecciones de Juárez con el Plan de la Noria el 13 noviembre de 1871. Díaz ejerció una Presidencia con un poder de más controles que Juárez, al tener el dominio político del país a través de los grupos y reprimir cualquier manifestación ideológica.

Aún así, no se encuentra suficiente evidencia sobre la autoría intelectual del dicho en comento, concediéndole el beneficio de la duda, a quienes aseguran que es de Porfirio Díaz.