Citas memorables de la historia de México

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miércoles, 25 de mayo de 2011

La transparencia es testigo

Una de las pocas cosas útiles que heredó la administración del expresidente Fox, fue la implementación de la transparencia en México, que se sabe que fue un requisito que impusieron organismos internacionales, con el propósito de que nuestro país sea sujeto de crédito.

Gracias la transparencia, es que hoy usted y yo sabemos, que el Instituto Federal para el Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI), ha confirmado la reserva hasta el año 2035, para que todo documento oficial sobre el homicidio del candidato Luis Donaldo Colosio Murrieta, no pueda ser divulgado, por si usted tenía mucha curiosidad en saber las indagaciones.

También y gracias a la transparencia, es que sabemos que algunos Procuradores de Justicia de varias Entidades, no han sido -o no han querido- ser evaluados por algún Centro de Control de Confianza, como el caso del de Jalisco, cuyo titular, Tomas Coronado Olmos, fue señalado por una menor hace unos años, de haber abusado de ella, razón por la cual es que en vez de solicitar licencia o renunciar, para facilitar las investigaciones, la dependencia a su mismo cargo lo exoneró de toda culpa o responsabilidad. Inocente, claro.

Otra perla, es que por la cultura de transparencia, sabemos que el costo por litro de gasolina importada es inferior al precio de venta interna, con ganancias de un peso con 50 centavos por litro, indicando que no existe el subsidio del que habla el titular de Hacienda, así lo señalaron los diputados Arturo Zamora Jiménez (PRI) y Mario Di Costanzo (PT) quienes tumbaron el argumento del secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, que en nuestro país se expende la gasolina más barata en el mundo.

Así, la Comisión Permanente del Congreso propuso que se congele la gasolina, con el propósito de evitar la espiral inflacionaria en los 76 aumentos a la gasolina en lo que va del sexenio, con una inflación acumulada de más del 12% y con casi un 40% de aumento en el mismo periodo.

Para alguien que valora que con 6 mil pesos es suficiente para sostener una familia, pagar una hipoteca y un crédito automotriz, es porque lo más seguro es que desconoce la realidad de las familias mexicanas, quienes también deben invertir unos pesos más en su seguridad, o quizás, esas familias puedan estar insertadas en las que erogan alrededor de 300 pesos al año, producto de sobornos, según dado a conocer recientemente.

El legislador por Jalisco afirmó que en Venezuela el costo de la gasolina es de 2 centavos de dólar por litro lo que equivale a 23 centavos de moneda mexicana, en Ecuador el precio es de 44 centavos de dólar 5 pesos mexicanos, en Bolivia va entre 54 y 69 centavos de dólar lo que equivale a 6.26 y 8 pesos mexicanos, señaló.

Gracias a las aportaciones de historiadores, es que se sabe que junto con el Conde de Revillagigedo, - Francisco Güemes Horcasitas  (Virrey de la Nueva España de 1746 a 1755),  arribó un oficial de la invencible Armada Española, que fue alojado en casa de Miguel Hidalgo y Costilla, del que se presume fue el que invitó a Hidalgo a ser iniciado en los misterios del antiguo templo del Rey Salomón: la francmasonería.

Se dice que en el texto de una placa -hoy desaparecida-, varios autores afirmaban que Hidalgo junto con Ignacio Allende habían sido iniciados en una logia ubicada en la entonces Calle de las Ratas, -al que actualmente corresponde el número 73 de la calle de Bolívar en la Ciudad de México: "Rito Nacional Mexicano. A los ilustres caudillos de nuestra independencia nacional D. Miguel Hidalgo y Costilla y D. Ignacio Allende. Iniciados masónicamente en esta casa en el año de 1806”.

Sobre la influencia de la francmasonería en el proceso de la guerra de independencia, Lucas Alamán –uno de los testigos de la historia- escribía, que "No puede dudarse que para acelerar esta medida, contribuyó mucho el conocimiento que el virey (sic) tenia (sic) del influjo que la masonería comenzaba á (sic) ejercer desde entonces (sic)…esta sociedad contaba con pocos individuos que vivían aislados y ocultos por temor a la Inquisición, habiendo sido el primero en reunirlos y darles forma de cuerpo el oidor de Méjico (sic) D. Felipe Martinez (sic) de Aragon (sic). Los principales eran el director de minería…suegro de Martinez (sic), que era el decano, habiendo sido recibido en Alemania…; dos religiosos franciscanos,… todos españoles, pues los mejicanos (sic) no empezaron á (sic) entrar hasta algun (sic) tiempo después (sic). [...]”.

Lucas Alamán, un criollo de nacimiento que conoció personalmente a Miguel Hidalgo, dice que el Cura de Dolores era, -contrario a las imágenes ahora conocidas-, “cargado de espaldas, de color moreno, ojos verdes vivos y la cabeza algo caída sobre el pecho […]”.

El mismo Lucas Alamán, quien al inicio de la guerra de independencia era un joven de 18 años, y quien junto con su madre, eran protegidos de Hidalgo, señala sobre la toma de la Alhóndiga de Granaditas, que había “... españoles arrojando dineros desde la alhóndiga para saciar la codicia de los indios; indios husmeando los cadáveres españoles para buscar la cola, marca infamante del judío; mujeres despavoridas que huían a las casas vecinas trepando por las azoteas: de los saqueos que se hacían, se llevaban las puertas, mesas, sillas y hasta las vigas sobre sus hombros ...".

Al triunfo de la independencia en 1821, el también ideólogo del partido conservador y apoderado en México del Duque de Terranova y Monteleone, -descendiente y heredero de Cortés-, Lucas Alamán, mando retirar los restos del conquistador, Marqués del Valle de Oaxaca, Gobernador y Capitán General de la Nueva España, fallecido en 1547, y los colocó en un lugar seguro, por temor a que fueran robados.

Quizá por eso no haya en todo el país, algún busto o monumento a conquistador español alguno, como testigo de esta triste parte de la historia de nuestro país.

viernes, 20 de mayo de 2011

Una opción: la renuncia

Uno de los puntos del discurso de Javier Sicilia, al término de su caminata por la paz -con dignidad y justicia-, fue la renuncia del secretario de Seguridad Pública Federal (SSPF), Genaro García Luna y sobre la cual, el secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré, salió a ratificar su permanencia en el Gabinete.

Casi nadie a volteado a ver que probablemente, en el fondo de los escándalos del Instituto Nacional de Migración (INM), se encuentre una parte del problema de inseguridad nacional, en la que fueron removidos delegados del INM en siete Estados de la República, además de la rotación periódica de personal del organismo, así como la aplicación de exámenes de confianza a 1,500 funcionarios, para evitar prácticas irregulares o posibles vínculos con la delincuencia organizada.

La caja de pandora se abrió, luego de que se descubrieran los cadáveres de 70 inmigrantes ilegales en San Fernando, Tamaulipas, en la que de una manera olímpica y villamelón, su extitular Cecilia Romero, se deslindara y fuera protegida por el poder, al ser designada como Secretaria General de su partido, el PAN.

No se sabe si este escándalo mediático haya sido para desviar la atención de la opinión pública sobre el secretario García Luna, pero más allá de la renuncia, debería también investigarse los vínculos operativos y administrativos que tenían los delegados desplazados de sus cargos.

Muy pocos han volteado a las aduanas, como puerta de entrada de las armas ilegales, como la maniobra “rápido y furioso” dado a conocer por un agente norteamericano, ya que probablemente se pudieran abrir líneas de investigación hacia el personal de la SSPF o seguramente de Aduanas, con los que los ahora exservidores públicos hayan tenido relación.

Mire usted, de haber prosperado la renuncia de García Luna, no hubiera solucionado la inseguridad; y quizás se hubiera caído lo poco o mucho que hasta ahora haya hecho el todavía secretario García Luna.

Pero mire usted, le comento que como una opción para vencer, es que se le dirigió con el carácter de guerra santa a los primeros intentos de la independencia, -entre realistas e insurgentes: Es sabido que Hidalgo adoptó un estandarte de la Virgen de Guadalupe y sus tropas habían fijado su imagen en palos, carrizos y sus sombreros.

Tiempo antes, Pedro García en “Con el cura Hidalgo en la guerra de Independencia”, dice que la madrugada del 16 de septiembre de 1810, en Dolores, Guanajuato, Hidalgo dijo: "Mis amigos y compatriotas: no existe ya para nosotros ni el rey ni los tributos. Esta gabela vergonzosa, que sólo conviene a los esclavos, la hemos sobrellevado hace tres siglos como signo de la tiranía y servidumbre; … … ¡Viva pues la Virgen de Guadalupe!”.

"El cura es un santo... la Virgen le habla varias veces al día..." se oía entre la tropa, por lo que muy probablemente de aquí salga el refrán popular: "...Te haces que la Virgen te habla...".

En contraste, los realistas encomendados a la española Virgen de Los Remedios, y bendecidos para la campaña por el alto clero de la Nueva España, le habían declarado la guerra a la guadalupana: cuando los realistas encontraban una imagen de la Virgen morena en algún templo, era sujeta a juicio sumario y fusilada, lo mismo hacían los insurgentes con la de Los Remedios.

Como las estrategias arriba citadas, de igual manera pasó desapercibido en las pasadas fiestas bicentenarias, Epigmenio González, capturado por los realistas en la noche del 15 de septiembre de 1810 y enviado a Filipinas, volviendo a México en 1836 y al responder su identidad al nuevo gobierno, afirmo “… Soy Epigmenio González, uno de los padres de la patria, el primer armero de la revolución…”, a lo que obtuvo como respuesta: “… No, ¿cómo va a ser? La lista oficial es Hidalgo, Allende, Morelos, Aldama… Para ser padre de la Patria hay que morir de manera gloriosa y estar en la lista oficial. Usted no está en la lista…”.

Y así bajo la ignorancia de un infeliz burócrata, González terminó su vida como velador de un museo en Guadalajara, donde murió el 19 de junio de 1858. 

miércoles, 11 de mayo de 2011

Las consecuencias

Muy seguramente las familias víctimas de las casi 40 mil muertes que ha dejado la mal llamada guerra contra la inseguridad, -programa de la actual administración federal-, optaron por protestar pacíficamente en una marcha silenciosa en pro de la paz.

Convocada por Javier Sicilia, ciudades como Cuernavaca, Cd. Juárez, Torreón, Guadalajara y el Distrito Federal, vieron cómo los hijos de este país reclamaban a su autoridad la tan ansiada seguridad.

Pero mire usted, en reciente entrevista, el Primer Mandatario sugirió que la responsabilidad sobre el estado de inseguridad, recaía también sobre los mandatarios estatales y municipales, es decir, no sólo sobre la Federación.

Unas horas antes de que comenzara la marcha en comento, el presidente Felipe Calderón insistió en que no retirará la estrategia que ha llevado a cabo y pidió comprensión a la ciudadanía. Por su parte, Javier Sicilia respondió que parece que el Ejecutivo Federal no entendió o está mal informado, ya que no están contra el gobierno, -afirmó-, y precisó que el movimiento que él encabeza, no puede comprender una guerra mal dirigida o mal planeada.

En otras palabras, que un tema de seguridad nacional -como es la dimensión que tiene este problema-, sea desplazado y reducido al de inseguridad.

A su conclusión en el Zócalo del D.F., Javier Sicilia leyó un comunicado en el que solicita la renuncia de Genaro García Luna, -secretario de Seguridad Pública.

Otra de las ideas principales de Sicilia en su discurso, es que acusó a la clase política y los poderes fácticos y sus siniestros monopolios, las jerarquías de los poderes económicos y religiosos, los gobiernos y las fuerzas policiacas, como posibles cómplices, es decir, la estructura institucional y del poder.

Insiste en que el movimiento que encabeza, no aceptará una elección si antes los partidos políticos no limpian sus filas de esos que, enmascarados en la legalidad, están coludidos con el crimen y tienen al Estado maniatado y sometido, al usar los instrumentos de éste para erosionar las mismas esperanzas de cambio de los ciudadanos.

Afirmó que los partidos políticos, el PAN, el PRI, el PRD, el PT, Convergencia, Nueva Alianza, el Panal, el Verde, se han convertido en una partidocracia, de cuyas filas emanan los dirigentes de la nación. Aseguró que en todos ellos hay vínculos con el crimen y sus mafias a lo largo y ancho del país.

Cuando el discurso principal de la Marcha es la inseguridad, mezcló otros temas de la agenda nacional, seguramente invocadas para su movimiento, -legítimo, por supuesto-, como un llamado a abrir los ojos, pero más allá de eso, pudiera estarse gestando un movimiento de la ciudadanía, -para desplazar a la clase política en el siguiente proceso electoral-, de aprobarse la reforma política por la que otorga a los ciudadanos la posibilidad de candidaturas ciudadanas.

El tema no es el PRI, el PAN o el PRD: el tema es la inacción de los partidos en el ejercicio del poder.

En el pasado hubo varios avisos de alguien que no midió las consecuencias: Al levantarse el movimiento de independencia, Hidalgo invitó en octubre de 1810, al joven teniente Agustín de Iturbide, a incorporarse a las filas insurgentes con el grado de Teniente General, quien declinó la invitación para dirigirse a la Muy Noble y Leal Ciudad de México, para ratificarle su lealtad al Rey de España y de quien se sabe que su trato como combatiente y autoridad fue cruel y en exceso, razón por la cual, se le negó el ascenso a general.

Cuando Iturbide se entrevista con Vicente Guerrero en febrero de 1821, para sellar la alianza política y militar con el abrazo de Acatempan, todavía unos meses antes Iturbide seguía persiguiendo y matando insurgentes.

Un testigo presencial de la coronación de Iturbide, dice que en el momento en el que el obispo Juan Cruz Ruíz de Cabañas le colocaba la corona sobre su cabeza, el presidente del Congreso le decía: “sujétese bien la corona, no se le vaya a caer”.

Un siglo después, en 1921, el diputado Antonio Díaz Soto y Gama propuso que su nombre fuera retirado del muro de honor en letras de oro en el Congreso, por carecer de merecimientos necesarios. Juzgue usted las consecuencias.

viernes, 6 de mayo de 2011

Qué razón tenía el viejo

La semana pasada el Senado aprobó la reelección de diputados y senadores al Congreso de la Unión y que tendrá aplicación hasta las elecciones federales de 2015.

En el marco de la llamada Reforma Política que incluyó la controvertida modificación Constitucional para que el Ejecutivo Federal pueda vetar el Presupuesto de Egresos, el senador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) Pablo Gómez Álvarez, dijo que no se trata de una reforma, sino de una miscelánea.

Hasta ahora, el artículo 59 de la Constitución de 1917, vigente desde 1933, impide la reelección de los senadores y diputados al Congreso de la Unión para el periodo inmediato al de la legislatura de que formaron parte. Aunque admite la posibilidad de que los senadores y diputados suplentes puedan ser electos con el carácter de propietarios para el periodo inmediato –"siempre que no hubieren estado en ejercicio"–, descarta que los senadores y diputados propietarios sean electos para el periodo inmediato en calidad de suplentes.

Una revisión a la historia constitucional de nuestro país, señala que La institución de la no-reelección legislativa no estaba dentro de la agenda del México independiente. No lo estuvo tampoco en las constituciones centralistas de 1836 y 1843, no la registran las constituciones de 1857 ni fue demanda del constituyente de 1917. Fue hasta 1933 y en función a una demanda del recién creado Partido Nacional Revolucionario (PNR) cuando se incluye la prohibición expresa de reelegirse a diputados y senadores.

Francisco I. Madero convirtió el antirreeleccionismo en una de las banderas de su credo político y de su programa electoral para la crítica tesitura de las elecciones presidenciales de 1910; el también llamado “Apóstol de la Democracia”, fundaba esa propuesta de un cambio generalizado en los equipos de gobierno, en la urgencia de solucionar "el inmenso malestar que reina en toda la República", que sólo se remediaría con una renovación radical: "esa idea – sostenía Madero– está en la conciencia nacional".

Desde luego, Porfirio Díaz era proclive de la reelección presidencial. El presidente Díaz estaba ávido de que el mundo hablara de él, y así, decidió organizar una recepción oficial en el Castillo de Chapultepec, en honor del diplomático norteamericano enviado para las negociaciones de un nuevo tratado comercial entre México y los Estados Unidos.

El festejado diplomático norteamericano exhibía a don Porfirio, y quienes lo rodeaban, un reloj de oro cubierto de diamantes, con una aduladora dedicatoria a su gloria y adornado con el monograma de Eduardo VII rey de Inglaterra y emperador de las Indias, obsequiado por el mismo monarca, al término de las negociaciones comerciales entre su país y la corona inglesa; a lo cual, el presidente Díaz pensaba en la manera cómo iba a superar el regalo del rey de Inglaterra.

Luego el festejado aborda a Díaz: “…Disculpe, don Porfirio, siento molestarle, pero acaban de robarme en este mismo lugar, en la sala de baile, el reloj que me regaló el rey de Inglaterra.” A lo que el presidente después de infinidad de disculpas, le prometió que en 48 horas le sería devuelto su reloj.

Al término del festejo, don Porfirio se dejó llevar por una cólera negra, una de estas cóleras de las que sólo él era capaz, la cólera de un dictador cuya impostura está a punto de ser descubierta. “El viejo vuelve a tener su crisis” murmuraban los sirvientes del castillo asustados.

Buscaron el reloj entre la servidumbre de Chapultepec; en la cárcel y sus redes criminales, sin resultado alguno. Las posibilidades se reducían.

Por último, mandó llamar a uno de los generales que no acudió a la cita, y de manera seca “El viejo” le dijo: “Divisionario, dame el reloj del diplomático americano”. Sin pestañear ni mostrar la más mínima contrariedad, el general pasó su mano bajo la túnica, buscó un poco en los bolsillos interiores y sacó el reloj.

Dio dos pasos hacia el dictador, diciéndole: “A sus apreciables órdenes, don Porfirio, a sus órdenes muy queridas.” Y continuó diciendo: “Porfirio, temía que lo cogieras, así que pensé que era mejor que fuera yo, ya que tú puedes comprarte uno más fácilmente que yo”.

Qué razón tenía “El viejo”. Ganó la reelección.