Citas memorables de la historia de México

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viernes, 26 de septiembre de 2008

Las leyes

Para contener la oleada de violencia generalizada que azota el país, el presidente Felipe Calderón presentó un paquete de iniciativas al Senado, entre las cuales resalta, la que expide la Ley de Extinción de Dominio, que tiene por objeto constituir un fondo destinado a la reparación del daño de las víctimas u ofendidos, acción denominada extinción de dominio, que se integraría con los recursos que se obtengan de los bienes o el producto de los delitos de secuestro, robo de vehículos y trata de personas.

Además, propone reformar otros 7 ordenamientos legales, que pretenden homologarlas con las recientes reformas constitucionales en materia de seguridad, para permitir la figura de presunción de flagrancia; crear el Registro Nacional de Detención; para que el policía que detiene podrá recibir la denuncia, participar en la investigación del delito, la detención y el aseguramiento de bienes, debiendo informar al MP; para incluir las grabaciones particulares como elemento probatorio; crear la figura de denuncia anónima y la reserva de identidad para agentes infiltrados; crear centros especiales de máxima seguridad para evitar que la delincuencia opere desde el interior; establece sanción penal en los casos de servidores públicos que faciliten el desvío o la obstaculización de las investigaciones y, ante la terminación injustificada del servicio de un agente policial, el Estado sólo pagará la indemnización sin que proceda su reincorporación al servicio.

Aunado a lo anterior, la Procuraduría General de la República (PGR) publicó hace unos días, el acuerdo que establece las reglas y lineamientos para el ofrecimiento y entrega de recompensas, siempre y cuando, los datos proporcionados sean veraces, útiles, eficaces y oportunos para las investigaciones que realice el Ministerio Público de la Federación, o bien, para la localización y detención efectiva de las personas en contra de quienes exista orden de aprehensión. El rango de recompensa es de 1,000 a 5,000 pesos, dependiendo la utilidad de la información. En contraste, en los Estados Unidos de Norteamérica, se han pagado más de 8 millones de dólares a 22 personas, que presentaron información válida, que puso a terroristas tras las rejas, y que se hayan contenidas en el programa de recompensas para la justicia, establecido por la Ley Pública 98-533 para Combatir el Terrorismo Internacional de 1984, Programa que es administrado por la Oficina de Seguridad Pública del Departamento de Estado de Estados Unidos, y que autoriza al Secretario de Estado a ofrecer o pagar recompensas de más de 5 millones de dólares.

Ojalá que estas que estas iniciativas cambien el estado de inseguridad en que vivimos, pero hubo un paquete de estas que cambió al país, como lo son, las leyes de reforma, en plena guerra de los tres años o de reforma.

El 12 de julio de 1859 se promulgó la Ley de nacionalización de los bienes eclesiásticos; el 23, la Ley del matrimonio civil; el 28 la Ley orgánica del Registro Civil y la Ley sobre el estado civil de las personas; el 31, el decreto que cesaba toda intervención del clero en cementerios y camposantos. El 11 de agosto se reglamentaron los días festivos y se prohibió la asistencia oficial a las funciones de la Iglesia. Un año más tarde, el 4 de diciembre de 1860, se expidió la Ley sobre libertad de cultos. Este conjunto de leyes fueron el inicio de una nueva era en la política, la economía y la cultura, con el presidente Benito Juárez, al frente.

Entre sus autores intelectuales se hallaba, Guillermo Prieto, quien salvó al presidente Benito Juárez en 1858 de ser fusilado en palacio de gobierno en Guadalajara, dirigiéndose a la guarnición militar con un “…¡levanten esas armas! ¡Los valientes no asesinan!...”; Miguel Lerdo de Tejada, coautor de estas leyes, quien en 1853 bajo la presidencia del aficionado a los gallos, Antonio López de Santa Anna, lanzó la convocatoria del Himno Nacional Mexicano, interpretado por primera vez el 15 de septiembre de 1854 por Enriqueta Sotang en el entonces Teatro Nacional, y cuyos autores –Jaime Nunó Roca y Francisco González Bocanegra-, al no recibir el premio a la convocatoria, vendieron los derechos del Himno a una casa musical norteamericana, hasta que en 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho los expropió mediante decreto, pero cada vez que se interpreta el Himno en el extranjero, se deben pagar regalías a los titulares de los derechos: la Wagner & Lieven en Estados Unidos; y, Valentín Gómez Farías, ilustre jalisciense, galeno egresado de la Universidad de Guadalajara, presidente de la Mesa de Debates el 5 de febrero de 1857, al aprobar la Constitución de ese año, desconocida por los conservadores y por Maximiliano de Habsburgo, y cuya emperatriz – Carlota- entre sus excentricidades, gustaba de escuchar la canción de “La Paloma” interpretada por un chinaco –combatiente de la independencia- que cortejaba a una de sus sirvientas en el Castillo de Chapultepec.

Desde luego que un paquete de iniciativas no es suficiente para detener a un puñado de delincuentes que pone en vilo al Estado mexicano. La responsabilidad es del gobierno, como entidad, de los partidos políticos representados en el Congreso, así como de nosotros los ciudadanos, al educar a nuestros hijos. Usted, ¿qué opina?

viernes, 19 de septiembre de 2008

Sitiados

Los que saben no se han puesto de acuerdo sobre si las granadas arrojadas a la ciudadanía, es o no un acto de terrorismo, sucedido durante el festejo del grito de independencia en Morelia, Michoacán, la noche del 15 de septiembre pasado.

El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, poco abona para su esclarecimiento. Define al terrorismo como “1-Dominación por el terror; 2-Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”. Sin embargo, en el Diccionario de Política de Norberto Bobbio, Nicola Matteucci y Gianfranco Pasquino, luego de una disertación histórica, lo señala como aquellos actos que persiguen objetivos nacionales o de clase, por razones de humanidad o de Estado. En esencia, cuando se ha cometido un acto terrorista en otras latitudes del mundo, se trata de alguien que está luchando por su país o por su pueblo, por su libertad o por sus creencias, pero en ningún caso, se refiere como parte de una estrategia o metodología adoptada por los delincuentes, como el citado.

Pero indistintamente del concepto formal o en la práctica, la agresión a civiles es absolutamente reprobable, y desde luego se enmarca en la lucha de poderes entre el Estado mexicano versus la delincuencia, aunque algunos autores han dicho que se trata de disputas territoriales delictivas.

Por este hecho, inédito sin lugar a dudas, así como por la impotencia en que nos sentimos los ciudadanos, pareciera que nos encontramos entre dos frentes de batalla. Cercados por uno de los bandos y al amparo de la voluntad divina a que lleguemos con bien a nuestros hogares, cuando el Estado es quien detenta el uso legítimo de la fuerza para combatir la inseguridad que vivimos.

Y me refiero como ejemplo, a varios de los estados de sitio que vivió nuestro país, como el sitio de la gran Tenochtitlán, con una duración de casi 80 días en la que los mexicas sufrieron la fatal derrota en Tlatelolco, lugar maldito por haber sido también sitiado por las fuerzas del ejército en octubre de 1968, y por las de la naturaleza en los sismos de 1985.

Posteriormente y con una duración de casi 75 días, fue sitiado en 1812 Cuautla en Morelos, bajo el mando de Félix Calleja, lugar donde por primera vez se usó el toque del clarín para dar órdenes a la tropa realista, contra la posición de José María Morelos. Una tropa de realistas estuvo a punto de tomar la ciudad, pero un niño de 12 años, llamado Narciso Mendoza -el niño artillero- hizo estallar un cañón, con el que los realistas huyeron dispersas. Tras la batalla, Morelos acudió a cada una de las casas atacadas, a dar dinero y víveres a los afectados.

En 1847 el castillo de Chapultepec, lugar donde se hallaba el Colegio Militar, fue sitiado durante casi 80 días por las fuerzas norteamericanas, donde además de nacer la leyenda de los niños héroes, fueron hechos prisioneros, entre otros los cadetes Francisco Molina, Mariano Covarrubias, Bartolomé Díaz y Miguel Miramón, con un final trágico como más adelante veremos.

En mayo de 1863 y de regreso, el ejército francés sitia la ciudad de Puebla durante casi 80 días, dejando a la población sin alimento alguno, y en un acto de verdadero heroísmo, el general Jesús González Ortega se rinde junto con su ejército para evitar que siga el sufrimiento del pueblo. En esta batalla, Cae prisionero el general de brigada Porfirio Díaz, quien logra escapar al disfrazarse de indígena.

Otro célebre sitio tuvo lugar en Querétaro en 1867, durante la segunda intervención francesa, cuando el ejército republicano del general Mariano Escobedo, fue fortalecido por asesores norteamericanos que habían participado en la Guerra de Secesión; además Escobedo contaba ahora con moderna artillería, excedente de la Guerra Civil estadounidense; así pues, los efectivos de los sitiadores se elevan casi a 40 mil soldados de las tres armas –infantería, caballería y materiales de guerra-, organizados en dos cuerpos de ejército, del Norte y de Occidente, venciendo al ejército de Maximiliano y fusilando a Miguel Miramón, Tomás Mejía y, presuntamente, también al emperador de Habsburgo.

Por último, en una de las peores batallas en 1913, el levantamiento del general Félix Díaz –sobrino de Porfirio Díaz- y Bernardo Reyes, propició que el Secretario de Guerra y Marina, Victoriano Huerta, disolviera el Congreso y asesinara a Madero y Pino Suárez; los dragones –la caballería- incursionaba en el Zócalo al toque de la imponente marcha dragona, creada años atrás en el régimen porfirista, al tiempo que desde la ciudadela se escuchaban los retumbes de las balas de cañón disparadas hacia Palacio Nacional. Finalizaba la decena trágica.

Ojalá que el sitio a la delincuencia dure menos de los 75 días que en promedio han durado estos eventos en nuestra historia, para no perder la batalla de la seguridad y convivencia armoniosa.

martes, 16 de septiembre de 2008

De libros a libros

Hace unas semanas un libro comenzó a provocar polémica. Se trata del libro de texto gratuito de historia y geografía de Guanajuato, que la propia Secretaría de Educación Pública (SEP) distribuye. La controversia surge a raíz de la colocación de una imagen estilizada de la virgen de Guadalupe, en líneas negras y fondo rojo, utilizando el color de la bandera de la Unión Nacional Sinarquista así como de una referencia a ésta y a los cristeros, en una franca violación al artículo 3º. Constitucional.

Por una parte, la Arquidiócesis de León, a través de su vocero, Raúl Villegas, comentó que es lamentable caricaturizar la imagen que para muchos mexicanos es sagrada, e insistió en que tiene curiosidad en saber por qué la hicieron caricatura y no usaron la imagen original, y por la otra parte, según el libro aludido, "se debe aprender mucho" del sinarquismo, y que es una fuerza política abiertamente antilaica, partidaria de la presencia eclesiástica en el gobierno, de la educación religiosa en las escuelas y contraria a los principios que la corriente liberal mexicana ha elevado a texto Constitucional y que representa una de las corrientes ideológicas del partido acción nacional (PAN). No todos los militantes del PAN son así.

A la abierta tolerancia señalada con anterioridad por la SEP, la dependencia federal se pronunció en contra, incluso amenazó, a los maestros que promovieran el libro de texto elaborado para las secundarias y bachilleratos en el Distrito Federal, titulado: "Tu futuro en libertad", editado por el Gobierno de la ciudad de México, en el que aborda temas como enfoque de género, laicicidad, derechos humanos, salud reproductiva y prevención sexual sobre VIH/SIDA.

A lo anterior, se suma la proposición con punto de acuerdo presentado por el senador priísta Francisco Arroyo Vieyra, quien solicitó a la SEP el procedimiento de autorización del libro polémico, así como evitar el manejo de ilustraciones y textos de carácter religioso, entre otros, y quien ha sido objeto de censura por un grupúsculo de fanáticos religiosos.

El caso de la corriente ideológica citada, fue abordaba por el jalisciense Efraín González Morfín, durante los trabajos de la XVIII Convención Nacional de su partido en mayo de 1965, quien tenía claro erradicar la participación de cualquier doctrina religiosa en asuntos de política, así como aislar a los sinarquistas de su partido, sin embargo, y con el paso de los años, persiste esta corriente perniciosa que trata de enquistarse en el poder.

Recordemos a la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa, antecedente del sinarquismo, cuya razón de ser, no era sino la de ensalzar y dirigir el esfuerzo de todos los creyentes mexicanos para procurar la derogación definitiva de los artículos 3º, 5º, 24, 27 y 130 constitucionales; organización de donde surgió Concepción Acevedo de la Llata -la madre Conchita-, quien fue la autora intelectual del asesinato del presidente Álvaro Obregón en julio de 1928, al ofrecer la pistola en sus manos para ser bendita por un sacerdote al término de su homilía, acto que fue interpretado por León Toral como un anuncio de la divinidad al tiranicidio que iba a cometer. Fanatismo puro. La madre Conchita purgó su condena en las Islas Marías, lugar en donde contrajo nupcias con Carlos Castro Balda, mientras que León Toral –asesino material-, fue fusilado el 9 de febrero de 1929 en Lecumberri.

“… Señor Presidente, señores diputados, señores invitados. ¡¡¡Se ha encendido al rojo vivo otra vez, el debate histórico del desarrollo de México!!!, …¡¡¡Cómo es posible que quieran ustedes señores de Acción Nacional negar ser los indignos herederos, digo indignos, porque no se atreven a defenderlos de frente, de todos los que han mancillado a México durante más de 150 años de vida independiente? … ¿Qué acaso la patria se empieza a construir hoy?,… ¿Quiénes históricamente fueron a traer a un Emperador extranjero? ¡¡¡Sus padres políticos!!!, … Pero no olviden que los mexicanos, en 1910, con la virgen de Guadalupe en el sombrero, fusilaban a los curas porque servían a la reacción, … Desde ahora empiecen a sufrir la amargura de que el pueblo de México declarará el año de 1972 “Año de Benito Juárez”, en contra de la voluntad de ustedes…” decía el diputado Francisco Ortiz Mendoza en 1971, a quienes trataban de defender posturas indefendibles con los actos de Iturbide, Maximiliano y otros.

La historia de un país la escribe el pueblo, quien se ha comunicado de boca en boca y por generaciones, el conocimiento popular de los hechos y personajes históricos de nuestro país. La SEP no tiene derecho en crear una interpretación histórica errónea o una postura ideológica determinada a los educandos, a menos que quienes lo autorizaron o lo promuevan en Guanajuato o en cualquier parte del país, les de vergüenza defender a sus padres políticos.