Citas memorables de la historia de México

¿Siguiente cita? Haz click en F5 o en Página Principal para actualizarla.

martes, 27 de noviembre de 2007

Rumbo al Bicentenario (2a. parte)

Con la renuncia del General Porfirio Díaz Mori al cargo de presidente de la República da por concluido, el 21 de mayo de 1911, la etapa de la historia de México conocida como “el Porfiriato”. Después de haber presentado su renuncia, el 26 de mayo sale del país el General Díaz Mori, junto con su esposa Carmen Romero Rubio, en el barco “Ipiranga” hacia Europa; falleciendo el 2 de julio de 1915 a la edad de 84 años en Francia. Sus restos descansan en el cementerio de Montparnasse en París.

Posteriormente México vivió, durante varios años, terribles convulsiones políticas que pusieron en riesgo su futuro como República. Como ejemplo podemos decir que mientras en la Convención de Aguascalientes de 1914 se nombra como presidente provisional a Eulalio Gutiérrez, el General Venustiano Carranza lo desconoce; dicho acontecimiento genera que ese mismo año haya dos gobiernos: el carrancista y el convencionista. Un año antes, en 1913, Carranza había desconocido a Victoriano Huerta, quien llegó a la presidencia tras el asesinato de Francisco I. Madero.

Los sucesos políticos y sociales que dieron paso a la redacción, presentación, estudio, análisis, dictaminación, aprobación y promulgación del texto constitucional vigente fueron determinantes para que los 288 legisladores del Constituyente de 1917 pudieran reflejar en su articulado, el proyecto nacional que aún ahora tiene vigencia. El texto Constitucional vigente ha experimentado múltiples reformas para adaptarla a las necesidades especiales de los mexicanos en su devenir histórico, modificaciones producto de una sociedad dinámica y plural que, en la mayoría de los casos, se ha visto reflejada en nuestra Constitución.

La proclama de la “No Reelección” de Francisco I. Madero, producto de la revolución, fue materializada cuando el expresidente Abelardo L. Rodríguez promulgó, el 29 de abril de 1933, el decreto de reforma constitucional que evitaba la reelección inmediata en todos los cargos públicos de elección popular; proclama que aún tiene vigencia y arraigo en la cultura política de la población y clase política mexicana.

Posteriormente, tuvo verificativo el periodo conocido como el Maximato, que corrió de 1928 a 1934; llamado así al ejercicio presidencial de Plutarco Elías Calles, quien era conocido como el jefe máximo de la Revolución; Calles fungió como presidente en el periodo comprendido de 1924 a 1928; posteriormente le sucedieron tres presidentes que le fueron incondicionales: Emilio Portes Gil, de 1928 a 1930; Pascual Ortiz Rubio, de 1930 a 1932; y, Abelardo L. Rodríguez, de 1932 a 1934, todos ellos subordinados en menor o mayor medida a los intereses y políticas del ex presidente Elías Calles, llegando la influencia a su fin, cuando Lázaro Cárdenas, luego de haber sido electo el primer presidente sexenal en 1934, lo expulsó del país en 1936.

Los artículos constitucionales que a la fecha no han tenido reformas son 35 y representan el 25% del cuerpo total de la Carta Magna, y que son el 7, 8, 9, 11, 12, 13, 15, 23, 33, 38, 39, 40, 47, 50, 57, 62, 64, 68, 71, 75, 80, 81, 86, 87, 91, 118, 120, 121, 124, 125, 126, 128, 129, 132 y 136; en contraste, los artículos constitucionales que más modificaciones han tenido son el artículo 73, que se refiere a las facultades del Congreso, con 53 reformas; y, el artículo 123, que legisla lo referente al trabajo y a la previsión social, con 22 modificaciones. Ambos representan únicamente el 1.4% del total de los 136 artículos que componen nuestra Constitución.

Por otra parte, el periodo presidencial en que más reformas se realizaron a la Carta Magna, fue el del expresidente Carlos Salinas de Gortari, con 61 reformas; y el periodo en que menos reformas se presentaron fue el del expresidente Lázaro Cárdenas, con sólo 14 reformas, en lo que paradójicamente, hay quienes convergen en la idea que estos dos periodos fueron los más prósperos del país.

Así que los investigadores tendrán suficiente información con los más de 110,000 volúmenes en la biblioteca del Congreso, sin contar una parte importante de material bibliográfico que se encuentra en proceso de catalogación y clasificación, con el propósito de aportar luz al conocimiento de estos dos célebres acontecimientos de nuestro país.

martes, 20 de noviembre de 2007

Rumbo al Bicentenario (1ra. parte)

Formalmente se encuentran instaladas y funcionando las comisiones del Ejecutivo Federal, del Senado de la República y de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, para la organización de los festejos del bicentenario de la Independencia y del centenario de la Revolución Mexicana; las que, dentro de sus múltiples objetivos, tienen contemplado realizar la publicación de obras literarias de trascendente valor histórico que evoquen el esfuerzo de todos aquellos mexicanos, hombres y mujeres, ilustres o no, por formar nuestra nación y que, por su significado, aportaron luz al desarrollo de la vida política, económica y social de México; etapas como el triunvirato, el primer y segundo imperio, la reforma, el porfiriato, el maximato y el desarrollo estabilizador, entre otros. Se guarda la oportunidad de mostrar al público documentos como los edictos, comunicados, órdenes y demás, emitidos por Hernán Cortés, Marqués de la Nueva España; Nuño Beltrán de Guzmán, Marqués de la Nueva Galicia y rival de Cortés; escritos acerca de la muerte de Pedro de Alvarado, llamado por los indios Tonatiuh (el sol), lugarteniente de Cortés y quien fallece por las lesiones recibidas al caerle un caballo encima durante la batalla en Nochistlán en Zacatecas, al conquistar la Nueva Galicia, hoy Guadalajara; todos documentos que obran en poder del Archivo General de la Nación. Anécdotas interesantes como la conquista, en Michoacán, de los tarascos (hábiles artesanos en orfebrería), en quienes los españoles encontraron un obstáculo difícil de vencer al verse frente a sendos mosquetones en manos de los tarascos, quienes lograron reproducirlos para su defensa y ataque. La sublevación por la independencia en 1810, encabezada por el cura Don Miguel Hidalgo y Costilla, a quien la historia en el mundo lo debe reconocer como el primer abolidor de la esclavitud y para cuya memoria se encuentra una placa alusiva a su logro en los costados de la puerta principal de Palacio de Gobierno en Guadalajara, ya que 50 años antes que Abraham Lincoln aboliera la esclavitud en los Estados Unidos, Hidalgo y Costilla lo hizo en México. Los actos en Dolores y Guanajuato, en Guanajuato; los de Morelia (antes Valladolid) en Michoacán; los del Cerro de las Cruces y Aculco, en el Estado de México; Guadalajara y Puente de Calderón, en Jalisco; y en el resto de el país que, siguiendo los pasos de Hidalgo en su persecución deben ser recordados. La instalación del Primer Congreso Constitucional, en enero de 1825; la supresión del Senado en 1845, debido a las diferencias entre centralistas y federalistas; la supresión del Senado y de la Cámara de Diputados por Victoriano Huerta, con la irrupción de militares en el recinto legislativo y la detención de 84 de los 110 diputados; y el cese de actividades de la Cámara de Diputados en 1863, a causa de la diferencia entre liberales y conservadores. La consolidación de la independencia en 1821, con su antecedente en el Congreso de Anahuac en 1813 instalado a convocatoria de José María Morelos y Pavón, donde presentó el Acta de Independencia y los Sentimientos de la Nación. En 1853 el expresidente Antonio López de Santa Anna convoca a un concurso para la creación del Himno Nacional Mexicano, resultando ganadores Jaime Nunó, con la música; y Francisco González Bocanegra, con la letra; y cuya primera estrofa se trata de la exclamación con la que los aztecas comienzan a repeler la agresión de los conquistadores en el sitio de Tenochtitlan. El emperador Fernando Maximiliano de Habsburgo, fusilado el 19 de junio 1867 a quien a pregunta expresa de uno de sus cercanos colaboradores de cómo ir vestido a su fusilamiento, éste le contestó: “No lo sé. Nunca he sido fusilado anteriormente”, y de cuya emperatriz, Carlota, se dice que es la autora y promotora, entre muchas otras cosas, de la Ley de Jornaleros de la época. El triunfo de Benito Juárez encabezando a los liberales en la Guerra de los Tres Años, llamada también Guerra de Reforma, en 1861. Luego de las hostilidades y una vez de regreso a la paz pública, el pueblo es convocado a elecciones de presidente de la República, y al no llegar a tiempo las actas al Congreso, erigido en Colegio Electoral, los diputados, anticonstitucionalmente, decidieron otorgarle el triunfo a Juárez por 61 votos contra 55. En 1871, una vez más Juárez gana las elecciones presidenciales y se resalta la anécdota discreta del general de Irineo Paz, crítico de Benito Juárez y abuelo de Octavio Paz, en la que dedicaba sus coplas al benemérito, como sigue: ‘¿Por qué si acaso fuiste tan patriota, estás comprando votos de a peseta? ¿Para qué admites esa inmunda treta de dar dinero al que en tu nombre vota?

miércoles, 14 de noviembre de 2007

De los Consejeros del IFE

El pasado 7 de noviembre, la Cámara de Diputados recibió la iniciativa de los diputados Carlos Chaurand Arzate y Dora Alicia Martínez Valero, pertenecientes a los grupos parlamentarios del Partido Revolucionario Institucional y de Acción Nacional, respectivamente, por la que se modifica el artículo 34 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, para facultar a la Junta de Coordinación Política la Cámara baja a que establezca el procedimiento y la convocatoria para el nombramiento del presidente y dos consejeros del Consejo General del Instituto Federal Electoral.

No tendría nada de relevante dicho acontecimiento, pero al ser presentada la iniciativa se aprobó la dispensa de todo trámite y fue aprobada en la misma sesión por 283 votos en pro, por lo que pasó al Senado para su análisis, discusión, dictamen y, en su caso, aprobación, esto es lo que genera suspicacias; pero al ser recibida en la colegisladora se le dio el trámite normal al ser turnada a las Comisiones Unidas de Reglamentos y Prácticas Parlamentarias y a la de Estudios Legislativos, Primera; es decir, no tuvo el mismo entusiasmo para ser aprobada como en la Cámara de orígen, aunque no dormirá el sueño de los justos por la naturaleza de la propuesta, su envío a Comisiones manda una que otra señal y parece que los senadores discrepan del espíritu de armonía con la Constitución que debe prevalecer en toda reforma.

Ahora, la premura en la aprobación de la iniciativa arriba citada, se hizo para no esperar a que se presentara otra distinta que reforme el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE), por lo que la Cámara baja cuenta con varios escenarios; uno de ellos implica someter a la consideración del pleno de los diputados la convocatoria y los requisitos para ser consejero electoral, sin necesidad de esperar a que se apruebe en Cámara de Senadores la minuta enviada.

Como acotación, el Senado aprobó con 70 votos a favor, en sesión del martes pasado, la minuta que contiene dicha iniciativa, pero la aprobó con cambios que modifican substancialmente el texto aprobado por los diputados; los cambios contemplan, entre otros, facultar a la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados a que, por única ocasión, presente a su pleno el procedimiento y la convocatoria respectiva, no como atribución permanente e indefinida como se quiso aprobar. Aún así, una vez aprobada en el Senado fue devuelta a Cámara de orígen para su análisis.

En otras palabras, la responsabilidad recaería no en los coordinadores parlamentarios de la Cámara baja, como se establece en la modificación controvertida por los senadores, sino por el pleno de la Cámara de diputados, dado que la elección de los consejeros electorales es facultad exclusiva de los diputados y, por tanto, no habría que esperar al Senado; lo cual, si bien es cierto tiene sus justificaciones jurídicas, asentaría un mal precedente ahora que se presume la cooperación entre poderes.

Además, otro escenario de salida lo es, un anteproyecto de modificación al artículo 35-bis de la ley Orgánica del Congreso, por el que el Pleno de la Cámara de Diputados, a propuesta de su Junta de Coordinación Política, emita la convocatoria para que la sociedad proponga candidatos a los cargos de consejero Presidente y consejeros electorales del Consejo General del IFE; en la que deberá señalarse el plazo para la presentación de propuestas; los requisitos que, conforme a la Ley de la materia, deberán satisfacer los propuestos y los que deberán cumplir los proponentes, eligiendo primero, a quien deba ocupar el cargo de consejero Presidente y luego elegir a los consejeros electorales, en cuyas votaciones será necesario, al menos, de las dos terceras partes de los diputados presentes en la sesión para ser aprobada.

El anterior se supone es el plan alterno de la Junta de Coordinación Política de la Cámara baja; en el que, además de Luis Carlos Ugalde, se presume la salida de las Consejeras Alejandra Latapí y María Teresa de Jesús González Luna Corvera.

De manera informativa, el martes pasado, Ejecutivo Federal publicó en el Diario Oficial de la Federación, la reforma electoral aprobada, por lo cual, la Cámara de Diputados dispone de 30 días para realizar todo el ejercicio de nombrar Consejeros Electorales, así como los Congresos Locales, disponen de un término de 12 meses para adecuar el marco jurídico local.

Cabe recordar que el texto constitucional, en materia electoral, surge de a partir de la primera reforma, en diciembre de 1977, de los cinco cambios que hasta ahora ha sido sujeto el artículo 41 de la carta magna, por lo que, no obstante la reforma electoral recién decretada por el Ejecutivo, la facultad para designar a los Consejeros electorales del IFE, sigue siendo de la Cámara de Diputados.

Todo lo que empieza tiene su fin. Con la conclusión del periodo de Luis Carlos Ugalde como consejero presidente, se termina un ciclo más en la vida institucional del IFE, comenzado de manera ciudadanizada en 1996 por José Woldenberg hasta su término en 2003, y antes bajo la tutela de la Secretaría de Gobernación. Ojalá sea para fortalecer la institución y la democracia en el país.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Siguen las reformas

En el marco de los trabajos para la reforma del Estado, se han recibido 1,157 ponencias y generado 5,656 propuestas en concreto. Para el rubro de Garantías Sociales se presentaron 294 ponencias, para Democracia y Sistema Electoral 290, para la reforma del Poder Judicial 249, para Régimen de Estado y Gobierno 184 y para Federalismo 140 ponencias, por lo que actualmente se encuentran laborando los grupos de trabajo de la Subcomisión Redactora en la búsqueda de puntos de coincidencia para la redacción de las iniciativas que serán presentadas.

En otros tiempos, este proceso hubiera resultado de difícil progreso, por no decir que imposible, en virtud de la tajante división ideológica existente como, por ejemplo, en la manifestada en la guerra de reforma finalizada en 1860 bajo el mandato del presidente Benito Juárez quien convoca a elecciones para diputados y presidente de la República, en un intento por regresar a la normalidad de la vida republicana y a 3 años de vigencia de la Constitución de 1857.

En ese entonces, Juárez estaba al tanto de los avances del General González Ortega, jefe indiscutible del Ejército Liberal, al que acompañaban el general Ignacio Zaragoza y Leandro Valle, entre otros, quienes avanzaron contra la Ciudad de México para tomarla y dar por concluida la guerra de reforma, siendo enfrentados por Miguel Miramón cuando las tropas se encontraban en Querétaro, confrontándose el 21 de diciembre en las inmediaciones del pueblo de Calpulalpan. Tras dos horas de combate, los soldados conservadores se pasaron al enemigo gritando vivas a González Ortega, en tanto Miramón, junto con su Estado Mayor, derrotados emprendían la huída.

El general González Ortega dispuso que Benito Juárez fuera avisado hasta Veracruz del éxito de la contienda para que pudiera dirigirse a la Ciudad de México, a Palacio Nacional, cuando él lo dispusiera. A la llegada del mensajero al puerto de Veracruz, el presidente Juárez se encontraba en el Teatro Principal, donde recibió la noticia. La función se interrumpió, y Benito Juárez con entusiasmo dijo "Antes éramos independientes, pero no libres. A partir de hoy seremos también libres. Hoy podemos considerar que ha sido fundada la nación mexicana. Hoy empezará el proceso de fundación de una nueva patria. Hoy comenzaremos el proceso de transición de una sociedad feudal y teocrática a una sociedad moderna, contemporánea, la única con la que podemos satisfacer las necesidades del país” y prosiguió "Lo mejor de México está por venir. Hemos conquistado la gloria para todos y cada uno de nosotros. ¡Viva México!", gritó el presidente Benito Juárez. El público, puesto de pie, escuchó el anuncio de que la guerra había terminado después de tres años, y jubiloso, aplaudió.

Por su parte, el general González Ortega llegó a la Ciudad de México y, al frente de 20 mil hombres, se dirigió a la Plaza de la Constitución; cabalgando por sus calles, vio en un balcón del Hotel Iturbide al general Santos Degollado, conocido como "el héroe de las derrotas", a quien en gran parte se debió el éxito de la causa liberal. González Ortega detuvo el desfile y exigió la presencia del general guanajuatense Degollado a su lado, y ambos compartieron los honores del triunfo. Más adelante, por invitación de González Ortega, bajaron de su balcón para incorporarse al contingente Melchor Ocampo y Miguel Lerdo de Tejada. Fue un momento inolvidable para la historia del país.

El presidente Benito Juárez llegó a la ciudad en un carruaje descubierto que aún se conserva en el Castillo de Chapultepec. Vestía de negro como era su costumbre. La gente se agolpaba para homenajearlo. Los "¡Viva Juárez!", "¡Viva la Constitución!" se escuchaban a su paso hasta que llegó a Palacio Nacional, desde donde dirigió un mensaje a la ciudadanía: "¡Mexicanos! Inmensos sacrificios han significado la libertad de la nación. Sed tan grandes en la paz como lo fuisteis en la guerra y que llevasteis a un término tan feliz y la República se salvará. Que se consolide, pasada la lucha, esa unión admirable con que los estados hicieron propicia la victoria. Que sea más profundo que nunca el respeto a la legalidad y a la Reforma, tan heroicamente defendida, y la obediencia a los poderes generales, que son la garantía de la Federación y de la nacionalidad mexicana”.

Prosiguió diciendo "Si ofrecéis el ejemplo de un pueblo libre que sabe darse y cumplir sus propias leyes; si cooperáis con nuestra firme voluntad al buen éxito de las medidas emanadas de una administración que ha sostenido con lealtad vuestra causa en tiempos azarosos, las enormes dificultades de la gobernación, aumentadas por la guerra, serán vencidas irremediablemente."

Así llegó a su fin la Guerra de Reforma. El costo pagado por los mexicanos había sido inmenso, pero valió la pena, porque si bien es cierto que México había logrado su independencia desde 1821, a finales de 1860 había conquistado su libertad. Esperemos que en la reforma del Estado que se está elaborando en el Congreso, se mantenga vigente y se enaltezca el espíritu de Don Benito Pablo Juárez García. Por México.