En una acción eminentemente hostil, el
ejército de Egipto abrió fuego contra turistas, en su mayoría mexicanos, que
recorrían los áridos caminos de ese país.
A bordo de vehículos todo terreno, los
mexicanos trataron de refugiarse de las ráfagas de material bélico que los
atacaban, matando a seis de ellos. De inmediato, el gobierno egipcio dijo que
fue un lamentable error, al confundir a los turistas con yihadistas que se encontraban en la zona.
Esta misma reacción la tuvo el embajador
de ese país en México, quien en conferencia de prensa confirmó los lamentables
hechos.
De inmediato la Cancillería mexicana
protestó por los acontecimientos y un avión partió de México para traer de
regreso a los paisanos heridos, al tiempo de pedir explicaciones, mediante
diversas notas diplomáticas.
El gobierno mexicano debe protestar por
estos hechos, cuando los protocolos del uso de la fuerza armada pudieran
señalar que del uso de dispositivos de detección, -como radares-, se haya
interpretado que se trataba de personas armadas, cuyas actividades pudieran
poner en riesgo a las fuerzas de seguridad y militares de ese país, pero
resultó que se trataba de civiles y desarmados.
Además suponiendo sin conceder que se
tratara del avance de potenciales enemigos, hubo un exceso en el uso de la
fuerza para atacar y someter a nuestros connacionales, al abrir fuego en
diversas ocasiones por un lapso de tiempo en varias horas de duración sin
recibir fuego a cambio.
Estos hechos ponen en alerta a la
comunidad internacional, al advertir la presencia de la yihad, y por tanto, del
avance del Estado Islámico en África.
En la ciudad de El Cairo, la novel
canciller Claudia Ruíz Massieu se topó con las explicaciones egipcias, quienes
devolvieron la furia mexicana, cuando su ministro de relaciones exteriores dijo
que “En México mucha gente muere. El
gobierno egipcio les recuerda que hay asuntos pendientes en su suelo nacional.
¿Les suena Ayotzinapa? Tal vez esperaremos a aclarar lo ocurrido con sus
ciudadanos en Egipto hasta que el gobierno del señor Peña Nieto dé una
explicación satisfactoria de la tragedia en Guerrero“.
Aunque se trata de dos asuntos distintos,
en el fondo las autoridades egipcias hicieron uso de las vulnerabilidades del
gobierno mexicano, para aminorar la lluvia de reclamos del gobierno mexicano.
El argumento de Egipto para evadir su
responsabilidad es, desafortunado, porque se trata de una acción deliberada,
toda vez que fue una acción planeada y deliberada contra civiles desarmados, en
cuyas declaraciones de los sobrevivientes, afirman que fuerzas de ese país los
atacaron en varias ocasiones por cinco horas, sin que hubiera agresión de por
medio.
Mientras tanto, el gobernador de Jalisco
Aristóteles Sandoval, entidad federativa de donde son la mayoría de los
lesionados y víctimas mortales, pidió
romper relaciones diplomáticas con Egipto, en una idea desafortunada que sólo
evidencia ignorancia de sus asesores y que provocó la burla en redes sociales.
Nuestros paisanos han retornado a su
país, con la esperanza del gobierno mexicano de apoyarlos en indemnizarlos
justamente, por haber sufrido un ataque, sin deberla ni temerla y en días
próximos serán repatriados los restos de los connacionales que fallecieron.
Ahora lo que México puede hacer es que en
el marco del derecho internacional es posible que esta acción pueda elevarse a
la consideración y protesta de organismos multilaterales, -como Naciones
Unidas-, en el que la próxima semana el Ejecutivo Federal participará en el
marco de la Asamblea General, que podría ser el momento idóneo para presentar
una protesta por los acontecimientos.