El Grupo Interdisciplinario de Expertos
Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
presentó las conclusiones del informe sobre la desaparición forzada de los 43
estudiantes de la escuela Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa en
Guerrero.
La llamada “verdad histórica” por el exprocurador general Jesús Murillo Karam a
finales de 2014, señala que los estudiantes habrían sido calcinados en el
basurero de Cocula en Guerrero, cuya versión fue puesta en entredicho al
señalar el informe de expertos de la CIDH, que se hubieran requerido 30 toneladas
de madera y 13 toneladas de llantas, ardiendo durante 60 horas para que los
cuerpos hubieran quedado calcinados.
El informe del GIEI afirma que hay
inconsistencias de tiempo, modo y lugar, como la inacción o pasividad de agentes
federales y militares que tenían conocimiento de lo que sucedía y no intervinieron;
la no concordancia entre declaraciones de detenidos, así como el supuesto
incendio del basurero.
Como se sabe, en los primeros informes
que se dieron al presidente, la única preocupación lo fue, la opinión pública;
luego, la tardía respuesta durante semanas de Los Pinos obedeció a que
subestimó el asunto, argumentando que “era
un asunto de Guerrero”. Pero además, el exjefe de la oficina de la
Presidencia y ahora secretario de educación, Aurelio Nuño, en un desafortunado
que pasa como frívolo comentario dado en Diciembre pasado, señaló que “Ayotzinapa se olvidará”.
En redes sociales, el presidente Enrique
Peña Nieto dijo que la Procuraduría General de la República (PGR) debe
incorporar a esas investigaciones, el informe de la GIEI, pero al hacerlo de
esa manera, tendría que admitir que su ex procurador Murillo Karam mintió, por
lo que la Unión Europea y organizaciones internacionales de derechos humanos
deben cuestionar el nombramiento de Murillo Karam, como embajador mexicano en
Portugal.
Además, en una conferencia de prensa que dejó más dudas que certidumbres, la procuradora Arely Gómez
González, dijo que en lo sucesivo la SEIDO será quien tome las riendas de las
investigaciones, substituyendo a la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de
la PGR, cuyo director Tomás Zerón, debería ser separado e investigado.
Los que saben de derecho podrían
despejarnos la duda, si el exprocurador Murillo Karam y Zerón podrían llevar
responsabilidades en el desempeño de sus encargos.
Pero el informe de los especialistas del
GIEI de la CIDH no aporta nuevas pruebas, sino que cuestiona y contradice las
investigaciones del exprocurador Murillo Karam y los de la actual titular.
Omitió deliberadamente dar a conocer la participación de militares y de un elemento
de la Policía Federal; la PGR se negó a atraer en dos ocasiones, el proceso
contra el ex alcalde de Iguala; podría ser falsa la evidencia mostrada por el
exprocurador Murillo Karam dando por muertos a los estudiantes en el basurero
de Cocula, entre otros.
Dicho informe señala también, las
deficiencias en el trabajo de inteligencia a cargo del CISEN y otras joyas más.
Mientras no hubo culpables en el
escándalo de corrupción de la Casa Blanca y Malinalco, aquí transita del “Ya me cansé” del exprocurador Murillo
Karam, al “Ya Supérenlo” del
presidente Peña Nieto y de la “verdad
histórica” al descrédito y descalificación de la PGR.
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