La reforma política que se acaba de aprobar hace un par de semanas, prevé todo un cúmulo de cambios en la estructura del poder político mexicano, de tal forma que en lo sucesivo se establece el gobierno de coalición; se modifica la denominación de la Procuraduría General de la República por el de la Fiscalía General de la República, como órgano constitucional autónomo, dotado de personalidad jurídica y patrimonio propios y se substituye la figura procesal, en el sistema penal acusatorio, de –inculpado, indiciado y procesado- por –imputado-, y la palabra –negocios- por –asuntos-, a efecto de brindar certeza jurídica en las averiguaciones. Próximamente se sabrá del contenido del Código Nacional de Procedimientos Penales.
Además, en una iniciativa del Partido Acción Nacional y con una pobre argumentación, se crea el Instituto Nacional Electoral (INE) en sustitución del Instituto Federal Electoral (IFE), permaneciendo como órgano constitucional autónomo. Aquí, se desconoce cómo operará la transición administrativa y de personal entre los Institutos Electorales de los Estados al nuevo INE, porque los primeros y el casi extinto IFE tienen personal que duplicarían sus funciones. Veremos.
Por supuesto, se establece la reelección inmediata de los diputados federales hasta por cuatro periodos más y de los senadores hasta por dos periodos adicionales, después del proceso electoral federal 2018. Quien adquiere derechos, genera obligaciones y en esta apertura a la reelección, no se establece obligación alguna de extender los rubros a los que los legisladores están obligados de informar, más que la establecida en el Reglamento de cada Cámara, con un libre formato, contenido y extensión.
Mientras siga habiendo cacicazgos en las regiones del país, no prosperará uno de los espíritus en la continuidad de planes y proyectos de la reelección, más que para que las familias políticas sigan colonizando y heredando el poder. No más.
Por otra parte, la reforma energética aprobada la semana pasada, en un hecho insólito ha sido aprobada en tan sólo unos cuantos días por la mayoría de las legislaturas de las Entidades Federativas y antes de aprobar la reforma política arriba citada.
Es notorio que prosperó una gran operación política en esta reforma energética, en la que sus cambios rondan los artículos 25, 27 y 28 constitucionales, pero los cambios se encuentran en los veintiún artículos transitorios, de donde se desprende la verdadera reforma.
Sobre esta última reforma, dice lo aprobado en el artículo 27 que el petróleo y de los hidrocarburos sólidos, líquidos o gaseosos, en el subsuelo, la propiedad de la Nación es inalienable e imprescriptible y no se otorgarán concesiones, pero las actividades de exploración y extracción serán por conducto de PEMEX o a través de contratos con particulares. Esta aseveración causa confusión, cuando se afirma que no se otorgarán concesiones, cuando la naturaleza de éstas radica en la participación de la iniciativa privada; pero sí se aprobarán contratos con particulares. Luego entonces, ¿qué diferencia existe entre las concesiones y los contratos con particulares?.
En la agitación antigua, coinciden las crónicas de la época, donde el capitán general de la invencible armada española Hernán Cortés y su lugarteniente Bernal Díaz del Castillo, relatan a su llegada en 1519 la majestuosidad, grandeza, organización, gloria y esplendor de la gran ciudad de México Tenochtitlan, incluso en tamaño más grande que Constantinopla y hasta dos veces la ciudad de Salamanca en España, así como la forma de vida que llevaba el emperador Motecuhzoma, igual o mejor que la realeza europea de la época y como una muestra del poderío del imperio mexicano: a su paso se tocaba un caracol marino y junto con el grave percutir del huéhuetl, sus súbditos se congregaban para rendirle toda clase de reverencias y caravanas propias de su señoría.
Se dice que el emperador tenía casas de aposentos, placer y palacios, en los que coleccionaba toda clase de armas, plantas de ornato y animales de todo tipo, algunos desconocidos para los españoles, para los cuales sus sirvientes se dedicaban a criarlos en cautiverio, para el beneplácito del huey tlatoani. Entre otras cosas, los españoles encontraron los “perrillos”, de lo que ahora conocemos como el perro chihuahua, un sinónimo de lo mexicano.
Muchos pero muchos años después, estos perrillos serían motivo de una disputa: las Federaciones Canófilas de Perú, China y principalmente Japón, reclamaron ante la Federación Canófila Internacional (FCI) con sede en Bélgica, la patria potestad del perro mexicano chihuahua.
El criadero mexicano del perro chihuahua Sand's propiedad de la señora Sandra Michel, enfrentó -por conducto de la Federación Canófila Mexicana en 1985-, a los argumentos de los japoneses, que decían que el perro chihuahua cruzó por el Estrecho de Bering en el Polo Norte, llegando así, al continente americano; y los peruanos, reclamaban la nacionalidad del perro xoloitzcuintle, con el argumento de la semejanza del perro crestón chino, de nacionalidad peruana, con el xoloitzcuintle mexicano.
La señora Michel presentó como prueba -para demostrar la antigüedad del perro chihuahua en estas tierras-, el texto de Bernal Díaz del Castillo “Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España”, en el que el conquistador afirma que en los castillos del emperador Moctezuma, deambulaban los "perrillos", acción por la cual, México sigue conservando la patria potestad del perro chihuahua, preciado en todo el mundo, principalmente el espécimen con cabeza de manzana, pelo corto, color gris y ojos rubí.
