Ojos que no ven, corazón que no siente

Luego de conocer las primeras tendencias que posicionan al candidato a gobernador de la Alianza por Baja California, integrada por los partidos Acción Nacional (P.A.N.), Nueva Alianza (PANAL) y Encuentro Social, José Guadalupe Osuna Millán, con una ventaja sobre el abanderado priísta Jorge Hank Rhon de hasta el 7 por ciento, el balance no es nada favorable; se trata de la primera gubernatura retenida por el partido del Presidente en el sexenio.

Primeramente, el tremendo desgaste emocional, social, político y hasta económico que padecieron los bajacalifornianos con la abierta guerra declarada y realizada entre ambos contendientes, que a últimas fechas hizo suyo, como tema, la Procuraduría General de la República (P.G.R.) con sendas órdenes de aprehensión en contra de autoridades policíacas de Tijuana de la administración del ahora candidato Jorge Hank, al mismo estilo que en la elección local de Jalisco en el 2006. Por si fuera poco, las huestes leales a la ahora dirigente vitalicia, Elba Esther Gordillo, operaron lo necesario para abonar en tal resultado, en contra de su propia militancia partidista.

Parece que el movimiento magisterial y su sindicato, siguen siendo rehenes de los designios y caprichos políticos de la maestra Gordillo, y que desde luego poco contribuyen al desarrollo del país y del sindicalismo mexicano, que incluso, organismos internacionales han externado su opinión en este mismo sentido y no ha sido nada favorable.

Hace poco, el Banco Mundial publicó en su informe “México, nota sobre los determinantes de la política en materia de aprendizaje”, en donde señala que en México el 52 por ciento de la población adulta carece de aptitudes y conocimientos básicos para hacer de nuestro país una economía competitiva. No refiere textualmente al Sindicato de Trabajadores de la Educación (S.N.T.E.) sin embargo, dice el refrán popular que “tanto peca el que mata a la vaca, como el que le agarra la pata”.

Además, a principios de 2007, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (O.C.D.E.) que dirige el mexicano José Ángel Gurría, calificó al S.N.T.E. como “lastre” para la economía mexicana.

Por último, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), señala en un informe que el sindicato de Elba Esther Gordillo es el paradigma de la corrupción educativa a nivel mundial.

Desde luego la factura que cobrará el S.N.T.E. por su apoyo en la elección de Baja California es evidente, con la obtención de la joya de la corona, el santo sanctorum, la máxima presea a la que puede aspirar su dirigencia para alcanzar su máximo anhelo: la titularidad de la Secretaría de Educación Pública Federal; desde donde podrá controlar la política educativa del país al mejor postor, ya sea de la derecha conservadora, ya sea de izquierda radical, y todo a su perfecto antojo, con la venia y consentimiento del S.N.T.E. y un presupuesto anual de entre los primeros lugares del país, aún en contra de a los esfuerzos contrarrestadotes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (C.N.T.E.), fundada entre otros, por Dolores Padierna, esposa de René Bejarano de quien el país entero fuimos testigos que cómo le faltaban manos para llevarse los dólares a las bolsas de sus ropas en los video escándalos del argentino Carlos Ahumada.

Además del virtual posicionamiento del partido Acción Nacional en Bajacalifornia al retener el gobierno estatal, esta elección reflejó el perfeccionamiento de las técnicas, métodos y procesos de corrupción electoral del P.A.N., que incluso han sido sujetas de visitas de estudio por algunos partidos de derecha en el mundo, principalmente de Alemania y España, que pretenden importar a sus prácticas electorales a sus respectivos países.

No cabe duda de que la corrupción se aprende enseguida y lo más honesto y democrático nos cuesta la vida entera.