En una conferencia de prensa de poco más
de dos horas, el titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP) Virgilio
Andrade, trató de explicar a la opinión pública, que el Presidente de la
República, su esposa, y el Secretario de Hacienda y Crédito Público, no
incurrieron en el señalado conflicto de interés, en la adquisición de la casa
blanca y de la casa de Malinalco.
El principal argumento que ofreció
Andrade, consistió en señalar que los bienes se adquirieron con anterioridad, a
que Peña Nieto asumiera la titularidad del Poder Ejecutivo, es decir, cuando
fue Gobernador del Estado de México. Por cuanto a Luis Videgaray, dijo que se
trataba de un crédito hipotecario.
Aún cuando el marco normativo
anticorrupción es deficiente, las fracciones XI y XII del artículo 8 de la Ley
Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos,
señalan el conflicto de interés y la abstención de aceptar bienes muebles o
inmuebles.
El titular de la Función Pública debió de
dispensar su participación, en virtud a la relación laboral y profesional, que
sostiene con el titular del Poder Ejecutivo y del Secretario de Hacienda y por
la insuficiente legislación en la materia.
El también exconsejero del IFE debió de
informarlo a su superior para efecto de abstenerse en la atención de este
asunto, y por tanto, el dictamen presentado por Andrade pudiera ser inválido,
cuando su superior jerárquico es el sujeto de investigación.
Por cuanto a la actriz Angélica Rivera,
el razonamiento que funda la sospecha de una investigación sesgada y parcial, -consiste
entre otras cosas-, en cuestionar cómo es que una actriz de mediana
trascendencia, acumula en 6 años una riqueza muy superior al mejor artista
mexicano, de Hollywood o de Cannes, para adquirir una residencia de un precio
que oscila los 7 millones de dólares.
La presunta investigación de la SFP
adoleció de formas y fondo. El portal de la Función Pública no señaló la
metodología en la que se basó para realizar la investigación, se presentaron
dichos en base a búsquedas de internet, y Andrade no contestó a la pregunta
expresa si interrogó a Juan Armando Hinojosa, propietario de la casa blanca.
Además en una rápida estrategia de
control de daños, el titular del Poder Ejecutivo Federal pidió disculpas a
nombre propio y de su esposa, por las interpretaciones que dejaban entrever la
posibilidad de un conflicto de intereses, al que le siguió el titular de la
SHCP, Luis Videgaray Caso.
El momento político para presentar estas
disculpas no eran los mejores, toda vez que fueron ofrecidos en los momentos
más álgidos en los que la opinión pública volcaba su crítica en redes sociales.
No sólo esto, sino que en ese mismo día el nuevo presidente del PRI, Manlio
Fabio Beltrones, llamaba a su militancia a la autocrítica y que no concordaba
con el contenido de la información dada a conocer por Virgilio Andrade.
Por otra parte y mientras que en países
de América Latina con más carencias sociales que México, persiguen la
corrupción y detienen a sus autoridades, en lo que Virgilio Andrade exoneraba al
Presidente de México, en Guatemala la exvicepresidenta de Guatemala, Roxana
Baldetti, era arrestada por su presunta vinculación con el caso de corrupción
en las aduanas, en la crisis que afronta el presidente Otto Pérez Molina de ese
país.
En México, parece que el único conflicto
de interés, es el que el Gobierno tiene con sus gobernados.
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