El mensaje del Presidente

El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, envió un mensaje a la nación en el que destacó siete acciones a favor de la economía y previo a su partida a Washington, D.C. para entrevistarse con el presidente Barack Obama.

Dijo que este año que inicia bajarán las tarifas de energía eléctrica; que no habrá más gasolinazos; que se dejará de pagar las llamadas de larga distancia de telefonía; que 10 millones de familias recibirán una televisión digital; que se dará mayor impulso al programa de jóvenes emprendedores y que se aplicará un programa de vivienda y se reativará la zona económica de Chiapas, Guerrero y Oaxaca.

El impacto de esta noticia fue recibida de manera ordinaria entre la opinión pública. Parece que mientras para la ciudadanía las mejores en su economía son a largo plazo y por sólo unos cuántos pesos, los beneficios para la clase política son de corto alcance y en abundancia.

Al día siguiente los periódicos de grupo Reforma, publicaban en portada los finos y recatados gustos en relojes del dirigente del PRI Nacional, César Camacho Quiróz; el hijo del presidente municipal de Ecatepec en el Estado de México, presumía en su perfil de Facebook las “vacas gordas” en viajes por el mundo y el vehículo de lujo de la esposa de un edil en Oaxaca era mostrado en redes sociales.

Los anteriores son algunos ejemplos de formas de vida que no compaginan con los ahorros que pretende el gobierno federal en energía, llamadas de teléfono, vivienda o televisiones que dijo el Ejecutivo Federal que comenzará a rendir frutos producto de sus reformas.

Pero la reforma que podría ser bien vista por la ciudadanía es la de anticorrupción, siempre y cuando en la integración del órgano anticorrupción, no sea dirigida o integrada por personaje alguno de la clase política, sino por ciudadanos o académicos sin vínculo político o partidista.

Y ahora que se acercan las campañas electorales, la credibilidad es un bien intangible que se gana en abonos pero que con facilidad se pierde de contado.