En conferencia de prensa conjunta, la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, y Alejandra Sota, vocera de seguridad del Gobierno Federal, reconocieron la participación de agentes extranjeros en territorio nacional.
De manera inocente, afirmaron que sus actividades se ciñen a una serie de reglas e incluso tienen prohibido realizar actividades reservadas a las autoridades mexicanas, pero rechazaron que éstos participen en la captura de capos del narcotráfico, como reveló el diario The New York Times.
Precisaron que la presencia de los agentes estadunidenses se inscribe en los distintos esquemas de cooperación bilateral, de intercambio de información y labores de inteligencia.
De la anterior puntualidad cabe suponer que la información que recoge la inteligencia mexicana a cargo del Centro de Investigaciones y Seguridad Nacional (CISEN) y agencias civiles que le acompañan, es pobre, deficiente o quizás hasta mediocre y sin valía alguna, como afirma un reporte de la Embajada de ese país, en el sentido de que los servicios de inteligencia en México son deficientes y carecen de tácticas y estrategias para generar información de calidad.
Por otra parte, la autoridad no es proclive a proporcionar información a sus gobernados, -abusando de la reserva del tema en nombre de la seguridad nacional, claro- toda vez que debe ser a través de golpes mediáticos, como el que presume el gobierno federal, que fue asestado por The New York Times, la única manera en que consiente y asiente su obligación constitucional de acceso a la información.
Luego entonces, esta podría ser la explicación del éxito de los operativos de la Drugs Enforcement Agency (DEA, por sus siglas en inglés) para saber en qué punto o cruce fronterizo es el más corrompido de las autoridades aduaneras -a cargo de la SHCP- o bien, de las autoridades migratorias –a cargo de la SEGOB-, para introducir armas en el operativo “Rápido y Furioso”, o bien para saber en qué momento del día y en qué lugar de la frontera, puedan sobrevolar aviones espía con vuelos no tripulados, pasando desapercibido por todo mundo, excepto por un reportaje de un medio de comunicación.
En otras palabras, a la eficiencia en el procedimiento de obtención y clasificación de información de los agentes extranjeros, súmele el grado de corrupción –alto o mediano; no hay bajo- de las autoridades mexicanas y tendrá como resultado, incursiones civiles y militares norteamericanas –por tierra y aire-, en todo momento y en todo lugar.
Pero por supuesto que no es nueva la incursión de la inteligencia norteamericana, ante la falta de capacidad de la inteligencia mexicana: Las servidoras públicas citadas, dicen que desde el sexenio del expresidente Vicente Fox Quesada, ya había la presencia de agentes extranjeros en territorio nacional.
Sin duda alguna, el escándalo Wikileaks por la divulgación de cables diplomáticos, debilitó la relación bilateral. En uno de ellos, -el 09STATE124636-, enviado a la embajada de Estados Unidos en México directamente de la oficina de la secretaria de Estado, Hillary Clinton con fecha 4 de diciembre de 2009, la secretaria Clinton ordenó escrutinio sobre la "capacidad" para gobernar el país y que abre la posibilidad de afirmar el fracaso de la estrategia contra la inseguridad de su administración.
Recientemente se supo que en el domicilio de Reforma 265 -en pleno Paseo de la Reforma de la ciudad de México- funcionan varios pisos con oficinas con agentes de la Central de Inteligencia (CIA), DEA, el Servicio Secreto, FBI y más despachos estadunidenses, en donde reciben información de agencias mexicanas.
Lástima que es un acto obligado y no de iniciativa y voluntad propia o por lo menos consultada con el Congreso, al que se presume que no hubo consenso. Por lo anterior, y dada la finalización de la politizada justa deportiva panamericana, medalla de bronce -que enseña el cobre- a la autoridad mexicana por su falta de compromiso y sensibilidad con la transparencia y la verdad.
No sería la primera vez de alguna intromisión en tierras mexicanas. Es añeja. Recién iniciada la guerra de independencia: Cuando Miguel Hidalgo –ya era llamado Generalísimo de las Américas- entra triunfal a Guadalajara, lo hace de próceres insurgentes -como José Luis “El Amo” Torres-, en el que se dice que se rodeaba de hermosas mujeres y un cuerpo de escoltas.
El canónigo catedralicio de Guadalajara, Ramón Cardeña y Gallardo, dijo al presentar a Miguel Hidalgo –en Catedral- a la sociedad tapatía, tomándole de la mano para llevarla a la pila de agua bendita “Aquí tienen ustedes al hereje [...]”, mientras, al mismo Cardeña algunos lo señalan como amante de Ignacia “La Güera” Rodríguez.
Por esos días, Hidalgo nombró al Coronel Bernardo Gutiérrez de Lara, como enlace con el gobierno norteamericano para solicitar su apoyo, pero un testigo presencial del encuentro entre éste y James Monroe –secretario de Estado norteamericano-, afirmó que "El coronel Bernardo, se levantó furioso de su silla al oír semejante proposición y salió del despacho de Mr. Monroe muy enojado de la insultante proposición [...]”, en el que el también creador de la Doctrina que lleva su nombre –Monroe-, condicionaba el apoyo a la independencia de México, a la adopción de la Constitución estadounidense.
De manera inocente, afirmaron que sus actividades se ciñen a una serie de reglas e incluso tienen prohibido realizar actividades reservadas a las autoridades mexicanas, pero rechazaron que éstos participen en la captura de capos del narcotráfico, como reveló el diario The New York Times.
Precisaron que la presencia de los agentes estadunidenses se inscribe en los distintos esquemas de cooperación bilateral, de intercambio de información y labores de inteligencia.
De la anterior puntualidad cabe suponer que la información que recoge la inteligencia mexicana a cargo del Centro de Investigaciones y Seguridad Nacional (CISEN) y agencias civiles que le acompañan, es pobre, deficiente o quizás hasta mediocre y sin valía alguna, como afirma un reporte de la Embajada de ese país, en el sentido de que los servicios de inteligencia en México son deficientes y carecen de tácticas y estrategias para generar información de calidad.
Por otra parte, la autoridad no es proclive a proporcionar información a sus gobernados, -abusando de la reserva del tema en nombre de la seguridad nacional, claro- toda vez que debe ser a través de golpes mediáticos, como el que presume el gobierno federal, que fue asestado por The New York Times, la única manera en que consiente y asiente su obligación constitucional de acceso a la información.
Luego entonces, esta podría ser la explicación del éxito de los operativos de la Drugs Enforcement Agency (DEA, por sus siglas en inglés) para saber en qué punto o cruce fronterizo es el más corrompido de las autoridades aduaneras -a cargo de la SHCP- o bien, de las autoridades migratorias –a cargo de la SEGOB-, para introducir armas en el operativo “Rápido y Furioso”, o bien para saber en qué momento del día y en qué lugar de la frontera, puedan sobrevolar aviones espía con vuelos no tripulados, pasando desapercibido por todo mundo, excepto por un reportaje de un medio de comunicación.
En otras palabras, a la eficiencia en el procedimiento de obtención y clasificación de información de los agentes extranjeros, súmele el grado de corrupción –alto o mediano; no hay bajo- de las autoridades mexicanas y tendrá como resultado, incursiones civiles y militares norteamericanas –por tierra y aire-, en todo momento y en todo lugar.
Pero por supuesto que no es nueva la incursión de la inteligencia norteamericana, ante la falta de capacidad de la inteligencia mexicana: Las servidoras públicas citadas, dicen que desde el sexenio del expresidente Vicente Fox Quesada, ya había la presencia de agentes extranjeros en territorio nacional.
Sin duda alguna, el escándalo Wikileaks por la divulgación de cables diplomáticos, debilitó la relación bilateral. En uno de ellos, -el 09STATE124636-, enviado a la embajada de Estados Unidos en México directamente de la oficina de la secretaria de Estado, Hillary Clinton con fecha 4 de diciembre de 2009, la secretaria Clinton ordenó escrutinio sobre la "capacidad" para gobernar el país y que abre la posibilidad de afirmar el fracaso de la estrategia contra la inseguridad de su administración.
Recientemente se supo que en el domicilio de Reforma 265 -en pleno Paseo de la Reforma de la ciudad de México- funcionan varios pisos con oficinas con agentes de la Central de Inteligencia (CIA), DEA, el Servicio Secreto, FBI y más despachos estadunidenses, en donde reciben información de agencias mexicanas.
Lástima que es un acto obligado y no de iniciativa y voluntad propia o por lo menos consultada con el Congreso, al que se presume que no hubo consenso. Por lo anterior, y dada la finalización de la politizada justa deportiva panamericana, medalla de bronce -que enseña el cobre- a la autoridad mexicana por su falta de compromiso y sensibilidad con la transparencia y la verdad.
No sería la primera vez de alguna intromisión en tierras mexicanas. Es añeja. Recién iniciada la guerra de independencia: Cuando Miguel Hidalgo –ya era llamado Generalísimo de las Américas- entra triunfal a Guadalajara, lo hace de próceres insurgentes -como José Luis “El Amo” Torres-, en el que se dice que se rodeaba de hermosas mujeres y un cuerpo de escoltas.
El canónigo catedralicio de Guadalajara, Ramón Cardeña y Gallardo, dijo al presentar a Miguel Hidalgo –en Catedral- a la sociedad tapatía, tomándole de la mano para llevarla a la pila de agua bendita “Aquí tienen ustedes al hereje [...]”, mientras, al mismo Cardeña algunos lo señalan como amante de Ignacia “La Güera” Rodríguez.
Por esos días, Hidalgo nombró al Coronel Bernardo Gutiérrez de Lara, como enlace con el gobierno norteamericano para solicitar su apoyo, pero un testigo presencial del encuentro entre éste y James Monroe –secretario de Estado norteamericano-, afirmó que "El coronel Bernardo, se levantó furioso de su silla al oír semejante proposición y salió del despacho de Mr. Monroe muy enojado de la insultante proposición [...]”, en el que el también creador de la Doctrina que lleva su nombre –Monroe-, condicionaba el apoyo a la independencia de México, a la adopción de la Constitución estadounidense.
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