Citas memorables de la historia de México

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martes, 28 de septiembre de 2010

Éxitos escondidos

De tiempo atrás, la Policía Federal había montado un operativo para detener al diputado federal electo por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) Julio César Godoy Toscano, en los ocho accesos al Palacio Legislativo de San Lázaro, sede de la Cámara de Diputados y del Congreso.

Pero la sesión del pasado martes 21 de septiembre, transcurría con toda normalidad, cuando de repente hizo su aparición el diputado Godoy: había burlado la seguridad montada exprofeso para su detención. Un periódico de circulación nacional mostró las imágenes de los diputados del PRD José Narro Céspedes y Mary Telma Guajardo, ayudando a Godoy a meterse al interior de un vehículo para introducirlo al Palacio Legislativo, lo cual fue captado por las centenas de cámaras de seguridad, a la espera del ansiado fuero constitucional y por supuesto, la dieta.

Godoy prometió cumplir y hacer cumplir la Constitución y sus leyes, para posteriormente en conferencia de prensa, afirmar que la PGR inventó acusaciones en su contra y cuando había girado orden de aprehensión, se puso a salvo, pero no lo buscaron en su domicilio y ante la insistencia de los reporteros de la fuente, señaló que tenía derecho a decir lo que considerara conveniente, y los reporteros se retiraron de la ronda de preguntas y respuestas, al calificar como una burla de Godoy Toscano, el decir que había llegado por “la puerta principal”, cuando normalmente se ingresa por otra puerta en las calles laterales.

De la averiguación previa PGR/SIEDO/UEYDCS/205/2009 iniciada por la Procuraduría General de la República (PGR), Salvador García Soto en su columna Las llamadas de Godoy, dice que se encuentran una serie de grabaciones telefónicas, en las que se presume se trata de la voz del diputado, hablar con gran familiaridad con Servando Gómez, La Tuta, presunto líder del cártel de La Familia Michoacana, al que se refiere en varias ocasiones como Tío, y al que le pide apoyos, lo mismo para financiar una campaña que para hablar de política.
Las opiniones han sido vertidas desde el descaro y cinismo de Godoy, pasando por la complicidad de los diputados Narro y Guajardo para introducirlo a San Lázaro, hasta la inmoralidad de obtener el fuero que le garantiza protección, en vez de hacer frente a sus acusadores para demostrar su presunta inocencia, -como él asegura tenerla.

Seguramente en su manera de ver o interpretar la justicia, él así se considera, y decidió omitir la acción de ésta y hacerse justicia por su propia mano, aunque al tomarle protesta, el Congreso manda una señal de impunidad.

También como un éxito seguramente calificó Agustín de Iturbide su ascenso al imperio de México, en circunstancias poco claras. En octubre de 1810 Miguel Hidalgo invita a Agustín de Iturbide a unirse a la causa insurgente, quien la declina y durante los once años de la guerra de independencia, decide combatir en contra de aquellos quienes soñaron con la independencia.

Se sabe que su trato como combatiente y autoridad fue cruel y en exceso, razón por la cual, se le negó el ascenso a general.

Cuando Iturbide se entrevista con Vicente Guerrero en febrero de 1821, para sellar la alianza política y militar con el abrazo de Acatempan, unos meses antes Iturbide seguía persiguiendo y matando insurgentes.

Para el 18 de mayo de 1821, el sargento Pío Marcha y la tropa del regimiento de Celaya que comandada Iturbide, azuzaban a la plebe: “¡viva Agustín de Iturbide, emperador de México!”. Dos días después, Iturbide “accedió” a los deseos de la turba en el alboroto callejero y su “nombramiento” fue ratificado por el Congreso y coronado como Agustín I de México por el obispo de Guadalajara, Juan Cruz Ruiz de Cabañas.

Un testigo presencial dice que el presidente del Congreso se dirigió a Iturbide, con “sujétese bien la corona, no se le vaya a caer”.

En sus memorias, Iturbide escribiría sin empacho alguno, que "[...] El Congreso de México trató de erigir estatuas a los jefes de la insurrección... . A estos mismos jefes había yo perseguido, y volvería a perseguir [...]“, en referencia a los insurgentes Hidalgo, Morelos y demás.
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