Citas memorables de la historia de México

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martes, 21 de septiembre de 2010

Las mejores fiestas del país



Crestomatia Daily Motion


"Memorias de un mexicano" reseña videográfica del centenario de la independencia de México en 1910, narrado por Manuel Bernal "El Declamador de América".


La noche del 14 de septiembre pasado, el presidente Felipe Calderón ofrecía una cena de Estado en el Castillo de Chapultepec, a los mandatarios, embajadores y representantes enviados para tal ocasión; el menú: la yucateca sopa de lima y los poblanos chiles en nogada.


El siguiente día, a las 6:00 p.m. poco a poco el pueblo ocupaba sus lugares para observar los conciertos preparados, en Paseo de la Reforma, Av. Juárez y Madero, hasta el santo sanctorum de los festejos del país: la plancha del Zócalo capitalino, que a esa hora contenía alrededor de 20 mil personas.


En esta ocasión, un desfile con carros alegóricos de la cultura popular mexicana abrió los festejos con la participación de miles de voluntarios; hace 100 años, un desfile histórico de carros alegóricos con representaciones de las tropas de los indios aztecas, el emperador Moctezuma, Hernán Cortés, indios tlaxcaltecas, Agustín de Iturbide, Vicente Guerrero y el Ejército Trigarante. Doña Carmen Romero Rubio ofrecía recepción en los salones de Palacio Nacional. Hay fuegos artificiales para los asistentes, como ahora.


Mientras tanto, en 2010 un coloso se ponía de pie entre la multitud. Las críticas señalan que se trata de la fisonomía de Emiliano Zapata, José Stalin, Luis Donaldo Colosio,  Vicente Fernández y los señalantes coinciden que se trata de Benjamín Argumedo, un general revolucionario que combatió a Francisco Villa y proclive a la causa de Victoriano Huerta.


Por su parte, la secretaría de Educación Pública (SEP), señala que “El Coloso representa un insurgente, uno de los tantos civiles de la Nueva España que luchó por los principios de la Independencia de México”.


Se invitaron a la ceremonia del grito a los expresidentes Vicente Fox, Ernesto Zedillo, Carlos Salinas, Miguel de la Madrid y Luis Echeverría. Sólo acudieron Fox y Salinas. Pocas veces se ha visto a varios expresidentes reunidos: la última vez fue el 15 de septiembre de 1942, cuando el presidente Manuel Ávila Camacho estuvo acompañado de los expresidentes Lázaro Cárdenas, Plutarco Elías Calles, Pascual Ortiz Rubio, Abelardo L. Rodríguez, Emilio Portes Gil y Adolfo de la Huerta, quienes le ofrecieron su apoyo absoluto ante la emergencia  e hicieron un llamado a la unidad nacional, con motivo del estado de guerra mundial.


La cena bicentenario se engalanó con la casa poblana Uriarte de Talavera, fundada en 1872 por Dimas Uriarte, quien con un costo de casi 2 millones de pesos, elaboró 300 juegos de la vajilla en la que fueron servidas las viandas en este 2010.


En la cena en Palacio Nacional del centenario en 1910, el chef Sylvain Daumont, cocinero personal de Porfirio Díaz, se había esmerado en preparar el extraordinario menú para 10,000 personas, servidos por un ejército de meseros, y cuya etiqueta exigía ser presentados al comensal en estricto francés: melón helado con champaña, para continuar con salmón asado del Rhin con salsa de mariscos, langostinos, berenjenas al vino del Rhin, duraznos Florida, chocolates, pastelillos y tartaletas de postre. Hubo diferencias hasta gastronómicas: El gobierno de Porfirio Díaz dio tamales, atole, caldo, arroz, mole de guajolote, enchiladas, barbacoa y frijoles para la gente del pueblo en los festejos.


Entonces en 1910, el XXIV Congreso celebró, como el LXI en la actualidad, una sesión solemne para esta magna ocasión.


Vino el grito. La cara del presidente Felipe Calderón no parecía de entusiasmo.


Por la mañana del 16, en Dolores Hidalgo, Guanajuato, el presidente leyó la versión de Pedro García, en “Con el cura Hidalgo en la guerra de Independencia”, como sigue: "Mis amigos y compatriotas: no existe ya para nosotros ni el rey ni los tributos. Esta gabela vergonzosa, que sólo conviene a los esclavos, la hemos sobrellevado hace tres siglos como signo de la tiranía y servidumbre; terrible mancha que sabremos lavar con nuestros esfuerzos. Llegó el momento de nuestra emancipación; ha sonado la hora de nuestra libertad; y si conocéis su gran valor, me ayudaréis a defenderla de la garra ambiciosa de los tiranos. Pocas horas me faltan para que me veáis marchar a la cabeza de los hombres que se precian de ser libres. Os invito a cumplir con este deber. De suerte que sin patria ni libertad estaremos siempre a mucha distancia de la verdadera felicidad. Preciso ha sido dar el paso que ya sabéis, y comenzar por algo ha sido necesario. La causa es santa y Dios la protegerá. Los negocios se atropellan y no tendré, por lo mismo, la satisfacción de hablar más tiempo ante vosotros. ¡Viva pues la Virgen de Guadalupe! ¡Viva la América, por la cual vamos a combatir!”.


El pueblo acompañó al presidente Calderón, con el fondo musical de “Caminos de Guanajuato” de José Alfredo Jiménez.


En 1910, los marinos franceses, alemanes, argentinos y brasileños toman parte en el desfile militar; además, María Conesa “la gatita blanca”, -artista de la época-, entona el Himno Nacional. Se inaugura el monumento a la Independencia en Paseo de la Reforma y posteriormente, el Hemiciclo a Juárez; unos días después, se inaugura la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ahora, el 16 de septiembre como siempre, la parada militar en la que participan delegaciones de los ejércitos de Alemania, Brasil, Perú, Rusia, Venezuela así como otros 15 países, acompañadas de aviones de la Fuerza Aérea Mexicana.


Para los festejos del centenario de la independencia en 1910, el trabajo ideológico de la comisión encargada de los festejos del centenario, -formada en abril de 1907-, fue debida en gran parte a Justo Sierra y Vicente Riva Palacio en el ámbito de su intelectualidad: la historia nacional el primero y sobre las lecciones de civismo el segundo. El objeto de los festejos de 1910 fue centrado en la elaboración de obra pública.


Se formaron comités en todos los Estados. Por ejemplo, en Jalisco con sede en Guadalajara, la Comisión Central estuvo presidida por el Gral. Clemente M. Villaseñor e integrada por Carlos Beltrán y Puga, el Dr. Felipe Valencia, el Lic. Celso Ceballos, el Lic. Emiliano Robles, el Lic. Leopoldo Vicencio, el Ing. Rafael de la Mora, el Coronel Ignacio L. Montenegro y el Dr. D. Zaqueo Nuño.


En esta ocasión, la Comisión estuvo presidida por Cuauhtémoc Cardenas, posteriormente por Rafael Tovar y de Teresa, después por José Manuel Villalpando, y por último por Alonso Lujambio, titular de la SEP.


También en 1910, el enviado español, Camilo García, -Marqués de Polavieja- hace entrega del uniforme con que fue capturado José María Morelos por el coronel realista Manuel de la Concha. Porfirio Díaz, profundamente emocionado  -casi con lágrimas en los ojos-, señaló: "Yo no pensé que mi buena fortuna me reservara este día memorable, en que mis manos de viejo soldado son ungidas con el contacto del uniforme que cubrió el pecho de un valiente, que sintió palpitar el corazón de un héroe y prestó íntimo abrigo a un altísimo espíritu, que peleó contra los españoles, no porque fuesen españoles, sino porque eran los opositores de sus ideales”.


En estas fiestas bicentenarias hubiera sido la ocasión propicia para que México  gestionara con anticipación ante Austria, la devolución del Penacho de Moctezuma, llevado a Europa en el siglo XVI: Bernal Díaz del Castillo narra que Hernán Cortés se apoderó de los aposentos de Moctezuma, entre ellos la recámara, el cetro y el mismo penacho. Mintiéndole al rey, Cortés mandó los tesoros de Moctezuma a su familia en España, pero en el trayecto, los galeones españoles que llevaban tal cargamento, fueron asaltados por el corsario francés Juan Florín, quien llevó el botín, entre ellos el penacho, al rey de Francia, mismo que le fue presentado como un faldón morisco.


En 1573, un súbdito francés sustrajo, entre otras cosas, el penacho de la cámara real francesa y lo vendió a los Ambrás, familia italiana de coleccionistas de objetos del mundo. Así permaneció en el castillo de los Ambrás en el Tirol, hasta la Segunda Guerra Mundial; pero a raíz de los saqueos nazis de arte, los Ambrás dieron a la neutral Austria su colección en resguardo, negándose a devolverlo, por considerar a los tiroleses italianos traidores que habían favorecido a Hitler, y desde entonces, la preciada joya de la corona azteca, antecedente de la banda presidencial instituida por Antonio López de Santa Anna en 1843, se halla en el Museo Etnológico de Austria, en espera de que el gobierno mexicano haga la petición formal para su devolución.


Prosiguiendo. España además, regresó el estandarte de la Virgen de Guadalupe que Hidalgo tomó en Atotonilco como bandera insurgente. La República Francesa, por conducto de su Embajada, devolvió a México las llaves de la ciudad, que le habían entregado al general francés Federico Forey en 1863, durante la Segunda Intervención Francesa en México.


Según los funcionarios de la Secretaría de Hacienda a cargo del porfirista José Yves Limantour, el costo de la centenaria celebración ascendió a 1.5 millones de pesos (mdp), que para entonces era una real fortuna. Ahora, los festejos costaron unos 3,000 mdp; claro, otra verdadera fortuna.


Las diferencias sociales cultivaban la Revolución, que comenzó en noviembre de ese año: Se formó un Comité de Damas presidido por doña Carmen Romero de Díaz, para hacer un donativo de 5,000 trajes de color caqui, sombreros y zapatos, -entre otras cosas-, para que todos los mendigos o niños de la calle no dieran “mal aspecto” ante los invitados extranjeros, a propuesta del diario más influyente del país, “El Imparcial”.


En una contradicción entre la herencia indígena y la exaltación de su pasado por las festividades, era mal vista la vestimenta de los grupos indígenas, -salvo a quienes participaron en los desfiles oficiales. Poco tiempo antes, el gobierno de Díaz “repartió” gratuitamente 5 mil pantalones entre los indios de la ciudad.


Como también es contradictorio, que en el perfil de Miguel Hidalgo de la Comisión Nacional del Bicentenario en la red social Facebook, no reconozca la descendencia de 5 hijos que tuvo, producto de su relación con 3 mujeres; en contraste con el patrocinio de la misma Comisión y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), que hacen de la película “Hidalgo: la historia jamás contada”, en la que se infiere por ese sólo hecho, el reconocimiento a su paternidad.


En el campo de las artes, Gerardo Murillo, -el Dr. Atl-, participó de manera destacada en los festejos del Centenario. Durante las celebraciones lideró a jóvenes promesas artistas mexicanos: Roberto Montenegro y Diego Rivera, entre otros, quienes desde entonces destacaron y sorprendieron con su arte renovador.
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4 Comentarios:

Unknown dijo...

Felicidades, querido amigo. Nuevamente nos sorprendes con la detallado de la narración que nos ofreces con motivo del Bicentenario. Muy interesante, como siempre!!!
Saludos,
Carolina

Jaime Oxenhaut dijo...

Excelente articulo, muchas felicidades

Anónimo dijo...

SIN PALABRAS, ES EXCELENTE, UN TRABAJO, HERMOSO FELICITACIONES.

Rodolfo Aceves Jiménez dijo...

Muchas gracias por sus amables comentarios.

Les mando mis saludos.

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