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lunes, 22 de junio de 2015

La percepción del agravio

La clase política vende la idea a la ciudadanía que con el sistema anticorrupción aprobado por el Congreso, es la panacea para uno de los males de este país, que más agravios causa en el ciudadano.

Mientras que para la ciudadanía le agravia la pobreza, la corrupción, el desempleo, el fracaso educativo, la desigualdad, los fraudes, la impunidad, la delincuencia, la injusticia, la violencia, la partidocracia, las mentiras, los moches, el despilfarro y la opacidad, entre otros temas, a la clase política le agravia la critica política, el señalamiento, la transparencia y la denuncia pública.

Un estudio reciente hecho por el CIDE y del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), denominado “México:Anatomía de la corrupción” incorpora una gráfica de la comparación de corrupción de gobernadores de México y Estados Unidos, de 2000 a 2013.

La gráfica indica que mientras en Estados Unidos en ese periodo hubo nueve gobernadores acusados, con los mismos casos investigados y con las mismas detenciones, en México hubo 41 gobernadores acusados, 16 de ellos investigados y sólo 4 detenidos, exponiendo lo deficiente del sistema anti impunidad mexicano.

Un solo ejemplo que quizás sea representativo del agravio ciudadano lo constituye, la injusta distribución de la riqueza, que podría generar o coincidir en factores de corrupción, por la vía del régimen de consolidación fiscal.

Dicho régimen se aplica para las grandes empresas y consiste en la deducción de perdidas contra ganancias acumuladas por impuestos, mediante la adquisición premeditada de una empresa con pérdidas y mantenerla de esa manera, para demostrar a la SHCP sus mermas y deducirlas de sus utilidades.

Otro ejemplo son las facilidades fiscales a grandes corporativos. Entre el 2000 y el 2005 los 50 grandes contribuyentes -de empresas de la industria automotriz, productos fotográficos, panificadoras, acereras, tiendas departamentales y de autoservicio, e instituciones financieras-, pagaron sólo 74 pesos de Impuesto sobre la Renta (ISR) y 67 pesos por Impuesto al Valor Agregado (IVA), en promedio.

A esto súmele que Guadalajara podría ser la capital del lavado de dinero en el país, según el Departamento del Tesoro norteamericano. Lo sospechoso es que la desacreditada Fiscalía de Jalisco no actúe en consecuencia, ya que cabe la posibilidad que alguna empresa relacionada a algún político sea el beneficiario de las deducciones anteriores y se encuentre entre los 176 negocios sospechosos de éxito empresarial, y por tanto, “hueles a pura lana mojada”.

Esto funciona porque existe un sistema fiscal diseñado para omitir información y generar canonjías a discreción. La percepción de agravio tributaria también es palpable e incide en el ánimo de la ciudadanía.

Para el campo político, si no hay perdón para ciudadanos que pagan impuestos, tampoco lo debe haber para servidores públicos deshonestos, como cualquier exgobernador que haya abusado de sus funciones. Medidos con la misma vara, nomás.

Por eso el genio militar del padre José María Morelos abarcó todos los campos de la seguridad nacional y sin saberlo, creó los objetivos nacionales con la promulgación de los Sentimientos de la Nación, ganándose la admiración y respeto de todos.

Entre sus subalternos, Morelos tenía la fama de irresponsable, quienes constantemente se preocupaban de que al Generalísimo no se le ocurriera alguna locura, -como la de no marchar en sus exploraciones personales más allá de un punto ubicado-, dado a los Bravo, Galeana y Matamoros.

A los dos meses del sitio de Cuautla, las fuerzas habían menguado en ambos bandos y cuyo ejército insurgente estaba necesitado de obligar a los realistas a gastar parque, pedía voluntarios para que se acercaran a las trincheras enemigas y provocaran los disparos de los españoles.

Como en la guerra y en el amor, todo se vale, entre los voluntarios a tan peligrosa misión, estaba una mujer: María Reyes. Una insurgente que se acercaba a las filas de los gachupines, se levantaba las enaguas mostrándoles las nalgas a los realistas y provocando sus disparos.

Seguramente esta mujer salió ilesa, ya que con el tiempo, fue juzgada por la Inquisición y encarcelada durante cinco años por tan osados actos.
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