Para
ayudar a la reflexión política de la dirigencia de aquel partido político que
el voto no le haya sido favorable en estas elecciones, a continuación se
presentan algunas consideraciones, que harán más simple su comprensión del
fracaso.
Primero,
diseñe un plan de campaña y prometa que usted podrá construir un río, aunque no
sea necesario. Subestime, menosprecie o descalifique cualquier intento de
estimarlo en su justa dimensión. Esta arma es eficaz para hacer pasar a sus
electores como torpes e incapaces de hacer deducciones.
Segundo,
si su partido gobierna el municipio o el distrito por el cual usted es
candidato, preste atención a todos los recursos humanos, materiales o económicos,
de los cuales, su campaña pueden valerse. Se vale violar la ley, como dicen los
papás de los gobernadores.
Sea
audaz, -o mañoso-, para obtener recursos fuera del financiamiento electoral.
Haga que le envíen dinero en efectivo en un vuelo privado, -para no dejar
rastro-, aunque usted crea inocentemente que la Policía Federal o el CISEN no
lo están investigando.
Tercero,
minimice los errores de su gobernador y su gabinete. Incluya corrupcion,
inseguridad e incapacidad, al cabo que la ciudadanía se lo cree todo. Compre
encuestas y pague apoyos a medios y después demandelos en el INE por favorecer
a su contrincante.
Cuarto,
confíele a su patiño favorito la guerra sucia, de acusaciones y difamaciones a
su contrincante. Las redes sociales ayudan.
Quinto,
haga todo lo posible porque su interlocutor se percate que usted lo menosprecia.
La soberbia, la prepotencia y la arrogancia, son sus mejores aliados en campaña.
Por
último, niegue todo y cierre los ojos.
0 Comentarios:
Publicar un comentario