En
un llamado a la unidad para lograr un México seguro y en paz, el secretario de
Defensa, Salvador Cienfuegoz, afirmó que los grandes retos como la inseguridad
y el crimen organizado “son problemas de Estado y no de gobierno”.
En
una definición clásica de Estado, incorpora un concepto político jurídico y que
se encuentra integrada por población, territorio y gobierno; y por extensión,
lo que quiso decir el General Cienfuegos es que todos somos, de alguna manera u
otra, responsables del estado de inseguridad.
Por
lo que se refiere a la aplicación del mando único, la Asociación Nacional de
Alcaldes (ANAC) que agrupa a los ediles del Partido Acción Nacional está en
contra de esta propuesta, ya que dicen que le restarían fuerza al municipio, es
decir, se invadiría la esfera municipal en el marco del federalismo mexicano.
Argumentan
que retirarle la fuerza pública al municipio, haría imposible la
gobernabilidad. Los alcaldes panistas está a favor de fortalecer las policías
locales.
Por
su parte, la Federación Nacional de Municipios de México (FENAMM), que agrupa a
los municipios emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI),
obviamente se encuentra a favor de desaparecer las policías municipales y crear
mandos únicos estatales.
Es
un problema de Estado, cuando en su génesis y desarrollo participan las
instituciones de los tres niveles de gobierno, en el ámbito territorial
nacional cuyo impacto se manifiesta en el campo social.
Es
problema de gobierno cuando hasta en las instituciones de seguridad y
procuración de justicia del Poder Ejecutivo, llegan malos elementos que
permiten y toleran el libre avance de la delincuencia.
No
obstante lo anterior y en la lógica del mando único, el Presidente de la
República tiene el mando de la fuerza pública en los lugares donde resida
habitual o transitoriamente, conforme a la letra de la Carta Magna, y por tanto
se asume como el garante de la seguridad pública.
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