Como
parte del decálogo de acciones en seguridad pública anunciado en días pasados
por el Presidente de la República, se presentó en el Senado la iniciativa que
reforma la Constitución, para establecer el mando único de las policías
estatales en el país.
En
su mensaje a la nación, el Presidente Peña Nieto dijo que en una primera etapa,
se implementará en los estados de Michoacán, Guerrero, Tamaulipas, y como
sorpresa, Jalisco, cuya implementación comenzó de manera formal desde marzo de
este año.
El
mensaje que mandó el Presidente puede traducirse de varias formas. Aquí le
presentamos algunas de ellas: No puede estar bien Jalisco, con mandos formados
en la improvisación y carentes de formación policial, como el director del 066,
con formación profesional de ingeniero agrónomo, un exDirector de la Policía
Rural con experiencia operativa, pero en un cargo que requiere de capacidad probada
en táctica o estrategia y cuyos sistemas son desaprovechados para obtener
información que genere inteligencia para combatir la inseguridad.
Le
damos la razón al Primer Mandatario, cuando de un estado de fuerza de unos
19,500 hombres que en promedio hay en Jalisco, reprueban poco más de 3,500 los
exámenes de confianza, incluido el exDirector de la Policía de Zapopan, en el
que el CISEN recomendó que no se se le ratificara en el cargo por los
resultados arrojados en la prueba del polígrafo; amén de una grave
recomendación en materia de derechos humanos.
No
es posible que los mandos de la Fiscalía de Jalisco, -incluído su
titular-, permanezcan en sus posiciones,
cuando no han mostrado capacidad y proficiencia suficiente para generar y
emitir doctrina de seguridad pública para Jalisco, y por esa falta de capacidad
tengan que recurrir a la SSP del DF pidiendo que les compartan los Protocolos
de Seguridad en espectáculos públicos deportivos y por segunda ocasión el
Estadio Jalisco haya sido objeto de violencia por falta de dichos criterios.
Por
último y cuando el poder político tiene un plazo en su ejercicio, de tres o
seis años según el caso, no compartimos la idea que el ejercicio del mando en
seguridad pública sea transexenal, -como el caso del titular de la Fiscalía que
lleva en el cargo 8 años contínuos-, en cuya permanencia es posible que se
generen nichos de corrupción o complicidad. ¿Estarían dispuestos los mandos de
la Fiscalía de Jalisco a que el CISEN o inteligencia del ejército divulguen
señalamientos que les han hecho?.
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