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martes, 22 de febrero de 2011

El que avisa no es traidor

El excandidato presidencial del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador (AMLO), solicitó al Consejo Nacional del PRD su “licencia como militante” de ese partido, debido según él, a que el PRD aceptó realizar la consulta para que esa fuerza política junto con el Partido Acción Nacional (PAN), puedan celebrar alianza para buscar la gubernatura del Estado de México, a renovarse en elecciones en julio próximo.

Por su parte, el diputado perredista Jesús Zambrano quien es integrante de la Comisión Política del PRD, afirmó que ese instituto político no le dará licencia temporal a López Obrador, en virtud de que en los Estatutos del también conocido como Partido del Sol Azteca, no existe la licencia en esos términos, por lo que le sugirió la renuncia a su partido.

Se sabe que el único candidato aceptado por AMLO para la alianza mexiquense, era el exjefe de gobierno capitalino, Alejandro Encinas, quien parece no es de las preferencias políticas de la dirigencia del sol azteca, -próxima al retiro estatutario-, y que en este año ha sorteado con éxito la elección en Guerrero, sumado a las alianzas electorales del año pasado en las que triunfaron en Puebla, Oaxaca y Sinaloa, aunque con candidatos expriístas.

El PAN y el PRD desean volver a aplicar la fórmula de las alianzas en el Estado de México y muy seguramente, a pesar de los candidatos propios de cada partido o de una posible alianza, estén en la mira de algún priísta que no sea favorecido con la candidatura del Partido Revolucionario Institucional (PRI), para invitarlo a que abandere su causa.

Mientras tanto, con la pretendida licencia que busca AMLO, formaliza su separación del PRD así como con todas las corrientes o tribus de ese partido. Por avisar no es traidor y su única carta, ahora, son los Partidos del Trabajo (PT) y Convergencia, en aquellos lugares que pretenda incorporarse al juego político, incluso la candidatura a la Presidencia de la República.

En el pasado hubo varios avisos que no constituyeron, en su momento, traición alguna: Al levantarse el movimiento de independencia, Hidalgo invitó en octubre de 1810, al joven teniente Agustín de Iturbide, a incorporarse a las filas insurgentes con el grado de Teniente General, quien declinó la invitación para dirigirse a la Muy Noble y Leal Ciudad de México, para ratificarle su lealtad al Rey de España.

Mientras tanto, en Valladolid donde sucedía lo anterior, hubo intentos de resistir al ejército independiente, fuerte en aquellos momentos de 60,000 hombres con cuatro cañones (dos de madera y dos de bronce). El clero de la ciudad, instigado por el ambicioso y ruin Manuel Abad Queipo, se puso a la cabeza de los belicosos urgiendo a la autoridad civil a que adoptase violentas y eficaces medidas de defensa en contra de la insurgencia, pero la actitud amenazadora del pueblo que mostraba ya abiertamente sus simpatías por la causa de la independencia y la falta de un jefe militar superior, decidieron por fin al presuntuoso obispo electo, a prescindir de sus intenciones, quien huyó a la Ciudad de México.

De Iturbide, se sabe que su trato como combatiente y autoridad fue cruel y en exceso, razón por la cual, se le negó el ascenso a general.
Cuando Iturbide se entrevista con Vicente Guerrero en febrero de 1821, para sellar la alianza política y militar con el abrazo de Acatempan, todavía unos meses antes Iturbide seguía persiguiendo y matando insurgentes.

A la consumación de la independencia, Iturbide accedió al imperio de México, en circunstancias poco claras: el 18 de mayo de 1821, el sargento Pío Marcha y la tropa del regimiento de Celaya que comandada Iturbide, azuzaban a la plebe: “¡viva Agustín de Iturbide, emperador de México!”.

Un testigo presencial dice que en el momento de su coronación, el presidente del Congreso se dirigió a Iturbide, con “sujétese bien la corona, no se le vaya a caer”.

Un siglo después, en 1921, de que su nombre fuera inscrito en letras de oro en el Muro de Honor del Congreso, el diputado Antonio Díaz Soto y Gama propuso la separación de este, por carecer de merecimientos necesarios. Juzgue usted: héroe o traidor.
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