Incómoda situación

La autoridad judicial mexicana ratificó la sentencia de 60 años de prisión, a la ciudadana francesa Florence Cassez, por su presunta participación en secuestros al amparo de la banda delictiva de Los Zodíacos.

De inmediato, el gobierno francés condenó el proceder de la justicia mexicana y en uso de lo que considera su derecho, boicoteó los actos del “Año de México en Francia”. Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) lamentó las declaraciones de su par francés, Michèle Alliot-Marie, al considerar que las relaciones entre ambos países, se podrían ver afectadas por este hecho de orden estrictamente jurídico.

Francia solicita que la condena de su ciudadana sea en ese país, pero la experiencia internacional dice lo contrario. En 2008, un grupo de médicos galos fue condenado en Libia, por haber contagiado con el virus del SIDA con agujas contaminadas. Por gestiones de Turquía, los franceses fueron enviados a su país para seguir purgando su condena, pero a su llegada, fueron liberados por las autoridades, provocando el enojo de los libios.

Por su parte, el Rector de la UNAM, José Narro, pidió al Gobierno del presidente Felipe Calderón, ser más firme para exigir respeto ante las presiones de Francia por el caso de  Florence Cassez y las declaraciones del subsecretario de Defensa estadounidense Joseph Westphal, quien afirmó, sobre la lucha contra el narcotráfico en México, que “se trata, potencialmente, de la toma del gobierno por personas corruptas".

Probablemente la suspicacia francesa se deba al montaje televisivo presuntamente operado por la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF), en la que arrojó la captura de Florence Cassez junto con otras personas más, con el propósito de demostrar la capacidad de despliegue y efectividad de las fuerzas de la SSPF; es decir, se podría decir que es una posición contra los actos del Estado mexicano y no contra sus ciudadanos.

Incómoda situación del Gobierno Mexicano que con tibios pronunciamientos pretende llamar al respeto entre naciones, como la triste nota diplomática que la SRE mandó al gobierno norteamericano por el asesinato documentado en un video teléfono, -el 28 de mayo de 2010-, en el que agentes de la patrulla fronteriza dieron muerte al menor Sergio Adrián Hernández, en el justo medio del Río Bravo cuando agentes de la patrulla fronteriza disparaban hacia territorio mexicano en contra del ahora fallecido.

En plenos combates de la independencia en el sur del país, -en Guerrero-, cierto día de 1811 o 1812 las tropas realistas del Brigadier Isidoro Garrote se encontraron con Hermenegildo Galeana, quien regularmente era escoltado por un centenar de negros de la costa chica, ahora de ese Estado, quienes se estaban bañando desnudos en el río, y por precaución, habían enterrado sus machetes en las partes bajas de la corriente para una rápida acción.

Galeana, al descubrir que eran observados para ser atacados por el enemigo realista, y sin tiempo a nada más, grito: “Ahora o nunca”, al mismo instante que se puso en pie, siendo imitado por sus escoltas.

Incómoda y desconcertante situación seguramente que vivieron las tropas realistas de Don Isidoro Garrote, al ver al grupo de negros de Galeana tomar machete en mano, quienes avanzaron desnudos sobre los realistas con semejante armamento a la vista, el machete por supuesto, quienes pasmados fueron perseguidos por los negros durante tres leguas más. Esta anécdota ha perdurado con el tiempo y es conocida en Guerrero.

Pero mire usted que parece que la inmoralidad fue práctica ante la desesperación: En el sitio de Cuautla de 1812 el ejército insurgente de Morelos, quien estaba necesitado de obligar a los realistas a gastar parque, pedía voluntarios para que se acercaran a las trincheras enemigas y provocaran los disparos de los españoles.

Entre los voluntarios a tan peligrosa misión, estaba una mujer: María Reyes. Una voluntaria insurgente que se acercaba a las filas de los gachupines, se levantaba las enaguas mostrándoles las nalgas a los realistas y provocando sus disparos.

Seguramente esta mujer salió ilesa, ya que con el tiempo, fue juzgada por la Inquisición y encarcelada durante cinco años por tan osados e irreverentes actos.