Citas memorables de la historia de México

¿Siguiente cita? Haz click en F5 o en Página Principal para actualizarla.

sábado, 16 de mayo de 2009

No está en la lista…

El martes pasado se instaló y sesionó la Tercera Comisión de Trabajo de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, y que aborda los asuntos de Hacienda y Crédito Público, Agricultura y Fomento, Comunicaciones y Obras Públicas, bajo la presidencia del diputado César Duarte Jáquez, (PRI), también presidente del Congreso de la Unión. 

Durante el desarrollo de la sesión, el diputado Juan Guerra Ochoa, (PRD), pidió incorporar su punto de acuerdo para llamar a comparecer al director de PEMEX, Jesús Reyes Heroles, y a la secretaria de Energía, Georgina Kessel, para que expliquen los motivos por los que no se ha integrado el nuevo Consejo de Administración de la paraestatal, derivado de la reforma energética, que originó un debate verbal entre legisladores. 

El presidente César Duarte puso a votación si se discutía o no para su aprobación el tema de la comparecencia, lo que originó el malestar de los legisladores de Acción Nacional, quienes cuestionaron la discusión del tópico y solicitaron esperar hasta la próxima semana, cuando se tenga un dictamen y en virtud a que el asunto no se encontraba en la lista de asuntos de la orden del día. Finalmente, abandonaron la reunión cuando la votación fue favorable a la comparecencia. 

Eran conocidas como conspiraciones de chocolate y café, las reuniones que a manera de tertulias, se organizaban en la casa del Corregidor de Querétaro, Miguel Domínguez. Su esposa, Doña Josefa Ortiz, una dama regordeta, de quien se dice que no sabía escribir pero sí leer, era matrona de ojos vivaces, muy conservadora en algunas cosas, madre de 14 hijos que no permitía que sus hijas fueran a bailes o al teatro y cuidaba de que Ignacio Allende, recién viudo, o sus subalternos, coquetearan con ellas. 

En esas tertulias se gozaba de las lecturas favoritas de Miguel Hidalgo: Las obras de teatro de Moliere y Racine; los escritos de Voltaire, Diderot y Rousseau. Algunas ocasiones recitaba los versos de El Corán, y ocasionalmente les compartía sus serias reflexiones sobre la existencia de los Reyes Magos, rodeado de los anfitriones, en compañía del abogado Parra, el farmacéutico Estrada, el presbítero Mariano Sánchez, Ignacio Allende, -oficial de los dragones de la Reina-, y el tendero Epigmenio González, entre otros. 

Quien conoció personalmente a Hidalgo, dice que era cargado de espaldas, de color moreno, ojos verdes vivos y la cabeza algo caída sobre el pecho. Fue enviado en enero de 1793 al curato de Colima.

Para combatir el aburrimiento de las tardes, decidió crear un grupo de teatro de aficionados.

Buscando la obra para su puesta en escena, encontró una que le resultaba particularmente grata: "El Tartufo" de Moliere, pero aún no había sido traducida al castellano, por lo que se vio en la necesidad de traducirla. Además del francés, Hidalgo leía y escribía italiano y latín y hablaba otomí, náhuatl y tarasco. Durante los ensayos, Hidalgo conoce a Josefa Quintana Castañón, -como primera actriz en la obra-, con la que posteriormente habría de procrear 2 hijos, como su segunda mujer. 

La primera mujer de Miguel Hidalgo fue la joven Manuela Ramos Pichardo, con quien tuvo dos hijos nacidos en Valladolid (hoy Morelia), probablemente por los años 1780: Agustina y Lino Mariano Hidalgo Costilla y Ramos Pichardo. Agustina se casó con el guerrillero insurgente, el coronel Encarnación Ortiz, apodado “El Pachón”, no tuvo descendencia. La tercera mujer de Hidalgo fue Bibiana Lucero, quién le dio un hijo varón nacido en Guanajuato en 1789, Joaquín Hidalgo y Costilla, que murió en México a la edad de 94 años. Todavía, en la actualidad, existe descendencia del Padre de la Patria. 

Prosiguiendo. La tarde del 13 de septiembre de 1810, Doña Josefa Ortiz de Domínguez se encontraba encerrada en una de las recámaras de su casa.

Algo grave había sucedido: la conspiración había sido descubierta. Doña Josefa mandó una señal de peligro, previamente acordada, a Ignacio Pérez, alcaide de la cárcel de Querétaro, quien la transmitió a los conspiradores en Dolores, Guanajuato.

Una vez apresada, Josefa Ortiz fue recluida en varios conventos, sobreviviendo al proceso de independencia en 1821.

Al ascenso del imperio de Agustín de Iturbide, fue nombrada dama de honor de la Emperatriz Ana, cargo que se negó a aceptar, así como las recompensas y honores como la madre de la independencia. 

Mientras tanto, en Dolores, Guanajuato, la noche del 15 de septiembre se reunían en casa de Hidalgo, Aldama, Allende (De quien se refería a Miguel Hidalgo como: "el cabrón del cura"), Mariano Hidalgo -hermano del cura-, José Santos Villa, el padre Balleza, otros hombres armados y sus sirvientes, quien luego de un largo análisis y con una taza de chocolate de por medio, les dijo: “… Caballeros somos perdidos, aquí no hay más remedio que ir a coger gachupines …” en silencio, asintieron.

Luego de hacer planes, la madrugada del 16 de septiembre de 1810, se dirigieron a la cárcel de Dolores, para dar libertad a unos 80 presos, a quienes Miguel Hidalgó los armó con lanzas.

Luego, el pequeño contingente se dirigó al atrio del templo. Hidalgo le ordenó a su sacristán, conocido como El Cojo" o "El Zurdo" Galván, que repicara las campanas.

Al congregarse la gente, Hidalgo les dijo "... ¡¡¡Nos levantamos en armas, para quitarles el mando a los gachupines, que se han entregado a los franceses, y quieren que nosotros los americanos, corramos la misma suerte, lo cual no consentiremos jamas !!!..." y prosiguió diciendoles: "... Debemos salvar nuestra santa religión de los impíos, acabar también con los privilegios de los gachupines, que tanto daño nos han hecho. Mírense las caras hambrientas, los harapos, la triste condición en la que viven, porque nosotros, somos los verdaderos dueños de estas tierras. ¡¡¡Viva la independencia!!!, ¡¡¡Viva la América!!!, ¡¡¡Muera el mal gobierno!!!, ¡¡¡Mueran los gachupines!!! ... ".

El pueblo gritó de alegría. Se burlaba de los españoles y su forma de hablar. Por la mañana del 16, eran más de 800 hombres. Así, con la revolución armada, y de la cual, casi de manera paralela inició también la revolución ideológica, comenzó la independencia.

Los españoles y realistas invocaron a la Vírgen de los Remedios como su protectora y los insurgentes abrazaron a la Guadalupana.

El Santo Oficio, por conducto de la Inquisición, comenzaba a perder su prestigio, pues se empeñó en declarar como herejía el sentimiento más profundamente arraigado en los hombres, que es el de la felicidad a través de su libertad.

En el ambiente del pueblo, se sentía el porqué España exige su derecho de libertad de Francia, mientras que reclamaba seguir con el yugo hacia los americanos. Así concebía el pueblo su indepedencia. 

En Querétaro, la noche del 15 de septiembre, era apresado Epigmenio González, quien tenía una tienda de abarrotes en la Plaza de San Francisco de Querétaro y en la trastienda se dedicaba a fabricar astas para las lanzas, y ayudado por unos coheteros, ya habían manufacturado unos 2,000 cartuchos. Fue enviado a una prisión de Acapulco y de ahí deportado a Manila en Filipinas.

A la consumación de la independencia en 1821, los españoles no reconocieron la nueva República y fue hasta 1836 cuando Epigmenio González fue liberado y volvió a México. Se acercó al nuevo gobierno: “ … Soy Epigmenio González, uno de los padres de la patria, el primer armero de la revolución …”, les dijo, a lo que obtuvo como respuesta: “… No, ¿cómo va a ser? La lista oficial es Hidalgo, Allende, Morelos, Aldama … Para ser padre de la Patria hay que morir de manera gloriosa y estar en la lista oficial. Usted no está en la lista …”.

Así, bajo la ignorancia de un infeliz burócrata, el primer armero de la independencia terminó su vida como velador de un museo en Guadalajara, donde murió el 19 de junio de 1858. 

Un asunto no siempre tiene que estar en la lista para ser aprobado.
Lecturas: counter

7 Comentarios:

Anonymous dijo...

Un capítulo mas de la historia de México poco conocida y MUY interesante!! Gracias por recodárnosla.
Saludos,
CJ

Anonymous dijo...

CUAL ES LA FUENTE?O ESTUVO USTED AHÍ?

Anónimo dijo...

Desde la consumación de la Independencia comenzó la lucha de poderes y sin prudencia deshonraron a algunos Insurgentes entre ellos al Corregidor y a su esposa josefa es muy triste ver que los del poder han cegado al pueblo y no reconocen a los ideólogos de la causa así como mencionas de la ignorancia de un infeliz burócrata al no reconocer a Epigmenio González como uno de los primeros armeros del movimiento insurgente, es sin duda que estamos dominados por infelices burócratas sin escrúpulos que ni saben nuestra historia y por quienes tienen sus puestos así como el poco valor que les dan a nuestros héroes, aquí en Querétaro trataran de rescatar la figura de Don Miguel Domínguez pero si que se habían tardado puesto que el trato dos años antes de el inicio del movimiento independizar a México legalmente siendo reprimido por la monarquía por esta causa así como en 1821 lo buscaron Michelena entre otros para derrocar el imperio de Iturbide habiendo logrado esto se nombro el triunvirato poder ejercido por tres personas, al día siguiente de consumarse el triunvirato se nombro como suplente al Lic. don Miguel Domínguez y posteriormente fue presidente de ese mismo triunvirato lugar que le dio la pauta para decretar el Supremo Poder de Justicia del cual fue por votación el presidente, lo cual nos indica que fue el primer presidente de México al ser presidente del triunvirato y decretar, solo un presidente puede decretar¡¡ por eso esta en la página de Gobierno Federal como el presidente después de Iturbide, investiguen lo a fondo y verán que esto es comprobable, Saludos...

ATTE: Rubén Gaviño

Anónimo dijo...

perdon pero porq josefa ortiz d dominguez escribio el poema ojos verdes

Unknown dijo...

Muchas gracias Rubén por tus comentarios.

Unknown dijo...

Anónimo: desconozco la razón. Trataré de investigarlo.

Muchas gracias por la inquietud.

Saludos !!!!

Unknown dijo...

Anonymous: desde luego que no estuve ahí, pero puedes leer un libro de Paco Ignacio Taibo I, denominado "El cura Hidalgo y sus amigos: 53 viñetas de la guerra de independencia", así como "Ensayo histórico de las revoluciones de Mégico: desde 1808 hasta 1830‎" de Lorenzo de Zavala.

Muchas gracias por tu inquietud.

Publicar un comentario