A un mes de que deje la titularidad de la gubernatura de Jalisco, Emilio González Márquez, una vez más es el centro de un nuevo escándalo.
Se trata de un nuevo crédito por 3,000 millones de pesos (mdp), para pagar otro crédito de 1,400 mdp. Abre un hoyo para tapar otro.
El gobierno de Jalisco abrió varios frentes de crisis. Al anterior, se suman varios más, como la dotación de varias decenas de millones de pesos (mdp) para patrocinar telenovelas, como “las tontas no van al cielo” de Televisa y algunos millones más para TV Azteca; autorizó un impopular cobro a la nueva emisión de placas para los automóviles y también un apoyo no aprobado presupuestalmente a la empresa Flextronics.
También en su administración otorgó una macrolimosna para la construcción de un santuario, pero no contento con eso y pese a las múltiples protestas, en cada ejercicio presupuestal usted puede encontrar recursos públicos asignados y ejercidos en iglesias católicas de todo el estado de Jalisco, al amparo del rubro de cultura e infraestructura, respectivamente, como por ejemplo la construcción de museos cristeros o de la ampliación o del mejoramiento de varios templos, es decir, no le importó si violaba la ley o lo que usted o yo opinamos.
Esta actitud oficial tuvo como consecuencia, más de 5,000 denuncias en la Comisión de Derechos Humanos de Jalisco, con motivo de la citada macrolimosna, además con dinero procedente de recursos públicos se permitió pagar clases de catecismo en la residencia oficial del Poder Ejecutivo de Jalisco, donde vive también el autollamado Juarista.
Además de caracterizarse por el dispendio de recursos públicos y su actitud de minimizar a las autoridades, que se convirtió en la piedra en el zapato de su administración, como un ejemplo que la corrupción también se presenta en administraciones del PAN, aunque algunos de sus militantes con prurito, crean que son depositarios de la honestidad ad perpetuam.
Sin duda alguna los Juegos Panamericanos 2011 celebrados en la capital tapatía, fueron la cúspide de la corrpución, toda vez que la Auditoría Superior de la Federación (ASF), observó al comité presidido por González Márquez, por varias decenas de mdp por pagos excesivos, autorización de costos mayores, pagos improcedentes, incompatibilidad de funciones, pagos sin justificación ni comprobación, facturas sin requisitos fiscales e irregularidades en el proceso de adjudicación.
Por supuesto, compras y adquisiciones leoninas de su administración, como un helicóptero Blackhawk con tecnología de primer mundo –y con equipamiento militar, por supuesto y con un costo de ganga en 20 millones de dólares-, por supuesto, con una utilidad nula en los narcobloqueos del año pasado, mientras su señoría se encontraba volando a Italia, sin permiso del Congreso del Estado, presuntamente para recibir un premio.
Jalisco seguramente es el estado gobernado por el Partido Acción Nacional más endeudado del país, con una deuda acumulada sólo en la administración de Emilio González Márquez, de poco más de 10 mil mdp y falta por comprobar los gastos deportivos citados, en los que se presume que gobierno de Jalisco utilizó recursos corrientes destinados a obras sociales de los municipios, para solventar los gastos de los Juegos Panamericanos. Esta decisión abría provocado un desfalco de unos 2 mil mdp, pero el problema mayor es que ahora nadie sabe de dónde van a recuperar ese dinero.
Definitivamente la piedra en el zapato de su administración lo constituyó, el dispendio de recursos públicos para ser invertidos en cosas ajenas del interés público. Ya el problema está a flor de piel y debe solucionarlo.
En el plano histórico - ideológico también hay deudas pendientes: En lo que pareciera una venganza ejecutada por el brazo político de la iglesia, algunas de las administraciones emanadas del PAN les ha retirado el nombre de Benito Juárez a 417 calles, plazas y municipios del país, siendo sustituidos por nombres como San Miguel Arcángel, Juan Pablo II, entre otros.
Sin embargo, Juárez no era tan malo como dicen: él fue quien decretó el 12 de diciembre, Día de la Virgen de Guadalupe, como fiesta nacional.
El 20 de marzo del 2006, y por primera vez después de 134 años, la iglesia celebró una misa a Benito Juárez, en el templo de San Felipe Neri de Oaxaca, oficiada por José Luis Chávez Botello -Arzobispo de Oaxaca- quien por cierto, fue párroco de la iglesia de San Sebastián de Analco en Guadalajara, durante las explosiones de 1992 de esa ciudad.
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