Citas memorables de la historia de México

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martes, 24 de julio de 2007

Ah que señor Ye Gon !!!!!

Durante su traslado a la capital norteamericana, el Procurador General de la República (PGR), Eduardo Medina Mora, calificó como una “feliz coincidencia” la detención, en un suburbio de Washington, D.C., del mexicano naturalizado Zhenli Ye Gon, hecho por un equipo de la Drugs Enforcement Agency (DEA), cuando tranquilamente departía la cena en un restaurante de la localidad; por lo que se infiere que la inteligencia funciona y sirve cuando el sistema político así lo desea, como en este caso y no en el de las explosiones de Guanajuato y Querétaro; lo que podría suponer que el Procurador Medina sabía desde su salida de México sobre la detención de Ye Gon.

Seguramente no le costará trabajo a la PGR traer de regreso a nuestro “compatriota”, toda vez que si recordamos, uno de los primeros actos del presidente Felipe Calderón fue entregar a la justicia norteamericana a connotado capo del narcotráfico en enero de 2007, por tanto, deben obrar en reciprocidad el gobierno norteamericano; para que enfrente el largo brazo de la ley, en una metáfora de la máxima del presidente Benito Juárez: “A los amigos justicia y gracia, y a los enemigos la ley a secas”.

Durante el proceso judicial deberá dar explicaciones de manera detallada y abundada acerca de su participación en la exportación de cantidades industriales de seudoefedrina, medicamento que se usa en la elaboración de medicinas antigripales, pero que también sirve como componente para la elaboración de distintos narcóticos. Más aún, tendrá que explicar la participación de autoridades de todos los niveles de gobierno de la administración pública federal, de este sexenio y del anterior; ya que le permitieron tejer una vasta red de influencias políticas para que libremente la Secretaría de Salud, por conducto de la Comisión Federal de protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), permitiera la importación de este producto, toda vez que no reunía la totalidad de los requisitos legales para su importación.

La PGR deberá citar a comparecer al Director de la Aduana de Manzanillo, Colima y a las autoridades fiscales y de seguridad del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, para que expliquen porqué permitieron la importación de grandes cantidades de esta sustancia y el porqué se le relaciona con los hijos de Marta Sahagún.

No cabe duda que hubo autoridades inmiscuidas tanto hacendarias, de seguridad pública, como del Poder Ejecutivo Federal, lo suficientemente comprometidas, o corrompidas, cuando la Junta Internacional de Combate de Estupefacientes había advertido al gobierno federal del ingreso de toneladas y toneladas del producto y las autoridades competentes no atendieron a dicha advertencia.

Los criterios para importar productos no coinciden, en lo absoluto, con los impuestos a la empresa “legal” y “honradamente” establecida que trata de ajustar sus políticas hacia la autoridad lo más apegado a derecho. La “feliz coincidencia” de la que hablaba el procurador general de la república, lo sería que a las empresas del ramo farmacéutico que tienen que apegarse a varios requisitos, como por ejemplo, el de planta, que exige mantener una infraestructura que garantice el abasto y la calidad de sus productos una vez lanzados al mercado, les faciliten permisos, licencias, vigencias de derechos, entre otros.

Recordemos que en la casa del ciudadano naturalizado se encontraron alrededor de 205 millones de dólares, que no es cualquier cosa; además, debe de esclarecerse contundentemente una de las líneas de investigación de la PGR en el sentido de que ese dinero sería utilizado para financiar grupos subversivos en caso de que Acción Nacional no hubiera retenido la Presidencia de la República, dicho entre otros, que empieza a desvanecerse con la fracasada conferencia de prensa de días pasados en las que no mostraron elementos que prueben lo afirmado por el propio Ye Gon.

Esperemos que la autoridad fiscal y sanitaria reconozca el gran esfuerzo de los empresarios farmacéuticos honestos y comprometidos con el país, y no demeriten o pongan obstáculos en perjuicio del desarrollo de la economía. No es deseable que se concrete el dicho de que “Por uno pierden todos”.

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