Parece que el principal problema para la administración del Presidente Felipe Calderón en este sexenio, ha sido la forma en que se comunican las noticias oficiales.
La constante en el sexenio del presidente Calderón es que en el mensaje que se desea enviar, cabe la información inexacta, el uso inapropiado del lenguaje oficial, su semántica, la interpretación literal, y la implantación de una idea de estado de guerra, -para el caso de la inseguridad.
El reciente desaguisado que protagonizó Cecilia Romero Castillo, Secretaria General del Partido Acción Nacional (PAN), cuando la semana pasada afirmó -saliendo de Los Pinos- en la insistencia de parte del Ejecutivo Federal en la alianza electoral con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Estado de México, en la que se dice que la Secretaria General Romero representa los intereses de la extrema derecha en el PAN.
Este tema se ve como un teléfono descompuesto para la opinión pública, pero más allá, hace transparente las desavenencias entre la dirigencia nacional del PAN a cargo de Gustavo Madero y la oficina del primer militante del PAN en el país en Los Pinos.
Si verdaderamente Romero Castillo representa los intereses de la extrema derecha en su partido, entonces deberían preocuparse tanto ella, como su par ideológico Emilio González Márquez, gobernador de Jalisco; ella por divulgar indiscreciones en reuniones de su partido y él por su proceder con sus subalternos, que con mensajes de teléfono celular despide a un secretario de despacho.
En una asociación de ideas, pareciera que la conducta de la derecha mexicana se ajusta en dar a conocer lo que no es, y esto puede traducirse en el voto de castigo ciudadano en contra del PAN en las próximas elecciones locales y federales de 2012: en una encuesta revelada por el periódico Reforma, afirma que 56% de electores entre 18 y 29 años apoyan al PRI y sólo 16% al PAN, mientras que en el 2000 al PAN lo apoyaban el 47% y en 2006 al PRI el 22%.
Y créame cuando le digo que no le conviene al PAN crear escenarios de polarización política: con cuatro años de violencia ininterrumpida, hasta ahora, y con el uso político de las instituciones -como la Procuraduría General de la República (PGR) o el Centro de Investigaciones y Seguridad Nacional (CISEN)- para desacreditar y desprestigiar adversarios políticos en vez de que estas instituciones se dediquen a advertir verdaderas situaciones de riesgo para el Estado mexicano, y no temas de la vida privada de algún gobernante.
Morelos -en el otoño de 1810- desconocía que el contenido de su diario generaría comunicación política: “Pueblos enteros me siguen queriendo acompañarme a luchar por la independencia […]”, escribió al principio de su campaña, en noviembre de 1810, “pero les impido diciéndoles que es más poderosa su ayuda -labrando la tierra- para darnos el pan a los que nos lanzamos a la guerra […]”.
Al ser apresado por el Coronel Manuel de la Concha, se le confiscó su biblioteca personal: Unas decenas de libros en su gran mayoría sobre materias religiosas con acento en la práctica moral del sacerdote, como prontuarios, directorios, sermones, breviarios, obras de teología dogmática, teología moral, oratoria sacra, sagrada escritura, hagiografía, guadalupanismo. Varias obras de gramáticas y diccionarios en hebreo, japonés, tagalo, italiano, francés, mexicano, cora, latín y griego.
Después vino el juicio -militar y eclesiástico-: Un testigo presencial señala que el obispo ejecutor se deshacía en llanto; sólo Morelos se mantuvo sereno y se le vio caer alguna lágrima. Luego, fue ejecutado.
"Apartamos de ti la facultad de ofrecer el sacrificio de Dios y de celebrar misa. Con esta raspadura te quitamos la potestad que habías recibido en la unción de las manos. Te privamos... te deponemos, degradamos, despojamos. como a hijo ingrato te arrojamos de la herencia del Señor [...]: Fragmento de la degradación eclesiástica de José María Morelos y Pavón."
Para Porfirio Díaz, quien con profunda emoción recibió de España, el uniforme con que Morelos fue capturado, diría: “Yo no pensé que mi buena fortuna me reservara este día memorable, en que mis manos de viejo soldado son ungidas con el contacto del uniforme que cubrió el pecho de un valiente, que sintió palpitar el corazón de un héroe y prestó íntimo abrigo a un altísimo espíritu, que peleó contra los españoles, no porque fuesen españoles, sino porque eran los opositores de sus ideales”.
Según se dice, el general Napoleón Bonaparte, emperador de Francia exclamó durante la campaña de 1812: "Con cinco generales como Morelos conquistaría el mundo".
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