Como usted sabe, el viernes pasado el
Gobierno Federal y el de los estados e Jalisco, Colima y Nayarit,
principalmente, tocaron las alarmas ante la presencia del mega huracán “Patricia” que auguraba grandes destrozos
y pérdidas, por el primero con categoría de 5, y si hubiera, superior a la
escala en que se miden estos fenómenos.
De inmediato se activaron las medidas y
protocolos de protección civil, y se abrieron refugios temporales para dar
albergue a alrededor de 7 mil personas, cuya vulnerabilidad requirió de darles
protección.
El mundo observaba las previsiones que
tomaba nuestro país, e incluso, envió científicos de diversos países, a
analizar el fenómeno poco visto en el mundo.
Conforme transcurría el viernes, la
angustia por conocer el desenlace de esta historia se vertía en los
preparativos de la ciudadanía, para volcarse en ayuda para los afectados.
Afortunadamente, las condiciones
geográficas y geológicas de nuestro país, fueron suficiente para que encontrara
una resistencia natural, en la Sierra Madre, y rápidamente desvanecer la furia
que pronosticaba una tragedia.
La geología de la Sierra Madre fue una
barrera de contención natural y por tal motivo, todos los daños que se habían
previsto, se redujeron a daños materiales que pueden ser sustituibles.
Pero ante el arrastre informativo que
produjo el fenómeno hidrometeorológico y los temas coyunturales, hubo quien
aprovechó el momento para tratar de desvirtuar la información, y con ello, a la
opinión pública.
La desinformación llegó a extremos, de
señalar que en su intento por escapar de una nueva recaptura, Joaquín Guzmán “El Chapo” había caído al vacío y podría
haber muerto.
Otra desinformación señalaba que la
Cámara de Diputados había aprobado un aumento a las gasolinas, de 4.56 pesos
por litro, para provocar el descontento hacia la clase política.
Una más señalaba la extensión del plazo
en el apagón analógico, previsto para el 31 de diciembre próximo.
Y así, circularon teorías de
conspiración, hipótesis de robo y corrupción, entre otras más.
Las teorías más audaces señalaban que el
Gobierno provocó esta tragedia informativa, para utilizarla como distractor y
ocultar uno de los datos señalados o quizás algo mayor.
No hubo especulaciones sobre víctimas del
huracán. Fue respetado.
Por tal motivo, el valor de la
información se instituye como un bien el dominio público para el servicio de la
ciudadanía.
Del valor correcto que se le otorgue a la
información, es posible que dependa la seguridad de las personas o de una
nación.
Mientras tanto, la certeza que se tiene
es que el Gobierno Federal y los de las Entidades Federativas trabajaron de manera coordinada para prevenir
los daños del huracán más poderoso del que se haya tenido registro.
Las crisis que trataron de insertar en la
opinión pública, no prosperaron.
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