Citas memorables de la historia de México

¿Siguiente cita? Haz click en F5 o en Página Principal para actualizarla.

miércoles, 26 de enero de 2011

El verdadero juego

Como usted sabe, este fin de semana la ciudadanía está convocada en elecciones, a renovar la titularidad del Poder Ejecutivo del estado de Guerrero, gobernado por Zeferino Torreblanca Galindo, de filiación al Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Las encuestas dan una ventaja de 5 a 6 puntos, al candidato Ángel Aguirre Rivero, a gobernador por la Alianza del PRD con el Partido del Trabajo (PT) y Convergencia (CONV), contra su par Manuel Añorve Baños, de la Alianza Tiempos Mejores, integrada por los Partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

Por lo que respecta a la gestión del gobernador Torreblanca de Guerrero, diversas columnas lo señalan como una desafortunada administración, en términos de eficiencia política y administrativa. El candidato del PRD, priísta hasta hace unas semanas, no se le conoce cercanía política con el actual mandatario, quien seguramente no tendrá compromiso en promover su candidatura.

Los equipos electorales de ambos candidatos están en la recta final de la campaña: la promoción política llegó a lo ancho y largo de Guerrero; los representantes de casilla de los partidos políticos han sido reclutados, instruidos y preparados, y el órgano electoral estará por terminar de entregar los paquetes electorales en las regiones más alejadas de los centros poblacionales.

Los mejores operadores electorales del PRD así como del PRI, se encuentran terminando sus estrategias, -algunas electorales y otras no tanto-, en pos de la obtención del voto que favorezca al candidato de su preferencia.

Un escenario similar es el que puede transcurrir en el desarrollo de la campaña electoral en Baja California. El tiempo lo dirá.

El verdadero juego de poder en este y el proceso de Baja California, el 6 de febrero próximo, es que puede tratarse de un primer termómetro entre las precandidaturas del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón (PRD) y del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto (PRI).

En otras palabras, está en juego el apoyo político que obtendrán los precandidatos presidenciales de los ahora candidatos a las Gubernaturas. No más.

El 28 de septiembre de 1810, unos de los principales propósitos de Miguel Hidalgo por tomar la Alhóndiga de Granaditas, radicaba en que las minas en Guanajuato suministraban un gran caudal a la Corona Española.

La tropa insurgente se acercaba; ya había tomado San Miguel y Celaya, lugar desde donde Hidalgo arrojó unos 2,000 pesos a los indios, diciéndoles: “Cojan hijos, que todo es suyo”, a su paso por Atotonilco, se tomó una imagen de la Virgen de Guadalupe como estandarte y protectora de la causa insurgente.

Hidalgo divisaba la preciada Alhóndiga; los disparos realistas le habían causado unas 200 muertes insurgentes en su intento por tomarla, cuando le llegó el rumor de que un minero podía tomarla, un hombre de pequeña estatura, raquítico y muy poseído de una enfermedad común en las minas denominada maduros, sería capaz de abrir la puerta: Juan José Martínez Reyes, apodado El Pípila, vestido de gabán de jerga y sombrero calañés.

La historia registra que El Pípila con una losa de cantera atada a la espalda, ocote y brea en las manos, gateó hasta la puerta de la Alhóndiga para incendiarla; al lograr su propósito, las tropas de Hidalgo ingresaron, le dieron muerte a los españoles y se apoderaron de todo, en una escena terrible en la que Ignacio Allende reclamó el proceder de la tropa a Hidalgo.

Lucas Alamán, un joven de 18 años quien junto con su madre eran protegidos de Hidalgo, señala sobre este proceder, que había “... españoles arrojando dineros desde la alhóndiga para saciar la codicia de los indios; indios husmeando los cadáveres españoles para buscar la cola, marca infamante del judío; mujeres despavoridas que huían a las casas vecinas trepando por las azoteas: de los saqueos que se hacían, se llevaban las puertas, mesas, sillas y hasta las vigas sobre sus hombros ...".

A la consumación de la Independencia en 1821, con la euforia del pueblo y siendo Alamán apoderado en México del descendiente de Hernán Cortés, mandó retirar sus restos colocándolos en un lugar seguro.

Quizá por eso no haya en todo el país, algún busto o monumento a conquistador español alguno.
Lecturas: counter

0 Comentarios:

Publicar un comentario