En
el transcurso de los debates de las leyes secundarias de la reforma energética,
la diputada Zuleyma Huidobro de Movimiento Ciudadano (MC) afirmó que todos sus
compañeros diputados han recibido bonos, a manera de gratificación.
De
manera paralela, el coordinador de los diputados emecistas, Ricardo Monreal,
devolvió 15 millones de pesos (mdp) que pertenecen a las subvenciones que
reciben los grupos parlamentarios en Cámara Baja y que en un año suma unos 225
millones de pesos (mdp), los cuales son ejercidos con discreción.
La
denuncia señalada por la legisladora abre la posibilidad de que se haya tratado
de una recompensa por haber sufragado el sentido de su voto, de una manera
determinada, pudiendo configurar una ilegalidad que se centra en la
inmoralidad.
No
solo lo anterior, sino que el mismo Monreal dio a conocer que la Cámara de
Diputados pretende solicitar un bono de fin de legislatura por 1 millón de
pesos.
En
estos momentos en que se coloca a nivel nacional el tema del aumento a los
salarios mínimos, este bono de marcha representa una ofensa al ciudadano.
Es
ofensivo, porque el monto representa el ingreso de varios trabajadores durante
los 30 o 40 años de su vida productiva.
Es
inmoral, porque es muy probable que para la obtención del bono de fin de
legislatura que denuncia Monreal, se recurra a artimañas o subterfugios legales
para engañar a la ciudadanía, subestimando su capacidad e inteligencia.
Es
desafortunado, porque ni siquiera aumentando el 70% que calcula la CEPAL en lo
que se encuentra devaluado el salario mínimo, se recupera el poder adquisitivo
del trabajador.
De
los bonos legislativos, vea usted el deplorable estado económico y de moral en
el que se encuentra la institución del Poder Legislativo en el interior del
país, provocado por la voracidad en algunos integrantes de la clase política.
0 Comentarios:
Publicar un comentario